Jueves 25 de Abril del 2024

“Incumplieron con la ley de APH en la Plaza Flores”

La situación de la Plaza Flores, donde el gobierno porteño avanzó con reformas inconsultas, permitió […]

Publicado el 7 mayo, 2019 por Juan Bertrán

La situación de la Plaza Flores, donde el gobierno porteño avanzó con reformas inconsultas, permitió recordar la historia del proyecto de Área de Protección Histórica 15 y todas las veces que no fue respetada.

“No sabés lo que cuesta cuando hay una puja con los intereses inmobiliarios, lo que cuesta conservar”, dijo lamentándose Lilia Salgueiro, ex legisladora porteña y autora del proyecto de ley de Área de Protección Histórica 15 (APH 15).

Las modificaciones a la Plaza Flores realizadas sin intervención de la comuna y, por lo tanto, sin la consulta a los vecinos, son una muestra más de los tantos avances sobre el Casco Histórico de Flores.

Se suma a situaciones como la Casa Millán o Casa Piana, antiguas casas del siglo XIX cuya historia podrá ser contada pero cuyos terrenos fueron afectados por diferentes emprendimientos inmobiliarios.

“Pudimos prorrogar en su momento la destrucción de la casa por tres años, sabiendo que para las casas históricas hay que hacer una audiencia pública para tirarlas abajo. Nos peleamos dos años y al tercero perdimos y ahora hay dos torres enormes”, expresó Salgueiro sobre el caso de la Casa Millán.

“Después de todo, a pesar de la ley, han modificado mucho”, remarcó la ex legisladora autora del proyecto de APH 15 aprobado en el año 2000, quien sobre la Plaza Flores declaró que “es un APH, es decir que no pueden hacer ningún tipo de modificación ni tocar nada sin previamente pasar por la Legislatura. Cosa que no ha hecho el Gobierno de la Ciudad que tiró abajo algunos árboles. Incumplieron con la ley de APH”.

El barrio de Flores es uno de los más antiguos de la Ciudad de Buenos Aires. El antiguo Camino Real, hoy avenida Rivadavia, y los alrededores de las vías del tren Sarmiento, cuentan con muchas casas históricas que conforman el APH 15 y que junto con la Plaza Flores y la Basílica de San José cuentan con protección por lo que no pueden ser modificadas, ni afectadas sin una aprobación de los cambios por la legislatura y sin hacer audiencias públicas con los vecinos.

“Flores conserva restos del pasado, sobre todo donde pasa el tren y a los costados hay una cantidad de casas, como la Marcó del Pont que era una casa de veraneo donde se refugió la familia Marcó del Pont cuando fue la peste amarilla. Mucha gente se trasladó al oeste, desde el centro, desde San Telmo, huyendo de enfermedades. Hay una cantidad de casas de aquella época que sobreviven y la única que fue restaurada fue la Casa Marcó del Pont que fue una iniciativa de la Junta de Estudios Históricos. La idea mía como legisladora era revalorizar este barrio, como un barrio que tiene una riqueza histórica y patrimonial, tratar de recuperar el patrimonio histórico y cultural de este barrio”, explicó ante nuestra consulta quien también fuera la encargada del Centro Cultural Marcó del Pont.

La APH 15 es un proyecto que se complementaba con el proyecto del soterramiento del tren Sarmiento, lo que contemplaba la conformación de un Corredor Verde del Oeste donde hubiese espacio verde público y se revalorizaran los terrenos históricos: “Las casas que están a los costados de las vías del ferrocarril tienen una callecita muy chica de accesibilidad que teníamos la idea de que el día que se hiciera el soterramiento pudiera haber un acceso y se recuperara y se reconociera la memoria del barrio, ese pasado histórico. En última instancia, viene a valorizar un barrio que en su momento fue importante y luego se fue degradando”.

Un proyecto que aún queda trunco porque la obra del Sarmiento sigue parada y porque del Casco Histórico sólo se sostienen puntos claves, como el Centro Cultural Marcó del Pont: “La idea era que esa casa se transformara en un centro cultural como un lugar de reconstrucción de los lazos solidarios y sociales porque la gente estaba muy dolorida por el desgobierno del año 2001, 2002. Me parecía que había que reconstruir los lazos sociales a través de una actividad cultural que juntara a los vecinos. De la nada, porque no teníamos más que una mesa y cuatro sillas conseguimos hacer un centro cultural. Se pudo darle uso a un lugar que tiene historia, es un lugar que se mantiene a pesar de todo. Darle vida a un lugar, porque no queríamos que el patrimonio histórico fuera una cosa de muerte, de museo, sino un lugar de reencuentro de los vecinos, que los vecinos se apropiaran del patrimonio”.


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