Huellas en la infancia

La Asociación Civil “Dejando Huellas” gestiona 2 Centros de Primera Infancia en el barrio de Flores. Te invitamos a conocer su tarea a través de la voz de sus protagonistas.

Soledad Valcarcel es Licenciada en Trabajo Social, mientras que Mariana Obregon es Licenciada en Psicomotricidad. Ambas son parte de la Asociación Civil y del equipo de conducción de los Centro de Primera Infancia (CPI) “Dejando Huellas” y “Apapachando”. En esta charla, también nos acompaña Veronica Fassi, coordinadora pedagógica del CPI “Dejando Huellas”.

Hace 6 años comenzaron creando la Asociación Civil “Dejando Huellas”. En un primer momento, realizaban distintos tipos de trabajos comunitario con las familias y los niños/as, hasta que el Gobierno de la Ciudad les ofreció la apertura de un espacio en gestión asociada con el Ministerio de Desarrollo Urbano y Hábitat, y abrieron el primer Centro de Primera Infancia «Dejando Huellas» el 1 de junio de 2017 en Yerbal 2789. Y en julio del año pasado cumple el primer aniversario “Apapachando” en Carabobo 147. Aproximadamente, 50 personas trabajan en ambos Centros para 300 niños y niñas.

Las chicas nos cuentan que los Centros están dirigidos a niños y niñas en situación de vulnerabilidad social desde los 45 días a 3 años, junto con el asesoramiento integral a sus familias. La mayoría de los asistentes provienen del barrio de Flores. No obstante, hay familias provenientes de la provincia de Buenos Aires, sobre todo en Dejando Huellas que está muy cerca de la estación de tren de Flores.

La dinámica cotidiana de los centros no difiere muchos de cualquier jardín de infantes. Los niños/as llegan, desayunan, tienen actividades pedagógicas planificadas por la dupla pedagógica compuesta por una docente y una auxiliar. Luego, almuerzan, hacen una siesta y, cuando se levantan tienen una actividad cortita, para después merendar y vuelta al hogar. El valor agregado radica en el acompañamiento. “Cada Centro cuenta con un equipo técnico conformada por una trabajadora social, una psicomotricista y una psicopedagoga. Ellos acompañan el trabajo de las seños en sala y a su vez se ocupan de las problemáticas de las familias y acompañan cuestiones de crianza, de restitución de derechos”. Problemáticas que van desde temas relacionados al desarrollo de los niños, problemas alimenticios hasta cuestiones vinculadas a las familias, como puede ser violencia de género, temas habitacionales, laborales, o de documentación cuando se trata de familias extranjeras.

«Trabajamos todo el tiempo construyendo redes con otras instituciones o con otros organismos para poder acompañar a las familias en lo que son sus necesidades. Y a su vez, no solo acompañarlas sino también darles herramientas para que se empoderen y poder ellos construir su camino», manifiestan las licenciadas. Y agregan ejemplos: «Trabajamos con el Hospital Piñero, por ejemplo, que se realizan anualmente campañas de vacunación para completar los calendarios de los niños. Trabajamos con algunos Cesac por cuestiones más puntuales. Trabajamos con Hogares, con las Defensorías zonales. Con el Programa «Madres Adolescentes». Con la Fundación «Primeros Pasos» que nos ayuda a facilitar los turnos en los hospitales cuando las familias no los consiguen. Después, a partir de cada problemática que se va detectando con necesidades emergentes, se va buscando cómo abordarla y qué recursos pedir para eso. Pueden ser Organismos del Estado o las profesionales que trabajan acá dentro conocen a otras profesionales para oficiar de consulta».

Lo estatal esta desbordado y en muchos casos no puede dar respuesta a todas las necesidades que se presentan. Por eso, el sueño de las chicas radica justamente en eso: En poder dar respuesta y que los niños y sus familias puedan tener acceso a todo lo que necesitan de manera inmediata. «Que las cuestiones de salud sean de mayor facilidad de acceso para las familias. El afuera es como mas difícil para ellos. Nosotros detectamos rápidamente lo que necesitan y los ayudamos mas de lo que nosotras pensamos que lo podemos ayudar, pero realmente tendría que ser mas fácil el afuera para las familias, deberían poder hacerlo sin la ayuda. De hecho, nos pasa que niños que han egresado que ya están en sala de 4 o 5, las familias vuelven para solicitarnos ayuda con determinadas cosas que en las escuelas donde van no le dan respuesta o no los acompañan».

Nuevos Proyectos

Un paliativo para lo anterior se plasma en un nuevo proyecto que esta diseñando la Asociación para lanzar el mes próximo. Se trata de acompañar a los niños que no logran ingresar al sistema público de hospitales para conseguir la evaluación médica a través de un espacio de Atención Temprana, con psicopedagoga, con psicomotricista, una fonoaudióloga. «El nuevo proyecto surge con la necesidad de cubrir el tratamiento temprano hasta que consigan el turno en el hospital. Porque es muy difícil conseguir turnos con fonoaudiología, neurología o desarrollo infantil. Por eso articulamos con la Fundación «Primeros Pasos» que nos ayuda a conseguir los turnos. Por ejemplo, este proyecto vendría a dar esa primera atención que todavía el hospital no puede dar por falta de turnos», se ilusionan Soledad, Mariana y Veronica.

Una Asociación que no alcanza

La Asociación Civil posee un convenio de Gestión Asociada con el Gobierno de la Ciudad por el cual el gobierno le otorga un subsidio único por niño para cubrir todos los gastos: sueldo, alquiler, infraestructura, materiales, mantenimiento. Como esto no alcanza para afrontar todo, la Asociación lleva a cabo campañas para recaudar recursos económicos a través de sus redes sociales. Reciben desde dinero a través de la cuenta de Mercado Pago de la Asociación Civil y se emite el recibo correspondiente. O puede ser materiales que se necesiten contextualmente. Por ejemplo, hace poco un grupo de voluntarios de un laboratorio extranjero pintaron un mural con pintura donada por el local Colorshop.

CPI Dejando Huellas: Yerbal 2789
CPI Apapachando: Carabobo 147
Facebook: Dejando Huellas
Instagram: dejandohuellas_as

Fotografía: Nicolas Rosales