Domingo 12 de Mayo del 2024

“Si no pude matar al pez al menos le saco agua”

Alicia Montoya, coordinadora del equipo técnico de la cooperativa El Álamo de Villa Pueyrredón, analiza […]

Publicado el 17 junio, 2018 por Redacción LC7

Alicia Montoya, coordinadora del equipo técnico de la cooperativa El Álamo de Villa Pueyrredón, analiza aquí el turbio proyecto de incineración de la basura del gobierno porteño y explica por qué sería perjudicial para el ambiente y la actividad cartonera.

La Comuna 7: ¿En qué estado se encuentra el proyecto de incineración de la basura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires?

Alicia Montoya: El gobierno logró modificar la ley 1.854 de gestión de los residuos urbanos de la Ciudad con los votos justitos. Y ahora está preparando una licitación “a medida” de una empresa amiga. Se trata de Veolia, la misma empresa con la que se pelean los grupos ambientalistas en México ya que ganó la licitación para instalar en el Distrito Federal el incinerador más grande de América. Es el mismo criterio que se utiliza en la Argentina: disfrazar la incineración con un eufemismo, la “termovalorización”.

LC7: ¿Para qué se utilizaría ese residuo incinerado?

AM: La ley habilita a la Ciudad a poder incinerar residuos siempre y cuando estos vayan a ser “termovalorizados”, es decir, para generar electricidad. Este es el versito para engañar a la ciudadanía. Que se imaginen la cantidad de basura que hay y con el resultado de la quema lograr un ahorro en las tarifas de servicios eléctricos. Mentira. Ya está prevista en la licitación que no sólo vamos a pagar seiscientos millones de dólares por construir cada incinerador que procese dos mil toneladas diarias de residuos sino que también vamos a pagar por su gestión aunque no tuviéramos esas dos mil toneladas. En realidad estamos pagando la generación de esos kilowatts a un precio tres veces mayor de lo que paga el mercado (150 dólares).

LC7: ¿Qué cantidad de plantas se van a construir?

AM: El proyecto no dice nada. Pero, en base a la información que se filtró de Jefatura de la Nación que publicó en Infobae la periodista ambiental Laura Rocha, se “lee” en el documento que la Nación pensaba implementar siete plantas, dos en la Ciudad y cinco en la Provincia (dos en el cordón norte, dos en el cordón sur y una en el CEAMSE). Además sabemos quién está haciendo los pliegos a medida de la empresa que va a ganar: es Atilio Savino, Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, desde marzo de 2003 a Julio de 2006, secretario de la “década ganada”, quien se ve que no ganó tanto así que ahora tiene que hacer negocios con la incineración. Y una señora pro-relleno sanitario, incineración y anti-cartonera si las hay: la ingeniera Marcela De Luca. Estas son las dos personas encargadas de armar el pliego a la medida de esta empresa que a su vez gestiona los residuos en la Ciudad y los industriales en el Conurbano Bonaerense.

LC7: ¿Qué significa «gestionar»?

AM: Significa básicamente robarle a la gente y contaminar.

LC7: ¿Dónde terminan enterrados esos residuos industriales?

AM: En el CEAMSE… nosotros no tenemos dimensión cómo en Argentina en los últimos veinte años han destruido el ambiente. Ojalá fueran solamente las mineras, la cantidad de basurales a cielo abierto, la no-gestión de baterías, pilas, todo lo que son RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos). Claramente la situación de consumo excesivo en nuestras sociedades es la clave, además de la pobreza, claro está. Siempre digo que soy de la generación que se compraba la horma de queso y la iban cortando. Ahora es veinte gramos de queso y “packaging”, todo es “packaging”, todo es chiquito…

LC7: “Dime lo que arrojas y te diré quien eres”. Así dice el libro de Alicia Dujovne “Quién mató a Santiago Duarte”. Es interesante reflexionar cómo lo que nos ofrece la naturaleza no viene en envoltorio…

AM: Lo que pasa es que consumimos cosas en esta época política, por ejemplo importamos tomates de Bulgaria. La industria del tomate en Mendoza está al borde de la quiebra, por eso importamos de los países del Este, cantidad de cosas que consumimos sin otra lógica que es la de llenarse los bolsillos (Link: www.mendozapost.com/nota/84720/).

LC7: ¿Y hay algún país que en tu opinión tenga una política de residuos más responsable?

