Como parte del ciclo “La experiencia del oficio”, el Centro de Formación Profesional Nº 24 […]
Publicado el 17 junio, 2021 por Juan Bertrán
Como parte del ciclo “La experiencia del oficio”, el Centro de Formación Profesional Nº 24 realizó una charla abierta con integrantes de la Panadería Cooperativa Azul. Una entrevista donde la mirada se posó en el trabajo colectivo y en las claves para desarrollar una actividad en contextos adversos.
El lunes 7 de junio el Centro de Formación Profesional Nº 24 realizó una charla abierta con integrantes de la Panadería Cooperativa Azul. La misma fue parte de su ciclo virtual “La experiencia del oficio” que se transmite por su canal oficial de YouTube. A lo largo de más de una hora y media, Aldana Ramos, miembro de la panadería ubicada en Boyacá 1.454, contó su experiencia de cooperativismo y cómo llevan a cabo su oficio cotidiano.
La historia empezó en el 2007 o -mejor dicho- los problemas empezaron a fines de ese mayo de 2007, cuando los dueños de la panadería decidieron cerrar el local de un día para el otro. A partir de ahí, los empleados se encontraron ante la difícil situación de decidir qué hacer para sostener el trabajo. “No teníamos ni la menor idea de cómo armar una cooperativa”, comentó Ramos en la charla.
Aun así, en medio de un mar de dudas, intentaron seguir trabajando con las máquinas viejas de la panadería que los dueños les habían dejado como indemnización. Desde ese momento, comenzaron un largo proceso en el que tuvieron que negociar el alquiler del local, hablar con los proveedores y comenzar a establecer formalmente la cooperativa. “Hicimos la primera asamblea el 31 de mayo y el 1 de junio abrimos, con un miedo. Nos dejaron las máquinas pero no teníamos más nada”, recordó Aldana.
A pesar de la situación, la integrante de la panadería se acordó casi con alegría de la actitud de los vecinos y vecinas en ese momento: “Estamos eternamente agradecidos con la gente del barrio. Nos traían cosas, nos regalaban cosas, porque estábamos sin nada. Nos apoyaron siempre”. A la vez, Ramos contó cómo fueron esos primeros meses: “Nos sorprendimos de lo que se podía recaudar porque para nosotros siempre decían que no había plata. Nunca quedaba un peso. Nos debían los sueldos porque nunca alcanzaba”.
Asimismo, indicó los beneficios de ser una cooperativa: “Tenemos esa ventaja de que tenemos el trabajo asegurado mientras nosotros lo podamos cuidar y podamos tratar de encontrarle soluciones a los problemas que tenemos” y agregó “pero hay que poner el hombro, hay que arreglar las cosas”. También, hizo hincapié en todo el aprendizaje de hacer una cooperativa, cómo es el cambio de pasar de ser empleados a tomar las decisiones, a votar las decisiones. “Lo importante es que las decisiones las tomemos entre todos”, subrayó.
Luego de una primera parte de la charla que se enfocó en la historia de la cooperativa, el siguiente momento fue de preguntas por parte de estudiantes y docentes para conocer cómo funciona por dentro la panadería. “Los gustos van cambiando. No se venden las mismas cosas ahora que lo que se vendía antes. Vamos innovando un poco. Hay que estar atentos y empezar a ver por dónde van los gustos de la gente”, planteó la panadera.
“Lo que nunca quisimos es bajar la calidad”, remarcó Aldana con un dejo de satisfacción por haber conseguido el objetivo. Luego, consideró importante seguir desarrollándose en lo gastronómico para poder crecer: “También hacemos comida porque es una realidad que las panaderías solo como panaderías no funcionan. Hay que expandirse, ser un negocio donde la gente compra casi todo”.
Si bien afirmó que el trabajo en la panadería es “un trabajo muy sacrificado. Hemos tenido muchos problemas en estos 14 años”, a la vez resaltó que “es un trabajo que para el que le gusta es apasionante. El pan es tan noble, es tan rico, no te cansás. A mí me encanta. El momento más lindo es cuando están sacando el pan del horno”.
Por otro lado, reflexionó que “como somos una panadería de barrio, nuestros clientes son más amigos que clientes, los conocemos, conocemos su vida, qué les pasa, tenemos todo un vínculo. El vínculo con los vecinos me encanta. Si no hubiéramos tenido el apoyo de los vecinos, no hubiéramos salido adelante”.
Hacia el final, Aldana contó cómo trabajan con el horno de piso, cómo es el proceso de elegir proveedores, las características del oficio de panadero y los cambios que hay del tradicional aprendizaje que se hacía directamente en la panadería al aprendizaje contemporáneo en donde hay cursos, carreras e instituciones. Ramos opinó que los que vienen con estudios “traen nuevas cosas, nuevas ideas. Para mí es fundamental seguir estudiando, es bueno seguir perfeccionándose. Cuando aprendés, el oficio te encanta”.
Un nuevo ciclo virtual del CFP Nº 24
Impulsado por el área de gastronomía de la institución pública ubicada en el barrio de Flores (Morón y Artigas), este ciclo tendrá su segundo encuentro el 7 de julio a las 19 horas. El mismo será una charla abierta sobre Antropología de la Alimentación y se abordará la historia de la alimentación en las distintas culturas.
Además, se pueden ver todas las charlas de la institución aquí.
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