Solidaridad murguera

Una murga, una asociación civil, un colectivo lleno de manos solidarias. Los Impresentables de Flores tienen diferentes facetas, ya sea desde su arte o desde su colaboración con la comunidad, aportan a la Comuna N° 7 su característico brillo y alegría de carnaval. En junio, hicieron una nueva entrega de donaciones.

Entre los bombos y platillos, el baile y los trajes, hay mucho más que letras críticas y música. El espíritu murguero es mucho más de lo que se puede llegar a ver en un fin de semana de carnaval en febrero. Así lo demuestran Los Impresentables de Flores, una murga que también es una asociación civil, cuyo trabajo comunitario se ve todos los días en el barrio, en donde acompañan a diferentes espacios de la Comuna N° 7 con sus ritmos solidarios. En junio, entregaron una nueva colecta de alimentos al merendero Juanpa Carlos de barrio Ricciardelli.

“Nosotros apadrinamos al Juanpa, donde van unos 150 chicos y chicas todos los días a tomar la merienda y donde los fines de semana se hacen ollas solidarias”, nos cuenta Martín “Cachi” Oliva, referente de Los Impresentables, en una charla telefónica. “Todas las semanas juntamos donaciones para colaborar con lo que hacen. Después, también apadrinamos al Hogar de Niños Mariposas en Flores. Ese es un apadrinamiento más artístico. Lo que hacemos es ir a jugar con los chicos, darles talleres de murga y también hacemos colectas y rifas para el mantenimiento del hogar”.

Y el trabajo solidario no se queda ahí. Es que también apadrinan dos Centros de Primera Infancia (CPI) en el barrio. “Los ayudamos a conseguir donaciones, a los padres y madres de los nenes los ayudamos a hacer trámites, como documentos o en ANSES. Después, también conseguimos zapatillas, camperas, útiles escolares. En épocas de inicio de clases, tratamos de donar mochilas, guardapolvos, ropa, para que los chicos puedan comenzar las clases y no abandonen”, señala Oliva durante la entrevista con LC7.

Con más de 70 integrantes y más de 18 años de historia, la murga es parte dela comuna, vive en el barrio y trabaja para mejorar su realidad. “La murga es barrio, es calle, desarrolla toda su actividad y ensayos en las calles, en las plazas. La murga vive en la calle, se choca con la realidad constantemente. Nos venían a buscar de merenderos y colegios para que toquemos. Así, nos fuimos empapando un poco de la realidad del barrio, de los comedores, de los hogares, de los colegios y por nuestra cuenta decidimos hacer una colecta y otra y otra más, y así nos fuimos involucrando”, explica Cachi ante la consulta de este medio digital.

Debido al gran trabajo que venían realizando, la murga decidió transformarse en una asociación civil en el 2015, según comenta el referente de Los Impresentables, “como para darle formalidad al trabajo social que veníamos haciendo porque a veces se nos complicaba conseguir las donaciones. Ahora, todo lo que es la parte social y solidaria la hacemos por la asociación. Así, nos podemos plantar ante la Comuna o Desarrollo Social, o mismo frente a los comercios del barrio desde otro lugar, ya desde una formalidad de pares, de iguales. Somos una institución del barrio más”.

Como a todos, la pandemia golpeó a Los Impresentables y les impidió ensayar y continuar con sus actividades. Recién a principios de este año pudieron retomar las rutinas artísticas de la murga. “Volvimos con otros cuidados, con protocolos, nos separábamos en la plaza por sectores, no se compartían instrumentos. Pero ahora ya estamos ensayando con total normalidad en la plaza, practicando y esperando por un carnaval normal, como fue antes de la pandemia”. Actualmente, están preparando su espectáculo y desarrollando su crítica social para exponerla en el carnaval porteño de 2023.

Para colaborar y acercar donaciones, los encuentran todos los sábados por la tarde en el espacio del Patio Porteño de Av. Donato Álvarez 150, al lado del cruce con el Ferrocarril Sarmiento.