Esta institución del barrio de Flores vio pasar de todo, gobiernos, personas, alumnos, pero siempre […]
Publicado el 10 junio, 2024 por Lautaro Bracaccini
Esta institución del barrio de Flores vio pasar de todo, gobiernos, personas, alumnos, pero siempre predominó lo mismo: el enseñar y dar herramientas para aprender un oficio.
Está el prejuicio que en el Bajo Flores, también conocida como la villa 1-11-14, lo único que sucede ahí es inseguridad entre otros conceptos erróneos de la zona. Se escucha eso y la gente ajena al lugar lo repite, pero esto no es así. En el “Barrio Rivadavia 1”, en la calle José Hernández al 800, hay un espacio que se dedica a enseñar a aquellos que deseen aprender un oficio.
Este lugar se llama CooPA, Cooperación para la Producción y el Aprendizaje, en diciembre cumple 35 años, es una institución para el barrio. Se le consultó a Sandra Sánchez, trabajadora y educadora social, cuáles son los talleres de oficios que se brindan y hasta que edad uno puede inscribirse: “Durante este 2024 los talleres se agrupan en Talleres de Oficios, Diseño Gráfico asistido por Computadoras, Electricidad, Instalaciones Sanitarias, Herrería Artística y de Obra y Mecánica Automotriz”.
La idea de los y las docentes de CooPA es que la educación esté de manera integral, por ende hay talleres de Orientación Laboral, Derechos, Lecto – escritura, Recreación y Deporte. “Las inscripciones son el primer acercamiento de las y los chicos/as y sus familias a CooPA. El primer conocimiento, por eso realizamos una entrevista con ellas y ellos, de ahí que necesariamente son presenciales”, señaló Maine Yañez, educadora y trabajadora social.
Las inscripciones no tienen fecha de cierre, cualquier adolescente o joven de 14 a 21 años puede acercarse durante el año para anotarse en el turno de la mañana que comienza de 8:30 a 12 de lunes a viernes. Vale aclarar que el establecimiento dispone de desayuno y almuerzo a aquellos que estén cursando en este turno.
En diciembre, CooPA cumple 35 años desde que abrió, se fundó en 1989 y sus fundadores fueron educadores populares comprometidos con la realidad social de uno de los barrios más vulnerados como lo es el “Bajo Flores”. Uno de los fundadores es Antonio Kriado, él acompañó todo el proceso desde la fundación de CooPA hasta su actualidad, en este momento está jubilado, pero su corazón sigue en esta institución y no se le escapa nada ya que sigue comprometido.
Se le consultó cuál era y actualmente cuál es la finalidad de CooPA: “Intentamos construirlo como parte de una política pública, con una fuerte impronta barrial en donde se vincule la educación y el trabajo como ejes fundamentales. Es un espacio para adolescentes y jóvenes del Bajo Flores, en el cual aprenden sobre diversos oficios, pero también sobre sus derechos y donde pretendemos que sean los protagonistas cada día”.
Tanto Sandra Sánchez como Maine Yañez son trabajadoras y educadoras sociales, ellas acompañan a las y los chicos y a sus familias en situaciones de vulnerabilidad de derechos. Lo hacen desde un abordaje individual, mediante entrevistas, charlas informales en el desayuno o saliendo al patio mientras toman aire fresco.
La idea de estas entrevistas es lograr que la persona que está siendo entrevistada pueda contar y exteriorizar lo que le sucede. La idiosincrasia de estas charlas es que los chicos o chicas puedan lograr esos objetivos, ellas facilitan las herramientas. “Sean ellas y ellos mismos los ‘hacedores de sus propias realidades’ pero orientando, favoreciendo y facilitando acciones para que mientras viven su adolescencia y cuando egresen tengan la mayor cantidad de herramientas para desenvolverse”.
Yañez y Sánchez señalaron que para ellas CooPA es un espacio donde pasan muchísimas cosas a la vez, un lugar donde los chicos pueden aprender sobre oficios, sobre sus derechos, leen, juegan, piensan y debaten. Un ámbito en donde ellos son los protagonistas, cada uno desde su singularidad aprendiendo a ser parte de una identidad colectiva.
Además, indicaron que en estos 35 años de CooPA, el espacio vivió muchos y variados contextos y realidades sociales, políticas y económicas. Siempre se mantuvo y se va renovando día a día con el compromiso para con los adolescentes y jóvenes; siempre en alto la bandera del respeto, los derechos y con el desafío de pensar otros futuros para la gente del barrio.
“Los sentimientos que despiertan estos 35 años son los que tienen que ver con una historia viva y compartida, con las alegrías, frustraciones, incertidumbres, sueños y satisfacciones. Es lo que nos convoca siempre a seguir siendo parte de CooPA con nuevos desafíos para que siga siendo un lugar de encuentro, de aprendizajes y de alegría para los adolescentes y jóvenes del Bajo Flores en esta realidad tan difícil que les toca transitar”, finalizó con orgullo Sandra Sánchez.
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