Una casa para empezar de nuevo

Casa Tesãí es un espacio de atención y acompañamiento comunitario para personas en situación de calle o que están atravesando consumos problemáticos en Flores. En julio abrió sus puertas, por lo que conversamos con Federico Vallero, psicólogo y co-coordinador de la institución, para conocer de qué se trata.

La Comuna 7: ¿De qué se trata Casa Tesãí?

Federico Vallero: Casa Tesãí es un espacio de atención y acompañamiento comunitario que se posiciona como punto de referencia para las personas que están en situación de calle o atravesando consumos problemáticos. La idea es poder alojar a las personas que se acercan buscando acompañamiento. Nos nombramos como casa porque creemos que el paso inicial es alojar a esas personas y que se reconstruya algo del tejido más primario vincular que tiene que ver con pertenecer a un lugar. En un segundo momento, otro de los objetivos de la casa es atender a las singularidades de las personas, ir conociendo sus condiciones, sus posibilidades para construir o reconstruir un proyecto de vida, a partir del cual puedan desplegar algo de su deseo, de sus inquietudes. La casa forma parte de un convenio del Movimiento Evita, desde la Secretaría de Salud de CABA, con la SEDRONAR. Pensamos que el abordaje de estas problemáticas debe ser desde los territorios y con los actores y actrices que habitan ese territorio. Nuestra idea, desde la Secretaría de Salud del Evita, es discutir un modelo de sistema de salud que tenga a la persona y sus derechos en el centro de la escena.

LC7: ¿Desde qué perspectiva trabajan?

FV: El abordaje que hacemos es desde la salud mental y los derechos humanos. Nos paramos desde el paradigma de la reducción de riesgos y daños para el tratamiento de los consumos problemáticos. Entendemos que no podemos pedirle la abstinencia a la persona que está transitando una situación de consumo problemático y que pueda dejar de consumir desde el primer momento, sino que la problemática de consumo es una problemática compleja con un montón de variables en juego en la cual no solamente debemos atender al vínculo de la persona con la sustancia, sino a la persona inserta en un contexto particular, con vulneración de derechos, los cuales generan obstáculos a la hora de desarrollar un proyecto de vida. El tratamiento no sólo se trata de un abordaje terapéutico psicológico, sino que entendemos el tratamiento de consumos problemáticos desde un abordaje integral, restituyendo los derechos a la identidad, a la salud, a la escolaridad, al trabajo, en síntesis, a ser parte. Apuntamos a fortalecer la voluntad del sujeto, ya que si hay algo que no les falta es voluntad, sino que necesitan un espacio donde puedan desplegar la posibilidad de rearmarse.

LC7: ¿Cómo fue la inauguración?

FV: La inauguración fue muy emotiva. Era un evento muy significativo y lo preparamos con mucho tiempo. La casa comenzó con sus actividades a mediados de mayo y la inauguración se hizo el sábado 2 de julio. Al momento de la inauguración, la casa ya tenía vida propia, teníamos un tránsito de personas y una cantidad de personas que asistían a la casa significativa, numerosa, las personas ya se habían apropiado del espacio, se habían identificado con el proyecto y comenzado un proceso de acompañamiento. Hubo invitados e invitadas de muchos ámbitos, principalmente de la política, a nivel organizacional, también distintos actores y actrices de la salud en general y la salud mental. Lo que puedo destacar como más importante de la inauguración fue que decidimos en equipo que no podíamos pensar la inauguración de la casa sin la participación de las personas que le dan vida y asisten a ella. Incluso, tuvimos la posibilidad de tener un momento muy especial cuando una de las personas que asisten a la casa compartió su experiencia del día que ingreso a la casa y la riqueza con la que se encontró, lo mucho que le había servido habitar el espacio para pensarse, para reconstruir su proyecto de vida, tener un lugar donde sentirse contenido y querido.

LC7: ¿Cuál es el significado del nombre del espacio?

FV: Tesãí es “salud” en guaraní. La Secretaría de Salud del Evita tiene otra casa en parque Avellaneda que se llama Tekõporá que, también en guaraní, significa “buen vivir colectivo”. La idea, con esos nombres, es dar una impronta latinoamericana y de reivindicación de los pueblos originarios y sus saberes.

LC7: ¿Por qué considerás necesario que se instale una casa de ese tipo en el barrio?

FV: Es necesario e importante que existan espacios como Casa Tesãí en el barrio de Flores ya que, desde el Movimiento Evita y la Secretaría de Salud de la organización, pensamos que hay que disputar un modelo del sistema de salud, en el cual se pueda garantizar el acceso al mismo a todas las personas que lo necesiten sin distinción de clase, ni genero ni edad. Hoy en día habitamos la ciudad con el mayor presupuesto del país y al mismo tiempo existen niveles de exclusión elevadísimos y problemáticas a las cuales desde el Estado no hay respuestas concretas. Por eso la importancia de la presencia de las organizaciones en los territorios, para poder alojar las necesidades reales de las personas y construir con ellas comunidad y herramientas para la resolución de estas problemáticas, que son complejas, y para las cuales no existe una sola respuesta, sino que hay que construirlas en forma colectiva.

LC7: ¿Cómo ves la situación de las personas en situación de calle en la Comuna Nº 7?

FV: La realidad de las personas en situación de calle actualmente en la comuna es preocupante. No hay políticas públicas en el momento que den respuesta a la problemática de una manera eficaz. Las que existen son precarias, limitadas, y con un montón de obstáculos para acceder a las mismas. Los paradores están saturados y, si hay vacantes, las condiciones en las cuales se aloja a las personas son muy precarias, de mucha hostilidad, con características casi carcelarias. Para acceder a los subsidios hay que generar un montón de pasos para los cuales las personas que están en situación de calle no tienen ni los recursos y sin el acompañamiento de equipos como el de Casa Tesãí sería imposible que puedan tener un lugar de contención y reconstruir algo de su red para poder llegar a adquirir el derecho a la vivienda.