Jueves 21 de Noviembre del 2024

¿Qué somos?

Durante una parte importante de nuestra vida, por una cuestión de “orden natural”, nos tocó […]

Publicado el 7 octubre, 2021 por Pedro Boyadjian

Durante una parte importante de nuestra vida, por una cuestión de “orden natural”, nos tocó estar en el centro de las decisiones: trabajar activamente, criar a los chicos, establecer y sostener relaciones con la familia y los amigos, practicar algún deporte, estudiar. Los días pasaban casi sin darnos cuenta, incluso reservábamos los fines de semana para alguna actividad.

Estábamos en la vorágine, en el “si me lo propongo puedo”. Muchas cuestiones requerían nuestra atención y nos permitíamos opinar, dar consejos, tomar muchas responsabilidades con la seguridad de poder afrontarlas.

Pero el tiempo pasó y nuestro lugar ha sido ocupado, teóricamente, por los más jóvenes. Y se supone que nosotros tendríamos que quedarnos “mirando la vida desde la vidriera” (situación que no se condice con las muchas actividades que todavía realizamos, en casa, ayudando a los hijos, cuidando a los nietos, realizando tareas comunitarias, muchas veces trabajando después de jubilados por necesidad).

Nuestros hijos a veces nos dicen “mi vieja” o “mi viejo”, pero esta manera cariñosa no debe ser confundida con marginación. Seguramente, hay toda una serie de cosas que ya no podemos hacer, pero sí podemos aconsejar, sostener afectivamente, dar amor, ser referentes de historias que los jóvenes ignoran.

Desde las instituciones públicas nos llaman “abuelos”, y dan por sentado cuáles son las cosas que deberíamos hacer dentro de esa categoría. Nosotros preferiríamos que nos pregunten a nosotros qué es lo que queremos hacer, aunque no corresponda a los prejuicios creados sobre la vida de los “abuelos”. Escuchar a los adultos mayores es reconocer que el otro tiene algo que decir.

En el terreno de la política, los adultos mayores hemos tenido un peso muy grande en las críticas y las reacciones populares contra el gobierno anterior. Creemos que sería bueno que se mirara con más atención a nuestro sector: nuestro humor es determinante a la hora de elegir quienes regirán los destinos del país.

Más allá de las banderías partidarias, está claro que la situación del jubilado debe ser mejorada antes que nada en lo económico. Entendemos que la situación heredada no fue buena, y a eso se le sumó una pandemia de alcance mundial. Con todas esas limitaciones, la Argentina hizo un gran esfuerzo para traer vacunas de distintos orígenes y generar la posibilidad de producirlas acá.

Seguimos siendo un país rico, pero es evidente que hace falta mejorar la distribución del ingreso. Valoramos también el esfuerzo que está haciendo el gobierno para mantener las variables económicas dentro de los parámetros del presupuesto, pero en ciertos estamentos de la sociedad la situación es mala. A los que menos tienen ya no se los puede seguir convocando a más esfuerzos.

Humildemente, nuestro consejo para los dirigentes es que traten de escucharnos más, por afuera de los vidrios de los autos oficiales. Caminar y escuchar a la gente. A todos. También a nosotros los jubilados, que podemos decir con orgullo que, en cada rincón del país, hemos aportado y seguiremos aportando nuestro esfuerzo y nuestra participación.

El autor de la nota pertenece a Jubis7, organización de la Comuna N° 7.


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