“Queremos que todo el barrio se involucre”

En Viel y la Autopista 25 de Mayo, un grupo vecinal realizó una huerta urbana para trabajar en forma comunitaria y generar integración e inclusión en el barrio. Además, cocinan viandas para personas en situación de calle y les dan asesoramiento en trámites como documentación, subsidios habitacionales y previsionales.

En tiempos como los que estamos atravesando, la acción vecinal se convierte en un factor crucial para romper con las dificultades que nos presenta el contexto actual. Así, las historias de contención y solidaridad se replican en los diferentes barrios porteños.

Juntada de Boedo es un grupo de vecinos y vecinas que hace casi dos años trabaja para entregar viandas a las personas en situación de calle y asesorarlas en distintos trámites. En las últimas semanas construyeron una huerta comunitaria urbana en el cruce de Viel y la Autopista 25 de Mayo con el objetivo de generar inclusión y darles más oportunidades a quienes más lo necesitan.

“Somos un grupo vecinal. Estamos hace dos años trabajando con vecinos en situación de calle. Después de la pandemia, empezó a reflotar el tema, se sumó más gente”, cuenta Darío, uno de los miembros del grupo. “Tenemos el contacto con Carlos Briganti, el reciclador. Él está haciendo huertas urbanas por todos lados. Estaba ese lugarcito ahí al costado de la autopista y les ofrecí a Lucas y Andrea si querían ellos encarar una huerta urbana y se prendieron enseguida”.

La idea del armado de la huerta urbana comenzó a principios de noviembre y ya se puede ver la misma emplazada en esa bajada de la autopista. Lucas y Andrea, quienes se encuentran en situación de calle, son los encargados del cuidado de la huerta.

Con esta actividad, se los reconoce y se los incluye en el barrio por lo que están muy contentos de poder ser parte de la iniciativa. “Lo hacemos de forma comunitaria porque queremos que todo el barrio se involucre. Eso les puede servir a ellos como una fuente de alimentos y también pueden hacer plantines”, explica el representante del grupo vecinal.

“Bajo la autopista tenemos un montón de lugares para hacer este tipo de huertas orgánicas. En realidad, lo que uno quiere es soberanía alimenticia y que los vecinos se den cuenta de que tenemos un potencial impresionante. Es un lugar especial. Es estratégico. Si uno ve que estos chicos con un poco de ayuda pueden lograr armar una huerta ahí, es evidente que todos lo podemos hacer. Hay que trabajar eso. Tenemos lugar de sobra como para hacer huertas urbanas”, señala Darío entusiasmado por el potencial del proyecto.

El grupo vecinal se conformó a partir de las problemáticas de los cortes de luz, sin embargo, esa unión se sostuvo y giró hacia otros proyectos e iniciativas. No sólo las huertas urbanas, sino la posibilidad de entregar viandas a las personas que lo necesitan en la zona y ver formas de ayudarlos a salir de la calle.

“Después de la pandemia hay una explosión de gente en situación de calle y vemos que no hay ayuda del Estado. Hay un abandono total. Queremos tratar de ayudar a la gente no solo con un plato de comida. Estamos tratando de ayudar para que se puedan insertar otra vez, para que puedan salir de la calle, tener un lugar y poder mantenerlo. Hacerlo sustentable. La calle es muy difícil, la calle te atrapa y es muy difícil salir”.

Para continuar con sus proyectos buscan sumar más gente que quiera cocinar. “Nosotros hacemos que cada persona una vez por mes cocine 12 viandas para 12 personas. Una comida con un postre. Eso lo hacemos una vez por mes y lo vamos rotando. Nosotros damos las bandejas y los bolsos térmicos, la comida la pone la persona. Queremos ver si esto lo podemos replicar en otros lados”.