Domingo 07 de Diciembre del 2025

Un mapa del mundo en La Rural y el pulso secreto de la pizza

Más de 1.000 expositores, 50 países y todas las provincias argentinas se dieron cita para […]

Publicado el 29 septiembre, 2025 por Camila De la Fuente

Más de 1.000 expositores, 50 países y todas las provincias argentinas se dieron cita para mostrar destinos, innovación y cultura.

Con un sábado lluvioso como telón de fondo, las puertas de La Rural se abrieron para inaugurar la Feria Internacional de Turismo de América Latina (FIT). La jornada coincidía con el Día Mundial del Turismo y con la presencia de Shaikha Nasser Al Nowais, Secretaria General electa de ONU Turismo. Entre saludos formales, flashes que interrumpían miradas y pasillos donde se cruzaban funcionarios, empresarios y visitantes con credenciales colgando del cuello y folletos bajo el brazo, el predio empezaba a poblarse de conversaciones y gestos que anticipaban cuatro días de intercambio, cultura y negocios.

Ese sábado comenzó una edición que ya desde antes se sabía histórica: más de 1.000 expositores, 50 países representados y todas las provincias argentinas reunidas en un mismo espacio que, como pocas veces, funcionó como un mapa vivo del mundo. Portugal, país invitado de honor, desplegó un stand imponente con aroma a pasteles de nata y copas de vino de Oporto que tintineaban en degustaciones improvisadas. “Solo en el primer semestre de 2025, los huéspedes provenientes de Argentina aumentaron un 16 % respecto al año anterior”, había resaltado días antes el embajador Gonçalo Teles Gomes. Ese dato circulaba como una contraseña entre operadores turísticos y curiosos que se dejaban tentar por el fado que sonaba de fondo.

La feria como ritual

La FIT se consolidó en los últimos años como mucho más que una exposición sectorial: era un ritual colectivo. Es un festival de lenguas mezcladas y un escenario donde cada provincia del país compiten en originalidad para seducir a visitantes y colegas.

El cronograma fue un catálogo de la diversidad: charlas sobre turismo ufológico en Entre Ríos, presentaciones de rutas del vino jujeñas, un espacio para el turismo náutico en Comodoro, y hasta un ciclo dedicado a los festivales de San Luis. En paralelo, el auditorio vibraba con la promoción de Cosquín y Jesús María, como si el folklore pudiera cruzar de los escenarios a la alfombra roja de la feria.

Los pasillos estaban atravesados por tres ejes temáticos que marcaron la edición: FIT Outdoor, para experiencias al aire libre; FIT Tech, donde la inteligencia artificial y la realidad aumentada se metieron de lleno en la conversación turística; y FIT Sostenible, que ponía en agenda el turismo responsable en tiempos de crisis climática.

“Celebrar el Día Mundial del Turismo en el marco de FIT es un hecho de enorme relevancia para todo el sector. Nuestra feria se consolida año tras año como un punto de encuentro imprescindible donde se potencia el turismo argentino frente al mundo”, dijo en la apertura Andrés Deyá, presidente de FIT y de FAEVYT

Daniel Scioli, Secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, dijo: “El turismo es motor de crecimiento global y generador de oportunidades en cada rincón de nuestro país y el mundo. Tiene un poder único: impulsar cambios positivos en lo económico, lo social y lo cultural. La innovación es esencial para transformar el sector”. La palabra innovación sonaba repetida en los pasillos.

Pero en paralelo a esa lógica de negocios, la feria tenía algo más íntimo: familias que se acercaban para planear las próximas vacaciones, jubilados que coleccionaban folletos y bolsas de compras como si fueran estampitas, adolescentes que hacían fila para sacarse selfies en los stands más llamativos. La feria no era solo para los que cerraban contratos, también era un paseo.

Portugal y las geografías cercanas

El stand de Portugal fue, sin dudas, de los más transitados. Allí se mezclaban los que soñaban con viajar y los que buscaban un socio comercial. La cifra que aportó el embajador —un 16 % más de visitantes argentinos— funcionaba como confirmación de que esa atracción mutua estaba en ascenso.

En el resto de la feria, cada provincia argentina desplegó lo mejor de sí: las rutas del vino, los destinos emergentes, los clásicos inamovibles como Cataratas y la Patagonia. La escena era casi teatral: bailarines, cocineros, promotoras, influencers compartían pasillos que olían a especias, madera recién lustrada y, cada tanto, a pizza.

El campeonato que olía a Nápoles

Porque si algo atravesó a la FIT 2025 más allá de su ADN turístico fue el Campionato Scuola Pizzaioli, la quinta edición de un certamen que había dejado de ser una curiosidad para transformarse en un ritual cultural propio. Buenos Aires recibió a maestros pizzeros de nueve países y de casi todas las provincias argentinas en una competencia que no solo ponía a prueba la técnica, sino también la memoria emotiva de la inmigración italiana en el Río de la Plata.

“Llegar a la quinta edición del Campionato Scuola Pizzaioli es una gran emoción. Cuando comenzamos este camino, soñábamos con valorizar la auténtica pizza italiana en Sudamérica y hoy vemos cómo ese sueño se multiplica”, confesó Juan Pablo Padrevita, fundador de la Scuola y Cavaliere dell’Ordine della Stella d’Italia. Sus palabras resonaban mientras, en el pabellón destinado al campeonato, el aroma de la levadura y la salsa de tomate se imponía sobre cualquier otra fragancia.

La competencia tenía doce categorías, desde la Margherita STG —especialidad tradicional garantizada en Europa— hasta la Pizza In Pala o la Senza Glutine, en un intento de conjugar tradición e innovación. El jurado, compuesto por más de treinta maestros internacionales, incluía nombres pesados: Vincenzo Capuano, Carmine Candito, Marco Carlesso, Livio Orefice. Junto a ellos, referentes locales como Néstor Gattorna o las hermanas Santoro le daban al certamen un aire de familia rioplatense.

El Cónsul General de Italia en Buenos Aires, Carmelo Barbera, lo resumió en un gesto: “Después de Italia, en la Argentina viven más italianos que en el resto del mundo. La pizza es un ritual de familia y de unión que solo se repite en ambos países. Por eso es nuestro deber preservarlo”. Y la frase no quedaba flotando en el aire: cada pizza elaborada durante las jornadas fue donada a la Comunidad de San Egidio, en un cruce entre excelencia culinaria y compromiso social.

Escenas de la competencia

Había momentos de pura tensión: la masa estirada en silencio, los jueces observando el grosor, el reloj corriendo. Y había también destellos de espectáculo: el Freestyle, donde la pizza se convertía en un objeto acrobático lanzado al aire entre aplausos y música; o el Piú Lunga, donde los participantes buscaban estirar la masa hasta límites insólitos, arrancando carcajadas del público.

La FIT 2025 se extenderá hasta el 30 de septiembre, aunque los días 29 y 30 estarán destinados exclusivamente a profesionales del sector.


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