Hoy ante el avance de la pandemia COVID-19, el aislamiento social y la cuarentena obligatoria, […]
Publicado el 29 mayo, 2020 por Carolina Lopez
Hoy ante el avance de la pandemia COVID-19, el aislamiento social y la cuarentena obligatoria, nuestros estudiantes se encuentran como rehenes abstractos. Posiblemente sea diferente la problemática de los más pequeñxs de nivel inicial y primaria, a la de media y universitaria. Por lo pronto algunos estudios puntualizan que la franja etaria más afectada por la situación son los más pequeñxs. Otro gran problema invisibilizado es el de los que aún siguen en lista de espera por la asignación de una vacante en la escuela pública.
Mientras en los medios de comunicación nos siguen vendiendo esa idea fabulosa “TODOS ESTAMOS CONECTADOS” con una vehemencia casi creíble, una más de las propagandas fantasiosas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en sus manotazos tortuosos de unificar ideas o criterios que distan infinitamente de las diversas realidades del estudiante como individuo, pero mucho más aún de su contexto dentro del marco familiar.
Hoy vemos con preocupación LA ESCUELA EN CASA, definitivamente la escuela NO ES EN CASA y menos en aislamiento. Las distintas maneras de desarrollar desafíos creativos para conectar a pibes y familias que carecen de todo tipo de preparación para esta etapa, complica y hasta tensa las relaciones de convivencia en muchos hogares. El desmantelamiento de Conectar Igualdad fue el puntapié inicial allá por el 2016 para que hoy miles de niñxs no tengan su equipo, ni sepan utilizarlo, para trabajar conectados, eso “suponiendo” que solo fuera por el equipo.
Sin embargo vemos otras realidades, familias que están sin ingresos por la suspensión de trabajos, facturas que vencen sin poder pagarlas, tratando de hacer milagros para llevar un plato de comida a la mesa familiar, hacen muy complicada cualquier situación para “Hacer tareas”, ni hablar que muchos padres y madres desconocen por completo las tecnologías, y/o los temas dados por los docentes que envían tareas semanales a los chicos, algunos no cuentan con conexión estable a internet, otros la van a perder por falta de pago. A eso se le suma la angustia del encierro. Hace poco se han demostrado casos de niñxs que desarrollan sueños inquietos, pesadillas, se frustran con más facilidad, lloran sin razón evidente, gritan, entre otros trastornos de ansiedad.
Ahora a la sumatoria de preocupaciones familiares económicas, de salud, hambre, también se le agrega el vencimiento de la presentación de algunas tareas virtuales, casi irrealizables para distintas familias.
Hace poco las escuelas entregaron los libros de clases a sus alumnas y alumnos, pero muchos chicos y chicas que son nuevos o se incorporaron en el transcurso de este año 2020, no va a recibirlo, por que no estaba contemplado cuando el gobierno envío los manuales a las escuelas y los cuadernillos de Nación no fueron entregados de forma física a todas las escuelas de la ciudad.
Vemos con mucha dificultad que la situación pueda mejorar en el contexto de cuarentena, ya que la DIVERSIDAD DE REALIDADES ES INMENSA.
Nos angustia aún más que se genere una ruptura en los grupos de estudio como se manejaban hasta ahora en el aula, ya que sin guía cercana, aquellos chicxs que tenían acompañamiento asistido como por ejemplo: el maestr@ de apoyo o el Maestr@ MATE pueden presentar retrocesos significativos en el aprendizaje.
Y para que nos demos cuenta que todo, siempre, lo pueden empeorar, El Ministerio de Educación de la ciudad ha dictado la resolución (RC420200413212234) destinada “a conformar mesas de examen y/o instancias de evaluación de forma remota para dar cumplimiento a las instancias de evaluación previstas en la agenda educativa” en los establecimientos de nivel medio y terciario, presionando así a conducciones y docentes a calificar al alumno y alumna en el contexto de aislamiento, sin haber podido transitar como docente por la realidad del estudiante. La familia siente la presión de entregar tareas para calificación, aun si el alumnx no entendió en absoluto lo realizado (los padres no somos docentes) y el niñx termina siendo la esponja que absorbe la presión de todxs.
Esto parece claramente un aprovechamiento de la situación para seguir con el trabajo de desguace de la educación pública, la conducta elitista y la exclusión de muchos del sistema educativo.
El panorama es complejo y sabemos que va a dejar una huella imborrable en nuestros chicos y chicas y creemos que lo más importante en estos momentos es poder utilizar la escuela como una plataforma de acercamiento vincular, acompañamiento y sostén de las familias en el sentido social de la palabra.
* Delegada de Cooperadoras Escolares C7.
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