Jueves 21 de Noviembre del 2024

«La cooperativa es una herramienta de cambio»

Charlamos con el vicepresidente 2° del Credicoop, Horacio Giura, en la filial Parque Chacabuco, donde […]

Publicado el 14 julio, 2019 por Juan Bertrán

Charlamos con el vicepresidente 2° del Credicoop, Horacio Giura, en la filial Parque Chacabuco, donde repasamos la historia del cooperativismo de crédito y la situación comercial en el barrio.

La Comuna 7: ¿Cuál fue el origen de esta sucursal?

Horacio Giura: Esta sucursal se originó en una caja de crédito que era la Caja de Crédito Parque Chacabuco y a mediados de los ´60 se mudó a esta dirección. El origen de esta Caja de Crédito fueron comerciantes de Asamblea y de Boedo. Esta Caja de Crédito se fundó en 1927, así que el momento de mayor desarrollo fue en los ´50 y ´60 con un gran aporte comercial del gremio del calzado y el gremio gráfico y muchos comerciantes de Asamblea.

LC7: ¿Cuál es la visión que tienen como banco cooperativo?

HG: Don Pedro Cymering, comerciante de Asamblea, fue quien le dio una presencia política a la Caja de Crédito. Nosotros tenemos una visión de cooperativismo que va más allá de la prestación de un servicio, pensamos que la cooperativa es una herramienta de cambio. Una cooperativa puede influir en la sociedad en la medida en que nosotros aunamos la prestación del servicio con una función social democrática. Eficiencia y democracia no son antagónicas y no es un bien de las sociedades anónimas sino que al sumarle democracia a la visión de la empresa tenemos un plus. La Caja de Crédito estuvo bien durante muchos años. Pero en determinado momento la dictadura militar del ´76 decidió prácticamente la desaparición de las cajas de crédito porque al no permitirles la operatoria de cheques y la operatoria comercial y pedirles capitales mínimos muy altos estaban destinadas a desaparecer. Hubo un movimiento popular de enfrentamiento muy alto con la dictadura porque las pymes y las entidades de bien público hicieron un movimiento de apoyo para evitar la desaparición de las cajas de crédito y eso dio lugar al nacimiento de los bancos cooperativos. Credicoop fue uno de esos bancos. En Capital y Gran Buenos Aires 44 Cajas de Crédito renunciaron cada una a su individualidad y aportaron su patrimonio a este banco cooperativo. Ese fue el origen del banco. El  banco fue autorizado a funcionar el 19 de marzo de 1979. Ellos (el gobierno militar) pensaron que esto era inviable porque en su concepción  del mundo y de la economía y del ser humano no podían entender que alguien renunciara  a lo propio para darlo a un colectivo y presuponían que en poco tiempo íbamos a terminar todos peleados. Pero no fue así. Los bancos cooperativos que no pudieron seguir fueron por cuestiones fundamentalmente económicas.

LC7: ¿Cómo es la composición actual del banco?

HG: El banco es una cooperativa y como tal tiene empleados que trabajan y tienen un sueldo, por un lado. Hoy hay 5.500 empleados en el banco y 270 sucursales. Por otro lado, estamos los que somos dirigentes que le aportamos a la cooperativa la dirección ideológico-política. No cobramos sueldo, no cobramos viáticos, no cobramos nada. Es un trabajo pero no es un trabajo remunerado. Lo hacemos por convicción ideológica. Cuesta entender cómo alguien puede dedicarle tantas horas a esto simplemente por amor o por convicción política, pero es así.

LC7: ¿Cómo describirías la relación del banco con la comunidad?

HG: Nosotros consideramos que tenemos una ventaja comparativa importante que es la vinculación con la comunidad. Acá en Parque Chacabuco desde la década del ´60 en adelante esa vinculación siempre fue muy importante. Me vinculé a la Caja de Crédito en 1966 como socio, tomé un crédito y fui participando de lo que se llama el segundo anillo, que no es la conducción de la Caja de Crédito, sino que participaba en las actividades como son las charlas económicas informativas o el trabajo con las escuelas. Acá encontré una manera de expresar mis inquietudes políticas en algo empresarial, en algo vinculado a la gestión, que es algo que a mí me gusta y que es el secreto de una cooperativa: una empresa eficiente, exitosa y gestionada democráticamente. En los ´80, otro dirigente me convenció de que integrara el Consejo de Administración y empecé a participar en lo vinculado al control interno y auditoría y después en lo vinculado a la educación. Empezamos a hacer trabajo con escuelas de la zona y del distrito dando cursos a los maestros y fortaleciendo los vínculos con la comunidad. Lo fundamental es dar a los socios la posibilidad de capacitarse, de informarse, no sólo por la realidad de nuestra empresa, sino para dar herramientas que sean útiles a los empresarios pymes porque se muestran cosas que no se cuentan en otros lugares.

