Jueves 28 de Marzo del 2024

“Queremos que los pibes se enamoren del club”

Pasamos por la calle Saraza 953 a conocer un poco de la historia y la […]

Publicado el 19 noviembre, 2019 por Juan Bertrán

Pasamos por la calle Saraza 953 a conocer un poco de la historia y la actualidad del Club Crisol. De la mano de Juan Ángel Garda, su presidente actual, recorremos esta institución histórica del barrio Parque Chacabuco.

La Comuna 7: ¿Cómo comenzó la historia de este club?

Juan Garda: Si te fijás el nombre completo es Club Social y Deportivo Telégrafos y Crisol Unidos. Esto es así porque en un comienzo fue una fusión de dos clubes que se crearon en la década del ´50 y en el año 1972 se fusionaron. El Telégrafos estaba a dos cuadras, Crisol siempre estuvo acá pero alquilaba. El Telégrafos fue cambiando de propiedades y después tiró abajo su propiedad para poder construir una más grande de dos o tres pisos pero ocurrió una debacle económica, de las que estamos acostumbrados en la Argentina, y no pudo construir pero quedó la plata, entonces, se vendió el terreno y con esa plata se compró este lugar que estaba alquilando Crisol. Así, se fusionaron en septiembre del ´72. Ahí empezamos a trabajar en conjunto, a hacer cosas. Se compró el terreno de al lado, se construyó el gimnasio, el patio de atrás, que era abierto,  se cerró, se hicieron las canchas de fútbol arriba, se hizo todo lo que es hoy.

LC7: El club es reconocido por su impronta tanguera, ¿qué queda de eso hoy? 

JG: Este es un club que tiene muchos años acá. Se lo conoció mucho como un club de tango: Saraza Tango. Era muy típico dentro del circuito de tango. En ese momento era un lugar donde venía mucha gente a practicar este baile. Después, se fue perdiendo un poco eso, ya por la inseguridad mucho la gente no venía hasta acá. El circuito se hizo más en el centro. Pero lo que siempre hicimos acá y no dejamos de hacer es una milonga con comida. La mayoría de la gente que viene acá son parejas que cenan y bailan. En la mayoría de los otros lugares donde se hace milonga sólo se va a bailar. Acá esto es más familiar. A lo largo de la historia, siempre han venido grandes bailarines, cantores de tango, se han hecho muchos festivales donde han venido reconocidas personalidades del tango.

LC7: ¿Cuál te parece la función de un club de barrio?

JG: La función del club de barrio es la que siempre se cumplió: contener a los chicos, traerlos, que tengan una actividad, que se diviertan, que la pasen bien. Eso es lo principal para nosotros. Por eso, que el club se llene de chicos es lo más importante. Nosotros no hacemos fútbol competitivo porque vi por la experiencia en otros clubes la rivalidad que hay, los padres se pelean, les exigen a los chicos un montón de cosas. Hacemos un fútbol recreativo, de enseñanza, para que nadie quede afuera, se hacen campeonatos internos, es para divertirse. Nosotros teníamos dos actividades que después no pudieron seguir, pero nos gustaría volver a tener básquet y vóley. Acá hasta hubo ballet de tango para mayores y para más chiquitos. Eran otros tiempos, ahora los chicos están más con una computadora o con un teléfono. Tiene que nacer de los chicos mismos hacer una actividad. Nosotros tratamos de contenerlos, hacer fiestas, las cosas que hacen los clubes de barrio para que la pasen bien. Hay que lograr que los chicos quieran al club. Eso es lo que estamos promoviendo ahora, comprándoles buzos, camisetas. Queremos que los pibes se enamoren del club.

LC7: ¿Es difícil sostener un club hoy en día? 

JG: Iba al Telégrafos a los 17 años. Después, pasaron los años y como soy contador público me dijeron que me necesitaban para poner algunas cosas en orden. Lo que hice fue alquilar todo para que no hubiera ningún tipo de inconvenientes: el buffet, el espacio de tango, el gimnasio, las actividades. Lo único que quedó directamente para el club son las actividades de los chicos: fútbol, patín, taekwondo, lo administra el club. Este no es un lugar de mucho poder adquisitivo, hay muchos chicos que vienen y no pueden pagar la cuota y se hace lo posible para que sigan viniendo. El club se puso en orden, el Gobierno de la Ciudad nos dio un subsidio y cambiamos toda la iluminación del club, cambiamos las luces a LED, pusimos colchas en las canchas y compramos algunos artículos de deportes. Eso nos ayudó mucho porque la luz hoy es mucho lo que se paga y se nos estaba dificultando. Desde el año pasado, el Gobierno de la Ciudad nos pidió que el club sea parte de la jornada extendida de los chicos. Antes, prestábamos el club a los colegios de la zona, uno hacía las fiestas y otro venía hacer gimnasia. Ahora tenemos a los chicos de tres colegios cumpliendo la jornada extendida. Hoy es muy difícil tener un club de barrio porque antes tenías un baile y un salón donde venía mucha gente. Ahora muchos dejan de hacer cosas. Nadie invierte. Los aumentos de tarifas nos afectaron muchísimo.


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