Tiempo atrás uno de los grandes interrogantes era saber cómo se manejaría la fuerza que […]
Publicado el 12 julio, 2021 por Verónica Candolfi
Tiempo atrás uno de los grandes interrogantes era saber cómo se manejaría la fuerza que gane en una comuna, cómo ejercería la Jefatura de la Junta Comunal, compartiendo la gestión con representantes de otras fuerzas políticas con visiones y propuestas diversas y a veces en contradicción con lo propuesto en la plataforma electoral de quien ganó.
Y como si fuera poco al interrogante antes planteado la gran cuestión era saber si el órgano colegiado estaría a la altura de lo que la sociedad civil exigía en post del anhelo de ver mejoras rápidas en su entorno más cercano. Siendo que muchas de las problemáticas tienen que ver con cuestiones socio económicas de estructura y que muchas de ellas corresponden a las funciones propias exclusivas y las concurrentes con el Gobierno de la Ciudad, esto obliga a hacer un cálculo cuantitativo y cualitativo (capacitación profesional) concreto de los recursos humanos mínimos que se necesitan para atenderlas.
Si bien las sedes comunales han sufrido transformaciones reacomodando sus estructuras a la nueva gestión, lo cierto es que en algunos casos esto se ve aun con cierta carencia. Particularmente en la articulación del Gobierno de la Ciudad con el gobierno comunal, para aquellas temáticas que se suscriben a las facultades concurrentes, que prioritariamente son las que anteriormente se mencionan como las más estructurales.
Estas cuestiones de gestión que no han sido contempladas en su máxima expresión en las 2 gestiones comunales ( 2011-2015 y 2015-2019), a mi entender desprotegieron a las Comunas, produciendo un rápido desencanto de los vecinos sobre su utilidad, en relación a la solución de sus problemas.
Uno de los grandes desafíos que aún queda por hacer, está vinculado a que no se ha podido avanzar sobre una de las bases de la descentralización, hacia una democracia de creciente participación popular y ciudadana, la Constitución de la Ciudad en su artículo 131 ordena la creación los Consejos Consultivos. Si bien las reuniones han sido sostenidas a lo largo de los años por los vecinos, en muy pocos CC son de participación multitudinaria.
Creo que hay que poner especial atención en una sensata reglamentación de su integración y funcionamiento, de manera que bien instrumentado puedan ser una formidable experiencia de integración y trabajo al servicio del bien común, recuperando el sentido de solidaridad y de pertenencia a una comunidad, que se pierde en la tendencia al individualismo de las megalópolis. Por lo tanto las Comunas como la democracia no están terminadas de una vez y para siempre, porque no es un sistema perfecto sino que es eternamente perfectible.
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