La salud comunitaria en la escuela durante la cuarentena

Un grupo de docentes porteños se organizaron para producir máscaras de protección facial con impresoras 3D en el CFP N° 24, que se transformó en un verdadero nodo de producción solidario en estos días de coronavirus. Los primeros destinatarios de lo producido serán los hospitales Álvarez, Piñero y Gutiérrez.  

En diálogo con este medio digital, Sergio Lesbegueris, director del Centro de Formación Profesional N° 24 de Morón 2538 del Barrio de Flores,  brindó detalles de esta interesante iniciativa: “Nos juntamos con otros CFP, así pusimos en marcha un operativo de coordinación de impresoras 3D. Se pudieron juntar ocho impresoras de distintos centros de formación porteños y  se hizo una prueba piloto. Había un modelo ya probado. Así se imprimieron con bastante dificultad algunos diseños”.

“Luego se sumó una máquina más y los diseños comenzaron  a salir mucho mejor. También se fueron sumando a esta producción solidaria de mascarillas máquinas que pudieron aportar los siguientes centros de formación: N°1 de Barracas, N° Mataderos, N°7 Núñez, N°9 Barracas «Joya», N°16 Sgbatos, N° 17, 3, y 37 de la UOCRA. También el N°30 de «Plásticos», el 38 de Barrio Carlos Mugica, el 34 Pío IV, y el 32 Textil. Se calcula se podrán juntar unas 15 máquinas funcionando en el CFP N° 24. Esto le dará un estimado de producción entre 120 y 150 mascarillas por día. Además, estamos en constante contacto con la Gerencia Operativa de Formación Profesional del Ministerio de Educación de la Ciudad”, aclaró el director.

Lesbegueris comentó que se pusieron en contacto y dialogaron con médicos de los hospitales Álvarez, Piñero y Gutiérrez: “Estos hospitales serán los primeros destinatarios de lo producido. Saldrán tandas de 50 máscaras. Las mismas serán entregadas en bolsas con un logo que contendrá la leyenda: realizadas por los Centros de Formación Pública de la Ciudad”.

A tal fin se organizaron en la escuela pública equipos de trabajo en dos turnos de 4 horas, mañana y tarde. “La idea fue que cada equipo esté compuesto por cuatro personas de distintos centros. Se pensó esta cantidad para evitar aglomerarse, respetando los protocolos de seguridad, colaborando en un entorno seguro, trabajando en dos turnos, de mañana y de tarde. Así tendremos la capacidad operativa al máximo”.