Con la costumbre intacta

El 2 de noviembre el Cementerio de Flores tuvo su principal celebración, ya que unas 50 mil personas celebraron el Día de los Fieles Difuntos con ramos de flores, comidas y ofrendas típicas para despedir el alma de los seres queridos.

“Entre 45 y 50 mil personas, con flujo constante, ingresaron desde las 7.30 al Cementerio, en familia o individualmente, para celebrar el Día de los Fieles Difuntos”, dijo en sus reportes de prensa el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

La celebración pasa de generación en generación y, por ejemplo, la comunidad boliviana mantiene la tradición de agasajo a sus difuntos y que comienza con el armado de los altares que invitan al “descenso de las almas” que partieron al otro lado de las nubes.

Luego, ya en el cementerio, colocan diversas ofrendas y al mediodía almuerzan con los platos típicos que acompañan la celebración. También hay música con bandas en vivo.

A los visitantes, se los recibe con típicas comidas o con un vaso de chicha de maíz, una bebida ancestral y de las más tradicionales y populares en Bolivia, que se toma especialmente en las festividades. Al final del día no debe quedar nada, porque las almas deben irse como vinieron, “contentas y en paz”.

El año pasado, debido a la pandemia, esta celebración tuvo que realizarse en las afueras del cementerio. Pero, ahora en 2021, planificaron la actividad para que “las personas ingresen por la entrada principal y salgan por otra, así el flujo puede seguir sin chocarse ni que se armen embudos”.

Fotografía: Télam.-