Sábado 05 de Octubre del 2024

Repensar la escuela

Escribir sobre la escuela en este momento supone un recorrido por sus dinámicas, sus protagonistas […]

Publicado el 17 abril, 2021 por Rosana Domínguez

Escribir sobre la escuela en este momento supone un recorrido por sus dinámicas, sus protagonistas y el tiempo que nos toca atravesar, centrados en su principal tarea que es la enseñanza.

Este año, después de vivir un 2020 desde la extrañeza y la incertidumbre, volvimos a lo que algunos llaman “la Presencialidad”, nosotros, los docentes, decimos que no volvimos a la escuela, decimos, “la escuela siempre estuvo”: desde el minuto cero de la cuarentena, adaptándose a la virtualidad, vía Meet, con Whatsapp, correo electrónico, el blog de la escuela y todos los modos posibles que el compromiso de cada maestro y cada maestra, facilitó para garantizar la llegada  a nuestros alumnos/as, incluso, llevándole puerta a puerta las actividades.

Ahora es distinto, estamos en “la presencialidad” y para organizarla tuvimos que repensar la escuela. En la nuestra, las aulas dan a un patio cubierto. Por lo cual, las únicas aulas habilitadas para dar clase en formato burbuja eran apenas tres. Esto fue sumamente complicado porque tenemos nueve grados a la mañana y nueve a la tarde. En una semana debimos planificar la organización de las burbujas y de los grados. En cada grado tenemos 20 alumnos y teníamos que dividirlos en burbujas de 10, ya que cambió la distribución respecto de la cantidad de metros cuadrados que le corresponden  a cada niño/a. Al principio, cada burbuja asistía 2 veces por semana.

En diciembre del año pasado solicitamos purificadores de aire que nos permitían habilitar el resto de las aulas, pedido que se hizo efectivo a fines del mes de febrero. A partir de ese momento pudieron asistir más alumnos. Continúan concurriendo 2 veces por semana, y cada 15 días agregamos un día más.

Eso fue lo primero que tuvimos que hacer: pensar cómo organizarnos espacialmente, con una escuela en la que faltaban aulas. Y no solo aulas,  docentes también. En otros países se designaron más maestros/as para poder acompañar esta presencialidad.

En la ciudad no fue posible hacer esto por varias razones. Una, a mi entender, es porque faltan maestros. Más aún, cuando un maestro o maestra debe aislarse a causa de un caso positivo en la burbuja, no conseguimos docentes. Ahora hay una resolución del Ministerio de Educación, que establece que estudiantes de la carrera de Magisterio van a poder tomar algunas suplencias, sin éxito todavía. Seguimos con muchas burbujas sin docente designado.

También tuvimos que repensar la tarea pedagógica en un corto plazo. Pensarla y reorganizarla. Reunidos con todo el equipo docente, entendimos  que, considerando que el año pasado los chicos tuvieron diferentes formas de acceso a clases,  la heterogeneidad se profundizó.

Para abordar este desafío, decidimos agrupar a los niños por conocimientos próximos y por niveles como alternativa al agrupamiento por edad, forma tradicional  de agrupar en la escuela graduada. Por ejemplo, a niños y niñas de 4° grado aún no alfabetizados, los agrupamos de acuerdo a la modalidad antes nombrada. En la escuela la heterogeneidad es bienvenida. Pero ocurre que siendo este año tan profunda esta heterogeneidad, tuvimos que pensar nuevas formas para que en esos dos o tres días que concurren  los chicos a la escuela, el maestro pueda optimizar los recursos pedagógicos.

Así, planificamos proyectos en relación a los puntos de partida de nuestros alumnos. Esto fue esencial para nosotros: saber el punto de partida de cada niño y niña. En la anterior normalidad, conocíamos sus puntos de partida. Este año cambió, porque la virtualidad permitió algunas cosas y dificultó otras. Luego de realizar el diagnóstico de los saberes previos de las áreas de Matemática y Prácticas del Lenguaje armamos los “grupos por conocimientos próximos”. En nuestra escuela siempre decimos que al niño/a “hay que ir a buscarlo donde está”, en relación a los conocimientos que posee, para que las intervenciones docentes sean las adecuadas a sus necesidades. Si un niño cursa tercer grado, pero de pronto aún no adquirió contenidos de segundo, trabajamos los contenidos de segundo  con diversas estrategias de enseñanza para que ese niño/a pueda aprender lo que quedó pendiente.

No nos gusta la expresión «problemas de aprendizaje» porque bajo este concepto hay muchas cosas que como docentes no podemos hacer ni cambiar. Nos gusta más decir «problemas de enseñanza» porque ahí es donde nosotros podemos intervenir. Lo que podemos cambiar es la enseñanza. De ese modo, si un niño no puede aprender de una manera buscamos otra porque creemos firmemente que “todos y todas pueden aprender”.

Nuestra escuela, además, tiene muchos niños/as incluidos y esto nos presenta un constante desafío. Trabajamos en equipo, con la Escuela Especial N°1, la Escuela Especial N° 6, la Escuela Domiciliaria N° 8 y la Escuela de disminuidos visuales. Tenemos varios chicos integrados que necesitan un recurso más. Para ellos contamos con el APND (acompañante personal no docente)  que es gestionado por las familias a través de su  obra social, mediante un certificado de discapacidad. Una vez aprobado, se incorpora al aula, al lado del niño, acompañándolo durante su jornada escolar.

Destaco como muy interesante para el regreso a la presencialidad, la propuesta de “unidad pedagógica”. ¿Qué es esto? En tiempos normales, el mismo docente de 1º grado, pasa junto a sus alumnos/as a 2º, garantizando una continuidad necesaria para fortalecer las trayectorias escolares. Este año nosotros pusimos a toda la escuela en unidad pedagógica porque entendimos también que todos los grupos necesitaban esta continuidad en el abordaje de los aprendizajes del año anterior y el actual.

Repensamos en profundidad la escuela porque todo lo que sabíamos ya no nos alcanzaba. Si es posible rescatar algo de la pandemia, sin duda es que nos impulsó a reflexionar y a preguntarnos acerca de cómo enseñamos, cómo aprenden nuestros/as niños/as y qué condiciones tenemos que tener en cuenta para que ocurran los aprendizajes. Fue y es un trabajo arduo e interesante a la vez, de mucha discusión y revisión de lo hecho para corregir, ajustar, mejorar.

Estamos en un permanente repensar la tarea, para barajar y dar de nuevo cada vez que sea necesario. El objetivo permanente es mejorar la calidad de los aprendizajes de nuestros/as alumnos/as.

*Directora de Primario Escuela N° 8 D.E. 11 “Cnel. Ing. Pedro Antonio Cerviño” – Varela 358. Flores.

Fotos: Nicolas Rosales


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