UCICoop es una cooperativa veterinaria que funciona las 24 horas durante todo el año en […]
Publicado el 28 febrero, 2020 por Juan Bertrán
UCICoop es una cooperativa veterinaria que funciona las 24 horas durante todo el año en J. M. Moreno 635. Juan Guevara, uno de sus socios, nos cuenta sobre este proyecto colectivo y su impronta social.
La Comuna 7: ¿De qué se trata UCICoop?
Juan Guevara: Con UCI ya estamos cumpliendo ocho años de cooperativa. Antes estábamos en Directorio y Puán. Nos mudamos en junio del año pasado (NdeR: Ahora se encuentran en Av. José María Moreno 635). En sus orígenes, UCI era sólo un centro de derivación veterinaria donde se hacía internación pre y post quirúrgica. Los animales de compañía iban a operarse a UCI o te los derivaban otras veterinarias de Capital y Gran Buenos Aires. Después, con el pasar del tiempo ampliamos nuestros servicios al tener clínica diaria por una cuestión de necesidad, sobre todo para tener otra unidad productiva. Hoy somos una veterinaria que está conformada por 30 socios y socias, funcionamos las 24 horas, los 365 días del año. No cortamos nunca. Brindamos servicios desde lo más básico, que es la atención clínica primaria, hasta servicios de internación, especialidades como ecografía abdominal, cardiología, laboratorios, radiología, cirugías. Fuimos pioneros en lo que es la terapia intensiva veterinaria con ventilación mecánica. Eso nos sirvió para destacarnos sobre todo en lo que respecta a cuidados críticos, terapia intensiva y pacientes de internación.
LC7: Contanos un poco de la historia de esta cooperativa…
JG: Originalmente era una SRL con problemas societarios. Dentro de los socios, dos de ellos decidieron abrir las puertas para formar una cooperativa. Entonces, muchos de los que trabajábamos dijimos: “Vamos para adelante”. A partir de ahí se formó una cooperativa. Si bien, en su momento, siempre la relación con nuestros empleadores era de mucha amistad, hubo muchos cambios en cuanto a la organización y a la toma de decisiones. Pasamos a tener voz y voto en la formación y en la generación de cosas. También, como suele suceder, cuanta más gente toma decisiones es más difícil llegar a un consenso. Resulta interesante atravesar ese camino por lo que surge en las discusiones. Lo hicieron mucho más enriquecedor desde el punto de vista social, como unidad productiva. Todos y todas pasamos a tener una participación muy activa. A partir de que UCI se hizo cooperativa, el crecimiento fue exponencial. Nos pudimos mudar y dimos un salto en un momento crítico del país y podemos llevar adelante todo esto porque somos una cooperativa, de otra forma no se podría. Sin duda, a mí me entusiasma mucho más este formato. El cooperativismo te permite eso. Cada socio va buscando un área de especialidad. El lugar intenta ser como un hospital que pueda acaparar todas las necesidades.
LC7: ¿Cuáles son los problemas más comunes que ven en los animales que reciben?
JG: Al ser un centro de derivación y de referencia vienen animales de diferentes barrios. Como hay muchos edificios y cada vez la gente tiene más gatos, hay mucha caída de altura. Igual, cada vez hay más conciencia en la tenencia responsable del gato en el edificio. También, se ven muchos perros atropellados porque lamentablemente hay poca conciencia de llevar al perro atado. De lo que es internación, tenemos desde patologías simples a patologías súper complejas. Lo otro que estamos viendo más es que como la tenencia es más responsable y a raíz de eso los animales se volvieron más longevos, hay muchas enfermedades asociadas a la edad de los animales a las que antes esos animales no llegaban. Como ahora su expectativa de vida es mayor, tenemos más llegada de eso, más deterioro orgánico normal. Antes eso no se veía, eso tiene que ver con que hay más conciencia sobre el cuidado de los animales en general.
LC7: ¿Siguieron algún modelo al momento de armar la cooperativa?
