El 21 de junio es nuestro inicio de calendario, de la “Vuelta del Sol” – […]
Publicado el 24 junio, 2021 por Wenceslao Villanueva
El 21 de junio es nuestro inicio de calendario, de la “Vuelta del Sol” – Willka Kutja (en aymara) – Wiñol Xipantu (en mapuche), muy difundido como Año Nuevo en el Hemisferio Sur.
La idea circular del universo dentro de nuestra cosmovisión indígena es más antigua que cualquier investigación científica. Muchos de nuestros pueblos milenarios dejaron grabado en petroglifos sus calendarios solares para organizarse agrícolamente; así también conocían sobre la redondez de la tierra, la luna, el sol y otros planetas. Dichos calendarios de piedra indicaban que entre el 20 y 21 de Junio finalizaba un tiempo y comenzaba una nueva etapa con la vuelta de los primeros rayos del Sol. El Hemisferio Sur, al ser la mitad del Planeta Tierra, es el complemento ineludible del Hemisferio Norte, favoreciendo a que la madre tierra permanezca en constante armonía en su relación con el cosmos; así se observarán situaciones opuestas que se complementan; por ejemplo: la traslación de la tierra alrededor del Sol origina frio-calor y la rotación de la tierra en sí misma genera noche-día. Estas cuatro manifestaciones naturales son sentidas por la Madre Tierra (Pacha Tayka) en un mismo instante.
Bien sabemos que nuestros templos indígenas eran observatorios astronómicos; hoy, muchos se encuentran como cimientos debajo de las catedrales más importantes de Abya Yala (nombre antiguo de nuestro Continente Americano). Lo mismo, la mayoría de las Sallamanqhas, chullpas, rehues mapuches y centros sagrados están profanados saqueados y destruidos; primero, por los colonos, y luego por arqueólogos y curiosos. Nuestras comunidades indígenas actualmente carecen de centros ceremoniales y sus miembros que guardan aquellos saberes, terminan siendo parias dentro de su propio pueblo. En territorio Querandí, cerca de casi tres décadas, un grupo de indígenas nos apostamos en la Plaza Naciones Unidas (en Figueroa Alcorta y Austria – CABA), fundando un Consejo de Acontecimientos Aborígenes, para celebrar cada 20 de junio a partir de la media noche hasta el amanecer del 21, momento en que nos levantamos de pie con las manos en alto para recibir los primeros rayos de nuestro Padre Sol.
Nuestros antiguos nos dejaron conocimientos esenciales y muy simples para vivir en armonía con la Naturaleza. Así podemos observar, como con los dedos (luk’ana) de nuestras manos (Ampara) nos conectamos con el cosmos (Alaxpacha) y lo mismo con los pies (kayu) nos conectamos con el centro de la tierra (Manqhapacha); porque somos parte de toda esa integridad. Observaremos que en nuestras dos manos tenemos 28 falanges, al igual que la cantidad de días en que la Luna (Phaxsi) tarda en acariciar a nuestra Madre Tierra, muy estrechamente relacionados con los ciclos femeninos de fecundación. Entonces comprenderemos que hay 13 lunaciones en un año, indicando 364 días en el calendario agrario, cósmico y telúrico que nos permite desarrollar nuestras vidas. Pero, aún nos queda un día suelto, un día que completa los 365 días gregorianos y que en el Tawantinsuyu se conoce como Inti Watana (el día en que se ata al Sol); ese día es muy importante para nuestra meditación.
Este acontecimiento de gran trascendencia espiritual para todo ser humano, y porque no para todo ser viviente que habita este Hemisferio Sur; no se trata de una mera tradición o festejo, sino de un importante cambio de ciclo natural y cósmico; es el momento en que la energía de la luz del Padre Sol (Willka Tata) nos provee protección a nuestras vidas. Por ejemplo, las rogativas que efectuamos durante la noche del 20 de junio, las hacemos en nombre de toda la humanidad y proclamamos la protección de todos los seres que comparten todas estas tierras. En ese sentido, apelamos a la buena voluntad de todos los espacios sociales, culturales y políticos para que respeten nuestras sagradas ceremonias, aunque todavía no logremos que ellos mismos las practiquen, a pesar de ser parte de nuestro contexto geográfico. En definitiva, el 21 de junio es nuestro inicio de calendario, de la “Vuelta del Sol” – Willka Kutja (en aymara) – Wiñol Xipantu (en mapuche), muy difundido como Año Nuevo en el Hemisferio Sur.
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