Las damas de rosa

Así se las identifica a un grupo de mujeres que realizan tareas de voluntariado social dentro del Hospital Piñero de Flores. Cumplen 43 años de servicio ad honorem para la comunidad. Un ejemplo de solidaridad.

En Buenos Aires los grupos de voluntarios y voluntarias empezaron a surgir en los años 60. El del Hospital Piñero llegó a formarse en 1979 y de allí en adelante tuvieron continuidad y también modificaciones. Este año, el 19 de noviembre, cumplirán 43 años de existencia.

En cuanto a la composición del grupo, la mayoría son mujeres y el rosa de sus guardapolvos las representa. En el día a día, acompañan a las personas internadas, les dan de comer o donan ropa a quienes no tienen medios. “Asistimos al enfermo en lo que necesite, ya sea con ropa artículos de higiene o contención”, dicen ante la consulta de LC7 y aclaran que no son enfermeras y que no reciben dinero alguno por la labor que realizan: “Lo hacemos y estamos porque queremos, de corazón”.

Aseguran que el mejor pago que tienen es la devolución con una sonrisa, un abrazo o simplemente el agradecimiento cuando los pacientes se sienten de alguna forma contenidos. “Nos damos cuenta cuando los pacientes tienen necesidad, cuando la mesa de luz está vacía. Recibimos donaciones y acondicionamos lo que haga falta”, detallan ellas y agregan que cada una cumple un rol distinto dentro del grupo.

Están entre dos y tres días en el hospital y le ponen mucho amor y cuerpo a la tarea, que realizan en conjunto con las especialidades médicas del hospital y la asistencia social. “Voluntaria no se hace, se nace”, expresan con emoción en sus rostros. Una labor admirable y digna de conocer.