Jueves 26 de Diciembre del 2024

La educación es una carrera con obstáculos

Lo que vimos desde el inicio de esta pandemia son dos cosas claras: la falta […]

Publicado el 18 mayo, 2020 por Anabella Chipponere

Lo que vimos desde el inicio de esta pandemia son dos cosas claras: la falta de prevención y la falta de políticas públicas que tuvo el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con todos sus estudiantes y sus familias.

Tanto en la Ciudad como a nivel Nacional, el gobierno de Mauricio Macri discontinuó el Plan “Conectar Igualdad”. Esto significó que en marzo de 2016 se transfirió el programa desde la ANSES, que tenía a cargo, al gobierno de cada ciudad. Cada ciudad podía diagramar esa entrega de netbooks como más lo quisiera. En la Ciudad de Buenos Aires se siguió implementando bajo el Plan Sarmiento, con todo lo que ese nombre implica, pero los alumnos de primero, segundo y tercer grado no reciben las computadoras. Reciben equipos pero para utilizar solo en las escuelas. Entonces, deja a toda una población sin tener computadora.

El no tener computadoras para estos chicos implica un montón porque implica de por si una desigualdad. Al margen de esto, los chicos de cuarto grado tampoco tienen computadoras porque esto se inició a principios de año. Entonces, tenes 4 grados de escuela primaria que no tienen computadoras. La única manera que encuentran los docentes para poder comunicarse con esos alumnos es a través de la computadora.

Y otro problema que enfrentamos los vecinos de Flores, mis alumnos, es el dengue. Si bien desde la escuela implementamos un proyecto de concientización del dengue, el año pasado no se fumigó como correspondía y eso hace que aflore un montón. Tenemos dos grandes problemas: por un lado, la pandemia a nivel nacional, y tenemos el dengue a nivel de la ciudad.

Salteando estos obstáculos, nos encontramos con el otro y sabemos que la tarea de los docentes es encontrarnos con el otro. Encontrarnos con el otro es encontrarnos con un montón de cosas. Tengo 40 alumnos en los dos grados. Soy maestra de práctica del lenguaje y ciencias sociales. En la escuela, como mis alumnos en un gran porcentaje no tienen computadora ni acceso a internet, y muchos ni siquiera tienen teléfono con whatsapp.  Resolví hacer clases por videollamada por Whatsapp. Esto implica que dos veces por semana mis alumnos abren la puerta de sus hogares y me reciben a mi y a otros 3 alumnos. Hacemos una videollamada que es una clase grupal que dura entre 30 y 40 minutos.

Para que esta clase se dé se predisponen los alumnos y padres a abrirme las puertas de sus casas porque en la videollamada, a través de un celular, implica un montón de cuestiones. Es una experiencia muy linda que no solo nos hace trabajar con un alumno sino que nos hace adentrarnos en cada una de las familias particularmente. Muchas de las clases que nosotros damos comparten esa clase con otro hermano debido a los lugares que habitan.

También, con algunos alumnos trabajamos con la plataforma EDMODO. Para que los alumnos accediera al módulo, lo que tuvimos que hacer es una videollamada especial para ir conectando a cada alumno en el modulo. Conectarse a EDMODO es poner nuestros recursos en solidaridad con nuestros alumnos. Por ejemplo, el teléfono que yo gasto no me es remunerado en el sueldo. Lo mismo que Internet. Recibo un montón de gratificación de mis alumnos. Lo que se cambió también es la manera de enseñar: antes los alumnos aprendían con el docente, se valora un montón mas el trabajo con el docente desde las familias, cada vez que tenemos que hacer algo nuevo, se sientan el padre, la madre, el hermano con ellos y conmigo a hacer ese trabajo, y ello es maravilloso.

Esto hace estrechar los lazos de manera mas solidaria porque también lo que puedo escuchar es que muchos chicos no tienen wifi en la casa pero que sus vecinos le prestan wifi o le prestan la computadora para que tengan acceso al módulo. Esto lo notamos cuando le consultamos cómo hizo para conseguir esa computadora y te dicen que se las prestó un vecino. Ves esa solidaridad entre ellos que es maravillosa.

Otra veta solidaria es la que existe entre ellos mismos. Por ejemplo, si uno no se puede acercar a la escuela a retirar el bolsón, otro lo retira y después se lo lleva a ellos. Lo mismo pasa con las fotocopias: para los chicos que no tienen acceso a computadora o celular, los docentes preparamos un juego de fotocopias que muchas veces lo hacemos nosotros mismos, o se lo acercamos a la escuela. Y en la escuela, el día del reparto de bolsón se reparten estas fotocopias. Que también en eso nos ayuda un montón el Plan Nacional de “Seguir educando” que se entregan esos cuadernillos que en muchos casos son beneficiosos porque están acorde al plan que los chicos tenían en la escuela y nos ayuda a tener material impreso.

Esta pandemia quebró una barrera que el Gobierno de la Ciudad estaba construyendo. De hecho, cada maestro salió a buscar a sus alumnos, a encontrarnos de diversas maneras. Y los padres respondieron a ese encuentro de la mejor manera posible. La mayoría tienen un teléfono liberado y tienen que ir a cargar el crédito para que tengan la clase conmigo. Ese es el amor que los chicos tienen por la escuela pública, esa clase que los chicos esperan recibir.

* Maestra de 7° grado de la Escuela N° 22 DE 11 Bajo Flores.


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