Viernes 29 de Marzo del 2024

Investigan si en el Bajo Flores opera una red de abusadores

Tienen entre 11 y 16 años, viven en la 1-11-14, desaparecieron unos días y regresaron, […]

Publicado el 29 agosto, 2016 por Fernando Zuker

Fuente: Mundo VillaTienen entre 11 y 16 años, viven en la 1-11-14, desaparecieron unos días y regresaron, pero no pueden contar qué les pasó. La Procuraduría de Trata y Explotación Sexual (Protex) avanza en la hipótesis de la captación de niñas y adolescentes y la Red de Docentes, Familiares y Organizaciones del Bajo Flores logró la unificación de todas las causas.

«El objetivo es saber si hay una red», dijo a Télam Marcelo Colombo, titular del organismo que trabaja en el caso junto a María Alejandra Mángano y Francisco Fuksman. Además, gracias al trabajo de la Red de Docentes, Familiares y Organizaciones del Bajo Flores se logró que se reunieran judicialmente las causas por desaparición de 10 niñas y adolescentes, a las que se agregaron en las últimas horas cuatro más.

«Primero se las seduce a través de perfiles falsos de Facebook, luego aparece otra persona, muchas veces una chica, que las anima a que hagan lo que esa persona les pide por la red social y si se niegan, las amenazan», detalló Fuksman. «Hay una hipótesis que nos hace pensar que alguien las invita para filmarlas en situaciones íntimas, una línea que hay que profundizar. Podría ser un comercio. No sabemos qué le pasó a cada una», añadió Colombo.

La búsqueda de algunas de esta niñas fue noticia en medios de comunicación, con padres desesperados llorando en cámara y movilizaciones de vecinos de la Villa 1.11.14, donde ellas viven, reclamando por su aparición.

Fue la organización vecinal la que logró que se vayan unificando las causas en la Fiscalía de Distrito del barrio de Nueva Pompeya, a cargo de Adrián Giménez. «Esa es la buena noticia: que estén los casos juntos, lo que nos permite hacer una lectura fina y completa, colaborando con la fiscalía», explicó el titular de la Protex.

Lo que se pudo determinar por ahora es que las niñas «tienen características físicas y edades similares, viven en una zona específica de la villa, van a los mismos colegios y cíbers. Estamos ante adolescentes que interactúan chateando en esos cíbers», contó Fuksman.

Para Mángano «es muy importante la visibilidad que genera la propia comunidad, que con sus propios códigos armó una organización que acompaña a las niñas y trabaja para evitar que sigan desapareciendo».

Mientras la instancia judicial continúa, la red comunitaria sigue realizando campañas de concientización en las 16 escuelas de la zona y en la villa «porque las pibas siguen desapareciendo», aseguraron desde la organización.


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