El 23 de agosto se cumplieron 58 años de la desaparición del obrero y militante […]
Publicado el 26 agosto, 2020 por Nicolás Rosales
El 23 de agosto se cumplieron 58 años de la desaparición del obrero y militante Felipe Vallese. Fue secuestrado en la calle Caracas 940 de Flores, mientras trabajaba en el turno noche de la fábrica TEA.
Felipe Vallese, nació en Buenos Aires el 14 de Abril de 1940 en San Martín, localidad de la zona norte del conurbano bonaerense. Fue un obrero metalúrgico y miembro de la Juventud Peronista (JP). Fue desparecido el 23 de Agosto de 1962, durante la Presidencia de José María Guido.
Según los archivos históricos, Vallese es uno de los primeros desaparecidos argentinos en contexto de gobiernos de facto, junto con Joaquín Penina, albañil anarquista catalán desaparecido en Rosario en 1930 bajo la dictadura de Uriburu, o Juan Ingallinella, médico comunista torturado y desaparecido en junio de 1955 durante la dictadura encabezada por el General Lonardi.
Vallese era obrero metalúrgico y delegado de la fábrica TEA (Trafilación y Esmaltación de Alambres), ubicada en la calle Caracas 940, del barrio porteño de Flores. En el momento de su secuestro, se encontraba trabajando en el turno noche al cuidado y mantenimiento de las maquinarias. Tenía 22 años.
Según diversos testimonios de testigos, lo golpearon con armas largas y lo introdujeron en un Fiat 1100. Cuando Felipe los vio venir, se aferró a un árbol que se encontraba en la calle Canalejas al 1776 (hoy en su homenaje esa calle se llama Felipe Vallese).
ego fue conducido a la Comisaría 1.ª de San Martín, donde fue torturado durante días. Luego, fue trasladado al destacamento de Villa Lynch, donde continuaron las torturas. Cuando los secuestradores se sintieron cercados por la Justicia, lo llevaron a la casa de uno de los policías. Bajo la acusación de poseer propaganda peronista y para que declare sobre el paradero de su compañero de militancia Pocho Rearte, Felipe resistió la torturas y nunca lo delató. Allí, se cree, terminaron con su vida y su cuerpo nunca apareció.
El hecho produjo una importante conmoción social y su aparición con vida pasó a formar parte de las reivindicaciones de diversas organizaciones de la época. Al mismo tiempo, se hizo popular el canto: ¡Un grito que estremece, Vallese no aparece! El comisario “Tano” Fiorillo habría asesinado a Felipe Vallese. El escritor y periodista Paco Urondo relata el caso en su novela Los pasos previos.
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