Hastinapura es una fundación que busca el crecimiento espiritual, el desarrollo personal y está hace […]
Publicado el 18 junio, 2021 por Juan Bertrán
Hastinapura es una fundación que busca el crecimiento espiritual, el desarrollo personal y está hace más de 35 años en Flores. Conversamos con Sergio Lemberger, director del establecimiento, quien contó las actividades que realizan y las dificultades y oportunidades que provoca la pandemia.
La Comuna 7: ¿Qué actividades realizan y cuál es el objetivo?
Sergio Lemberger: Buscamos colaborar con la educación y el crecimiento espiritual de la gente. Esto se hace a través de distintos cursos de filosofía, yoga, meditación, actividades culturales, la mayoría de ellas gratuitas y libres, y también el área de acción social. Estas áreas están apoyadas por la editorial, que hace muchos años que viene imprimiendo libros, tanto para adultos como para jóvenes y chicos, en nuestra temática. Todo esto tiene que ver con mejorar a la humanidad de alguna manera y tratamos de ayudar a que las personas busquen lo esencial, no solamente las cosas que ocurren en el momento.
LC7: ¿Desde cuándo están en Flores y por qué te interesó esta temática?
SL: En Flores estamos hace 35 años, la gente del barrio ya nos conoce. Tenemos sedes en Capital Federal, en el interior, en Uruguay, en Bolivia y en Colombia. Pero todo esto que es Hastinapura (que significa ciudad de la sabiduría) se inició acá en la Argentina. Mi interés tiene que ver con eso de tratar de tener un mundo mejor para todos. La cuestión pasa por mejorar al ser humano, tener una visión de la vida más acorde con esta propuesta, que lo que trata es de mejorar a la persona, para que esté realmente bien, tenga paz, felicidad, plenitud.
LC7: En los últimos años, ¿el interés de las personas por estos temas está creciendo?
SL: En los últimos años se masificó toda esta necesidad. El yoga y la meditación se hicieron más conocidos y hoy son parte de la vida de los seres humanos. La proporción de gente que practica yoga en el mundo ahora es increíble. Pero hay que tratar que las cosas se hagan bien. La sociedad a veces trata de comercializar todo esto y usarlo justamente con fines que no tienen que ver con la esencia de esta práctica. Hay que tener cuidado porque podemos caer en una cuestión de la liviandad, una cultura light. A veces el yoga y la meditación se hacen sin respetar el sentido que tienen estas prácticas.
LC7: ¿En qué cosas notás que no hay un respeto por la práctica?
SL: Para que todos tengan un panorama, el yoga que se practica hoy se puede entender como un camino que tiene ocho etapas y cada una de ellas tiene muchas prácticas. En occidente, se empezó a practicar la meditación, que es uno de los ocho pasos, pero en realidad no es el primer paso. Los dos primeros tienen que ver con la conducta de los seres humanos en la sociedad que vivimos y también en lo personal, qué actitudes tiene uno. Recién los últimos pasos del yoga tienen que ver justamente con la meditación pero son los que se realizan primero, saltando lo otro. Entonces, para hacerlo bien esto es un todo coherente, un camino completo que atiende a todas las necesidades del ser humano, tanto físicas, como psicológicas y espirituales. Entendemos que hay que hacer las cosas con seriedad con idoneidad y de esa manera podemos trabajar por el bien del individuo y de toda la sociedad en que vivimos.
LC7: ¿Qué dificultades les provocó la pandemia?
SL: Fue y sigue siendo una época muy complicada para todos. A la fundación venían muchos practicantes a hacer yoga. Fue difícil que la gente pase de una práctica presencial a una virtual. Mucha gente se negó a hacerlo. Afortunadamente, con lo que pudimos continuar es con los profesorados tanto de yoga como de meditación en forma virtual. Hay muchos profesores que están haciendo algún posgrado acá, que tiene en cuenta los beneficios en la salud del yoga, aspectos de la filosofía o de la esencia del yoga. Este año abrimos ocho posgrados trabajando en forma virtual, lo que permitió un contacto con gente que vive lejos. Esta etapa tenemos que vivirla de la mejor manera y aprovecharla.
LC7: ¿La virtualidad qué tipos de problemas genera?
SL: Hay una diferencia sustancial. En lo presencial el contacto de unos con otros es fundamental. Al nivel de la práctica en el yoga hace falta ver que la gente haga adecuadamente toda la práctica. Hay elementos que son claves, que hay que hacerlos bien y hay que estar muy atentos. Somos seres sociales que necesitamos unos de otros. Ese contacto personal hace que valoremos eso de estar frente a otra alma tan valiosa como todos los seres y eso es la esencia de estas prácticas.
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