Un libro y algo rico

El Toro Bar Do Bar situado en la esquina de Cachimayo y Zuviría, abrió por primera vez sus puertas en el año 2000, atravesó los momentos más difíciles de la pandemia y y sigue vigente.

La idea de buscar un lugar diferente en Parque Chacabuco donde poder hacer algo gastronómico es de Susana Rodríguez, dueña y fundadora del bar. Si bien su familia no era de tradición gastronómica, hace más de 20 años la propuesta continua y crece y hoy con más actividades que tienen a la comunidad barrial como protagonista.

Al llegar al bar observamos la figura de un toro en la parte superior de la entrada principal, vestigios de un mercadito de barrio con carnicería que funcionaba allí. Al ingresar, un aire familiar que te invita a tomar asiento, una mesa con libros que te invitan a leer y una gran biblioteca que sigue la forma y estilo de un tradicional bodegón de esquina.

La Biblioteca Miguel Ángel Rodríguez comienza a funcionar en el año 2012, luego de tres años de transformación y fusión con muebles que siguen el estilo y forma del bar. El nombre de la biblioteca es en homenaje al padre de Susana. Al respecto Susana nos comenta: “En el año 2008 fallece mi padre, mi padre tenía una biblioteca enorme, la biblioteca de la familia. Los libros me quedaron a mí. Me gustó la idea de juntar su biblioteca con la mía, y poder ofrecer al barrio además del bar-restaurante, una biblioteca privada pero pública, porque pueden estar el tiempo que quieren, sin obligación de consumir. La quise hacer como un homenaje para mi padre, desde chica él me enseño la pasión por la lectura y por los libros”.

Además de la biblioteca se realizan diferentes talleres y actividades culturales. Los talleres (ajedrez, teatro y literatura) funcionaron hasta el mes de diciembre. A su vez, en la vereda hay una biblioteca al paso con la leyenda ‘si te gusta algún libro llevalo y si te sobra algún libro traelo‘.

Previo a la pandemia por COVID-19 organizaban charlas y debates sobre ecología social, huertas urbanas, problemáticas barriales y de conservación del patrimonio urbano, ciudadanía, indigenismo, etc.

El bar es un espacio autónomo: no es apolitico pero sí es apartidario, acompaña las luchas que tiene la comunidad. Sobre este tema Susana nos comenta: “El bar es como un vecino más, participamos cuando quisieron concesionar otro bar en el Parque Chacabuco (que hubiera reducido aún más el poco espacio verde del barrio), cuando intentaron una nueva bajada de la Autopista 25 de Mayo, pegada a un jardín de infantes y tantos otros reclamos justos del barrio a traves de los años. Actualmente participamos en el ‘No a las Torres en Parque Chacabuco’ para proteger las pocas zonas de casas bajas que van quedando. La cartelera y vidrieras del bar funcionan para difundir también estas problemáticas del barrio que nos preocupan y ocupan”.

Trabajan con una filosofía que es difícil de encontrar, la no obligación de consumir para permanecer en el salón, ofrecen talleres y una amplia y diversa biblioteca para, como el patio de casa, poder acercarte a compartir, intercambiar ideas y en definitiva fomentar el encuentro y el fortalecimiento de los lazos comunitarios.

Hoy en día es un reconocido bar biblioteca que da identidad a Parque Chacabuco.