Integración musical

En el Marcó del Pont y el Adán Buenosayres se puede participar de “Ritmo Interior”, un proyecto que forma percusionistas profesionales y difunde la cultura de la comunidad afro. Conversamos con Wesley Jaca, creador de la iniciativa que promueve una educación musical para la integración social.

Si la música es un lenguaje universal, a través de ella podemos expresar emociones, pensamientos, sentimientos. A eso apunta “Ritmo Interior”, un proyecto que promueve la educación musical para la integración social y que se desarrolla en diferentes sedes, entre ellas, los espacios culturales Marcó del Pont del barrio de Flores y el Adán Buenosayres de Parque Chacabuco.

A través de la formación de percusionistas profesionales y con la difusión de la cultura de la comunidad afro y de uno de sus estilos predilectos (el samba reggae) como sus ejes, esta propuesta busca brindar “herramientas expresivas para que cada uno pueda contar lo que le pasa, lo que siente, con distintos lenguajes”, como cuenta Wesley Jaca, creador del proyecto, músico, cantante, compositor y docente, en la siguiente entrevista.

La Comuna 7: ¿De qué se trata esta propuesta de educación musical para la integración social?

Wesley Jaca: El enfoque del proyecto está en la formación para percusionistas. La percusión es como lo más fácil de abordar para una persona que nunca hizo música porque la percusión está en todas las cosas: en el caminar, en la naturaleza, en el trabajo, en toda la vida. Trabajamos mucho la autopercepción del ritmo del cuerpo mismo y, una vez que uno comienza a darse cuenta de ese ritmo interior, una vez que vamos reconociendo ese ritmo en uno mismo, se empieza a trabajar e interpretar con instrumentos. Es necesario realizar un trabajo muy interno, hay que llegar a un nivel casi meditativo en lo que es ejercitación y técnica, para alcanzar una producción con cierto grado de complejidad.

LC7: ¿Cómo desarrollan los talleres en el Marcó del Pont y el Adán Buenosayres?

WJ: El proyecto está pensado para brindar tres años de formación. Uno de introducción a la percusión, el segundo es un nivel intermedio en donde trabajamos el conocer toda la música de matriz afro, como el samba reggae, y el tercero refiere más a la producción profesional e integración laboral del percusionista. Además de los tres niveles de percusión, como no todas las personas que venían a los talleres tenían la posibilidad económica de acceder a instrumentos, propusimos el espacio de luthería afro, donde llevamos adelante la fabricación de instrumentos artesanales, trabajamos con muchos materiales reciclados y podemos lograr instrumentos que, con materiales y técnicas simples, suenan profesionalmente y respetan el medio ambiente. También, brindamos clases de danzas afrobrasileras para trabajar desde el cuerpo y desde la escucha, el entendimiento de la estructura formal de las canciones, la relación cuerpo-movimiento-sonido.

LC7: ¿Qué es lo que buscan con esta propuesta?

WJ: Las propuestas tienen como fin fundamental la formación e integración social, entendiéndose como integración laboral en el ámbito profesional de la música, ya sea a través de la fabricación de instrumentos o siendo parte como artista de shows en espacios culturales o eventos privados. Nosotros contamos con una productora de eventos en donde las personas se van integrando a medida que avanzan en su formación. Pero el fin máximo es que las personas puedan acceder, con las herramientas que nosotros les brindamos en el proyecto, a una formación superior en música y que adquieran herramientas expresivas para que cada uno pueda contar lo que le pasa, lo que siente, con distintos lenguajes.  Además de poder componer una canción con letra, dar lenguajes expresivos desde la percusión, desde la danza, para poder decir. Qué cosa tan importante es poder decir lo que queremos, lo que sentimos, para no trabarnos emocionalmente y no quedarnos en el camino.

LC7: ¿Cómo trabajan la formación de percusionistas?

WJ: Comenzamos trabajando el entender que todo lo que voy a buscar de afuera parte de la necesidad interna y desde lo individual a lo colectivo. Para que exista una armonía musical es necesaria una armonía social, primeramente. Es el principio de la comunicación. Tiene que haber una armonía de comunicación. Trabajamos distintas técnicas de alternancia, de baquetas, de manos. Es necesaria la practica individual y después coordinamos las prácticas de ensamble.

LC7: ¿Cómo trabajan la difusión de la cultura afro en esta propuesta?

WJ: Trabajamos fuertemente en los talleres esa línea de recuperar toda esa información, todo ese legado afro que existe. Hay mucho por hacer para transformar la matriz cultural, para responder a los reclamos de la comunidad afroargentina, afrodescendiente, afromigrante, para lograr su inclusión y revalorizarla. Y con esta formación revalorizamos cosas como la importancia del tambor y la percusión, que mostramos desde la profundidad y la importancia que tiene un tambor para nuestra cultura, para lo que es el samba reggae.En la ciudad tenemos ganados ciertos espacios que pertenecen al Programa Afrocultural de la Ciudad, que fue en respuesta a la lucha y los reclamos de la comunidad afroargentina, afrodescendiente, afromigrante residente. Ahí es que se da la inclusión en diferentes espacios y eventos como elBuenos Aires Celebra Brasil y en los carnavales.

LC7: ¿De dónde surge el estilo del samba reggae?

WJ: Viene de Neguinho do Samba, un músico brasileño que fue el creador del estilo, que hoy acá en la ciudad ya es parte de la cultura popular e inclusive las murgas de barrio han integrado cosas de este ritmo. El estilo viene de Salvador de Bahía, de donde yo vengo, de los barrios marginales. El maestro Neguinho vino con ese estilo y con un proyecto para transformar a través de la educación musical. Eso creció y atrajo a músicos de todo el mundo y generó todo un movimiento social que quedó plasmado en lo que es la escuela Olodum, una compañía fundada por Neguinho que ofrece una salida educativa para jóvenes de escasos recursos de la ciudad.