JG: Intentamos relacionarnos con muchas cooperativas. Nos metimos en FEDECABA que es una federación que nuclea cooperativas, tuvimos contacto con el Bauen, estuvimos en contacto con otras cooperativas. En general, no llegaban a cumplir nuestros requisitos porque al ser nosotros un lugar más parecido a una fábrica que no puede parar nunca, se complejizaba. Entonces, nosotros teníamos que encontrar una forma que nos encuadre. Tomábamos algunas cosas que nos decían y después era difícil ponerlo en práctica. Tuvimos que ir armándonos nuestra forma de trabajar como cooperativa, en un servicio de salud, que encima funciona las 24 horas. Creo que somos la única cooperativa veterinaria de la Ciudad, en Salta hay otra, pero no sé si hay muchas más. Sin dudas que fuimos la primera. Es un formato laboral completamente distinto que se puede hacer en cualquier lado. Si encontrás más de diez personas que tengan intereses médicos similares y después llegás a ciertos acuerdos, esto no tiene límites. Después, están los problemas como en todos los lugares. Cuantas más personas somos, más conflictos surgen a nivel social, y también estamos aprendiendo cómo llevar adelante los problemas. Es un desafío y es enriquecedor como crecimiento personal y grupal. Hace poco logramos comprar un ecógrafo para la cooperativa. Tenemos como motivación digitalizar rayos. Se pueden formar cooperativas. Es muy enriquecedor desde lo laboral. Se superan muchos escollos que solos no se puede. Más en nuestra profesión. En veterinaria es difícil trabajar solo. No se puede. Acá necesitás muchas cabezas, mucha gente tirando para adelante. Es la forma en que se puede crecer, de otra manera, en nuestro rubro, no es posible.
LC7: ¿Cómo es el vínculo con la comunidad y con los diferentes barrios?
JG: Hace un par de años íbamos todos los viernes a los barrios y hacíamos asistencialismo puro. Esos dos años fueron muy fructíferos y dispararon otras idas individuales pero nunca logramos, desde el colectivo, poder establecer un mecanismo fijo. Todavía no llegamos a hacer eso pero, de a poco, con ayuda de la cooperativa en términos de sacar materiales o que se pagaran a bajo costo se hicieron cosas. Fueron pequeñas cosas pero que en otro trabajo normal no podés hacer. Si pudiéramos darle un marco formal de nuestra parte sería interesante porque consideramos que hace falta. Los dos años que fuimos a hacer asistencialismo puro veías una necesidad extrema. También, un poco la salud humana pasa por la salud animal, porque si vos tenés un barrio que está lleno de animales que están todos enfermos es extremadamente peligroso para la gente que vive ahí. Además, hay un íntimo contacto, son animales de compañía que conviven con chicos y chicas, es un círculo vicioso. En realidad, la animal y la humana es una sola salud.
LC7: ¿Cómo ves el cuidado de los animales en la Ciudad desde el Estado?
JG: Me parece que las vacunaciones y castraciones gratuitas son asistencialismo. Hace falta algo de base, de raíz, que sea una solución a que haya tantos animales sin castrar. Obviamente, peor es nada. Pero a la par hace falta educación de los responsables que tienen esos animales. Creo que hay una estructura más grande que llevar adelante desde la educación. En las escuelas públicas tendría que existir un área dedicada al respeto por los animales, a la tenencia responsable. Creo que es hacia dónde vamos. En definitiva, son seres vivos y tendrían que tener casi los mismos derechos que los humanos, por algo uno los tiene en la casa, son parte de la vida. Creo que habría que armar algo más que la castración y la vacunación gratuita, algo más estructural.
Esta obra está bajo una
Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC BY 4.0).Por favor no corte ni pegue nuestros contenidos, tiene la posibilidad de redistribuirlos usando nuestras herramientas.
Para enviar su comentario debe estar registrado y haber confirmado
que ha leido y aceptado el reglamento de terminos y condiciones.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.