LC7: ¿Qué diferencias notás en el vínculo con la comunidad entre la antigua Caja de Crédito y el banco actual?

HG: El vínculo con el asociado era más fácil de conseguir porque venían todos los días a operar y el contacto era cotidiano y hoy con la tecnología eso no pasa, se hace innecesario. Todo es vía Internet. Entonces, el secreto está en buscar la forma de acercarnos al asociado, ya sea con reuniones, presentaciones, charlas, encuentros. Hay un vínculo con muchas entidades para que reconozcan en la entidad cooperativa a alguien del barrio. Somos alguien del barrio. Partimos de la base de que solo no se salva nadie. No existe el éxito individual. Lo lógico es el trabajo colectivo, el trabajo en común.

LC7: En todo este tiempo pasaron por un contexto de muchas crisis económicas a nivel país, ¿cómo las atravesaron?

HG: Nosotros vivimos el 2001, que es la gran crisis moderna. En el 2001 el país explotó. El sistema financiero explotó. Los bancos empezaron a caer y hubo una resistencia cultural contra los bancos porque veían que los bancos extranjeros se iban y dejaban a todos colgados. Nosotros hicimos todo al revés, abrimos todas las sucursales y hablábamos con la gente. El problema no lo podía resolver ningún banco. Tenía que haber medidas del tipo global sistémica para resolver el tema. En el 2002, nosotros hicimos una actividad en Parque Norte con 4.000 personas que eran representantes de universidades, colegios, asociaciones civiles, mutuales, todo el espectro social fue invitado a esa actividad. Ahí se les explicó que no nos íbamos y que el banco iba a salir a flote pero que les pedíamos a todos ellos que de alguna manera vinieran al banco. Así se profundizó la relación con muchas instituciones y se creó el proyecto “Credicoop y la Comunidad”. Si nosotros somos el banco de las pymes y de las entidades sociales que trabajen con nosotros. Así rápidamente nos recompusimos.

LC7: ¿Cómo ves la situación comercial del barrio?

HG: Nosotros no estamos en una isla. Si bien ahora se diversificó un poco más, tenemos socios vinculados al gremio del calzado y gráfico. Son gremios muy castigados. Al calzado, principalmente, la importación lo mata. Todos están afectados. Si vos recorrés Asamblea o Av. La Plata ves la cantidad de locales que van cerrando. Al haber menos consumo, es imposible que la gente esté bien si la economía está mal. Nosotros estamos muy sólidos y tratamos de que el empresario no se endeude. Notamos una baja en la bancarización o sea que hay menos empleados. El empresario se va achicando necesariamente porque el mercado interno se achica.

LC7: ¿Y ves una respuesta acorde a la situación por parte del Estado?

HG: Está en la génesis de la conducción política un modelo de país distinto. No hay ningún signo alentador. Ninguna medida. Porque te dicen que no te van a subir los servicios pero que te los van a cobrar 5 meses después para que pasen las elecciones. Esto excede lo partidario. Hay un modelo de país que no es el modelo de país que nosotros aspiramos como cooperativistas. En ese sentido, siempre fuimos muy cuidadosos de diferenciar lo que es lo político y lo político-partidario porque acá hay distintas miradas político-partidarias, pero nunca renunciamos a un modelo de país que es el que nosotros aspiramos y para eso se necesitan determinadas políticas que exceden lo partidario.

LC7: ¿Cómo definirías la función de un banco cooperativo?

HG: Hay roles. Está la función del Banco Central y los bancos públicos que tienen que tener una función de fomento. Después, están los bancos comerciales que son empresas privadas y aspiran a tener resultados económicos y lucrativos, lo que es legítimo en el capitalismo. Y los bancos cooperativos tienen un patrimonio social no público pero hay que reconocer que los bancos cooperativos cumplen una función social muy parecida a la de los bancos públicos en muchas cosas. Por eso insisto en lo de la función social, la gestión solidaria, la gestión eficiente pero democrática, son características de nuestro banco que lo hacen distinto a un sistema financiero privado.

LC7: Para cerrar, ¿tenés alguna anécdota de tus años en el banco?

HG: Soy hincha de Huracán y este es un barrio de San Lorenzo pero me ha tocado apoyar al grupo que busca el regreso a Tierra Santa. Con lo cual demostramos que a pesar de las simpatías futboleras y de los amores que uno tiene apoyamos las cosas que consideramos que son justas. Después, en el día a día tenemos infinidad de socios que más de una vez necesitan una mano y uno trata dentro de las normas poder favorecer al socio aportando el conocimiento que uno tiene.


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