AM: Hace unos años discutimos con los cubanos, que son un desastre en la gestión de residuos, no por una forma de consumo sino porque sus preocupaciones durante muchos años solo han estado en sobrevivir. Pero es llamativo ya que si bien no tienen nada que nosotros podríamos llamar en términos occidentales y cristianos “gestión de residuos”, no tienen, en cambio, los niveles de contaminación que tenemos nosotros. Cuando vamos al interior a discutir con los recuperadores urbanos que en su mayoría son ancianos y te cuentan con orgullo que sus padres y abuelos le enseñaron a recuperar basura. Pero era basura. Ahora hay un nivel de contaminación con las pilas y baterías que alarma. Ciudades como San Francisco, por ejemplo, tienen un trabajo interesante con lo que es el concepto de “basura cero”, reutilizan casi todo… pero no son mucho los países ya que el nivel de producción al que hemos llegado hace que sea costosísima la gestión porque hay que llevar tanto volumen y tan lejos, porque nadie lo quiere tener cerca. Por eso el señor “incinerador” vuelve a aparecer como la gran solución.

LC7: ¿Por qué cree que es tan difícil emprender la construcción de plantas de compostaje, aunque sea a pequeña escala en los barrios?

AM: No es tan difícil. Pasa que es un negocio tan grande el de la basura que hasta a mí me cuesta retener los números. Nosotros gastamos veintitres millones de pesos al día en la Ciudad de Buenos Aires en la gestión de residuos. Esa cifra hay que dividirla en tres: el costo real del servicio, la enorme ganancia de quien gestiona y por último la coima para la “caja” de la política. Terrible.

LC7: Y tenemos un Estado que paga mucho a las empresas privadas y no a los cartoneros que hacen un trabajo ambiental muy digno recuperando material y “acariciando lo áspero”.

AM: Nosotros hemos logrado que el exiguo presupuesto que había se incrementa. Esos veinte tres millones/día son para los residuos húmedos. Para los secos gastamos mil doscientos millones al año que es mucho en comparación de años atrás y poco para hacer todo lo que hay que hacer. Le ha costado mucho al Gobierno de la Ciudad ceder a pesar de que las cooperativas se han organizado mucho, no sólo desde el punto de vista laboral y económico sino organizándose gremialmente. Esto ha permitido avances que por supuesto siempre están en la picota y a punto de caer y el incinerador es uno de esos riesgos. Si no lo pude matar al menos le saco el agua al pez porque sino Tenes nada para recuperar o es muy poco no se qué otro lugar habrá para ganarse la vida. Desconozco, ya no se…

LC7: ¿Crees que la relación del porteño con la basura es la del “asco”, sacársela de encima?

AM: Creo que es un fenómeno de las grandes ciudades, conozco de estos procesos hasta en México y en general todas las ciudades tienen esa relación. En nuestra comuna la relación con los residuos y su separación supera todas las expectativas. Hay que explicar al vecino que esa pequeña acción tiene un impacto económico, social y ambiental, que genera un servicio y reconvierte la actividad. La respuesta de los vecinos entonces es totalmente distinta. Lo que pasa es que no podemos cubrir la demanda porque el gobierno no pone los recursos necesarios. Nosotros gestionamos en Parque Chas, Villa Pueyrredón, Agronomía, Villa del Parque y Villa Devoto.

LC7: ¿Con qué logística cuentan?

AM: La logística la pone el gobierno quien entrega en comodato unos camiones pero eso es un suplicio porque una cosa son los contratos escritos y los hechos son otros. Cuesta mucho organizar y sostener para que el vecino se motive. Nosotros les comunicamos la cantidad de material que recuperamos. Les compartimos los beneficios que esto genera, han visto a nuestras familias crecer en su propia vida. No hay ningún compañera o compañero que salga a trabajar con un niño y esto la población percibe. La nuestra ha sido una experiencia muy rica en la relación con la basura, cuando vienen los vecinos a visitar la planta no pueden creer que no hay olor, ni en verano ni en invierno. Además, logramos que entreguen los materiales impecables. Se aspira a ganar al vecino no solo desde un lugar económico, “pobrecito el cartonero” sino explicar que este mundo puede ser vivible si cada uno hace su parte.

Entrevista: Silvio Florio. La Retaguardia. Programa Mis Hijos están con el Padre.


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