Sábado 07 de Diciembre del 2024

Hambre, dengue y represión

La Red de Docentes, Familiares y Organizaciones del Bajo Flores denunció graves situaciones de violencia […]

Publicado el 3 abril, 2020 por Nicolás Rosales

La Red de Docentes, Familiares y Organizaciones del Bajo Flores denunció graves situaciones de violencia por parte de la policía y falta de alimentos. Griselda Galarza, integrante de la Red y docente de la Escuela N°3 D.E. 19 del Barrio Rodolfo Ricciardelli (Ex villa 1-11-14), da más detalles en esta entrevista exclusiva. 

La Red de Docentes, Familiares y Organizaciones del Bajo Flores denunciaron en un comunicado oficial que “existen graves situaciones de violencia policial, por lo tanto, exigimos que el Ministerio de Seguridad disponga medidas que inhiban la instalación de un estado policial y procure que los agentes de las Fuerzas trabajen como policía comunitaria y sanitaria. Por la falta de trabajo se registran situaciones de hambre, por eso solicitamos se resuelva en lo inmediato con bolsones de alimentos secos por semana, que cada escuela distribuya a su comunidad y con organigrama de distribución que evite aglomeraciones. Además de los alimentos, es indispensable se envíe repelente y elementos de higiene ya que el barrio está siendo atacado por el Dengue. Protección sanitaria para las personas que llevan a cabo la distribución de dichos alimentos».

La Comuna 7: ¿Uds. tienen un registro o relevamiento sobre las situaciones de violencia por parte de las fuerzas de seguridad que sufren los niños/ñas y adolescentes del Bajo Flores en esta cuarentena?

Griselda Galarza: Nosotros no tenemos un registro exacto, sabemos las situaciones de violencia que se fueron dando (circula un video de público conocimiento donde gendarmería hace caminar a dos jóvenes en posición “rana”),  pero hemos sacado un documento en el que pusimos cuarentena sin hambre y cuarentena no es sinónimo de represión.  Lo que pedimos desde el inicio de esta situación es que se garantice un dispositivo y políticas para que los sectores populares puedan sobrellevarla de la mejor manera. Estamos hablando de un territorio donde se calcula una población de 70.000 personas, y que la mayoría sobrevive desde la economía informal: por ejemplo las mujeres venden productos en la feria, son empleadas domésticas, trabajan en empresas de limpieza o los varones en el sector de la construcción. Con este diagnóstico, sabíamos que iban a producir movimientos al interior del barrio que generarían algún tipo de represalia por parte de las fuerzas de seguridad. Los casos que se sucedieron fueron por parte de Gendarmería, es sabido que desde hace un tiempo el barrio está absolutamente militarizado. Creemos que contrariamente a lo que viene sucediendo las fuerzas deberían ocupar un lugar humanitario y no un lugar represivo.

LC7: ¿Cómo está la situación de los alimentos en las escuelas y comedores populares en el barrio?

GG: El Gobierno de la Ciudad tiene tercerizados a los comedores escolares, están concesionados y son empresas privadas. A esto se le suma que los trámites de las becas para los comedores son online, pero la realidad que la mayoría de las familias no tiene computadora, tampoco internet, a lo sumo tienen un teléfono móvil. Entonces, este trámite online se transforma en un impedimento para que los pibes y pibas puedan acceder a un derecho tan básico y elemental como el de la alimentación. Para hacer este trámite este año se habilitaron dos portales para la beca comedor, una estaban en Riestra y Bonorino, y en Perito Moreno y Varela. Hubo colas de hasta 6 cuadras, y mucho de los ingresantes a primer año de la secundaria no alcanzaron a hacer el trámite de inscripción.  Se da un circuito de burocratización e inaccesible para los sectores populares generando una cadena constante de vulnerabilización de derechos. Se especuló con las matrículas en nivel medio, estimando un número menor al del 2019, lo que dificulta también la entrega de los bolsones de alimentos que se están dando en esta cuarentena. Estos equivalen a 10 días de alimentación, pero resultan escasos, tienen un paquete de cada cosa, algunos alimentos frescos, una calabaza anco, manzanas, zanahorias, cebollas, etc. Mirando estos alimentos, hice un cálculo rápido que una familia come 5 días con eso, con suerte. Por otro lado, los comedores populares tienen un número asignado de alimentos que no varía durante el año, pero ahora están desbordados. El tema de la comida para mí se fundamenta en algo más profundo, que tiene que ver con un desprecio manifiesto hacia los sectores populares: con planillas, números, burocracia, etc., desconociendo la realidad que se vive cotidianamente. Los dispositivos tecnológicos están colapsados.

LC7: ¿Cuántos casos de Dengue hay? ¿Hay campañas de prevención?

GG: En el Bajo Flores no solo tenemos muchos casos de dengue, sino que tenemos el tema de la tuberculosis hace ya bastante tiempo. El año pasado presentamos un documento junto a los CESACs declarando la “emergencia sanitaria”. La última cifra que me pasaron era de entre 300 y 400 casos confirmados aproximadamente. Es un montón. Hace unos días fumigaron un solo sector del barrio, que es el Illia. Pero falta toda la zona que no está urbanizada de la villa, estamos hablando de pasillos y manzanas completas. La salud está desatendida. La tuberculosis necesita de un seguimiento en cuanto a la medicación que se toma, y eso no se está cumpliendo porque los médicos están desbordados, no existe la figura de un médico comunitario. No hay recursos para campañas preventivas, como podría ser para el dengue. El tema de la basura que se acumula es otra cuestión a solucionar. Todo esto, es mucho más grave que el coronavirus en nuestros barrios, y ahora están apareciendo casos de sífilis.

Ph: Página 12.-


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