Un grito desde abajo

Soledad Maldonado, Natalia Pereira y Chiara Veneziale aseguran construir otra militancia, feminismo y perspectiva en el Bajo Flores. Están haciendo una colecta solidaria de productos para la higiene femenina.

Se conocen de la UMET, pero si bien cursan carreras diferentes tienen algunas materias en común. Una estudia Gestión Social y otra Políticas Públicas. La militancia barrial también las juntó y dicen tener afinidad con el peronismo. Otras tienen experiencia en organizaciones civiles y  en ONGS.

En el Bajo Flores en particular sus espacios de encuentros son la Unidad Básica Manuel Dorrego en el Rivadavia 1 y el Club VillaMiraFlores. En Flores Sur hay otros feminismos, ellas son “Grito Barrial” y queremos que las conozcan.

La Comuna 7: ¿Cómo surge la idea de juntarse y de ponerse el nombre Grito Barrial?

– Grito Barrial surgió una tarde de café, pensamos un nombre que sea como de reclamo, algo más vecinal, y así salió el nombre.

LC7: ¿Qué diferencias hay de militar un feminismo en esta parte de la ciudad?

– Nosotras lo que hacemos es no excluir a nadie, todas tenemos nuestros pensamientos. Desde nuestro lugar queremos hacerles ver a las mujeres del barrio que hay desigualdad, más allá de que algunas estén a favor o no del aborto legal. La palabra “feminismo” si bien se usa y se habla en todos lados, la ven como algo lejano, distante a su realidad cotidiana. Muchas veces ellas sufren violencia directa y lo naturalizan. Ahí está nuestro trabaja, llegar a concientizar e identificar que incluye el feminismo, que tipos de violencia hay. Que está bueno poder hablar del entre mujeres. Sucede también que el feminismo nació como algo muy académico, desde mujeres que tuvieron la posibilidad de ir a la universidad, y a la hora de bajarlo en áreas vulnerables una tiene que modificar y adaptarse a lo que el feminismo no pudo llegar. El feminismo las atraviesa pero quizás no se dan cuenta. Las mujeres solas son las que tienen que salir a laburar para mantener a sus hijos. Tenemos que hablar no desde una teoría, sino más bien desde lo cotidiano. Queremos que se empoderen, las incentivamos. Queremos atravesar experiencias juntas.

LC7: ¿Se ve mucho machismo?

– Como en todos lados. Pero quizás un poco más instalado, o más naturalizado desde las propias mujeres. Intentamos hacerles ver que pueden ser otro tipo de personas, con otro tipo de vida, porque las mujeres del Bajo Flores, quizás por una cuestión de diversos orígenes y culturales lo tiene muy arraigado, son sumisas. Este espacio es para que nos cuenten esto”.

LC7: Hicieron un mural para concientizar, ¿cómo fue la experiencia?

– Estuvo muy bueno. Fue el sábado 7 de marzo, desde las 11 hasta las 15 nos tocó un día soleado. Cada participante pintó una flor, fue una forma de expresarse a través del arte. La flor simbolizó un renacimiento, que cada una es diferente. También unos puños que en alto que simbolizan la lucha, está en Camilo Torres y Somellera. Fue un momento familiar, y cada una le puso muchas ganas, a pesar del calor. Se vivió un momento de hermandad, de emotividad. El hecho de reunirse ya es importante.

LC7: ¿Cómo seguirán con sus actividades?

– Este mural fue nuestra primera gran actividad y le dimos un aspecto oficial a nuestra organización. Estamos viendo en que momentos podemos volver a reunirnos, para seguir consolidándonos, sumando voluntades. La idea es armar una agenda de actividades con cine de debate, juegos didácticos como lógica de grupo. Para eso, tenemos un equipo de compañeras profesionales especializadas en derecho, salud, etc. Con las charlas, llegamos al foco de los problemas, porque las mujeres del barrio se van largando a contarnos situaciones íntimas de violencia por ejemplo, les da culpa, miedo y vergüenza. Queremos destacar la importancia de la correcta aplicación de la ESI (Educación Sexual Integral)  y la forma de continuar charlando de este tema con las mujeres del barrio, quieren saber sobre sus derechos sexuales y reproductivos De paso queremos difundir que estamos realizando una colecta solidaria de productos de higiene femenina. Actualmente son muy caros, y los sectores vulnerables que no pueden acceder son las que más sufren. Esperamos que sumen todas las vecinas que quieran, para estar más juntas, para compartir, para acompañarnos, y para no tenerle miedo al feminismo.