Victoria de León tiene 38 años. Vecina de Parque Chacabuco y desde el 2011 se […]
Publicado el 21 diciembre, 2019 por Nicolás Rosales
Victoria de León tiene 38 años. Vecina de Parque Chacabuco y desde el 2011 se dedica a la realización de vidrieras. Nos cuenta sobre este oficio que comenzó como un juego y hoy es su modo de vida independiente.
La Comuna 7: ¿Qué es ser vidrierista?
Victoria de León: Puedo acercar una definición desde mi escala de clientes y sobre mi mirada: tiene que ver con ser una suerte de intérprete entre mi cliente que es el comerciante, y el público. Por lo general los comerciantes saben mucho de los productos que venden, y tal vez encuentra una dificultad en como exhibir. Hay un vidrierista muy famoso que se llama Gene Moore que dice que hace arte aplicado, y creo que ahí reside la diferencia con el arte en general. Porque si solo sería arte probablemente estemos descuidando la comunicación de ese local. Hay que trabajar en simbiosis con el comerciante, entender que es lo que quiera que se vea que no se está dando. Nunca tuve una vocación muy específica, así que me fui formando y trabajando en diversos lugares hasta que trabajé de forma estable en vestuario teatral. Creo que las vidrieras son una continuación de esa necesidad de crear escenarios de estímulo para un público. Me ocupo de ser la intérprete entre el local y el público. Escucho al cliente y le propongo un diseño de vidriera que tenga en cuenta lo que quiere comunicar, pero también quién va a recibir ese mensaje. Al principio armé vidrieras para amigos, familiares, hasta que conseguí trabajo fijo como vidrierista en una empresa. Ahora estoy por mi cuenta, trabajando en varios proyectos, con sus cosas buenas y sus cosas más difíciles.
LC7: ¿Cuáles son tus proyectos personales?
VL: Uno de ellos se llama “Caripelas”. Tiene dos pilares, uno es el barrio, y el otro es la estrategia. Que la vidriera no sea linda o atractiva, sino también que responda a una estrategia comercial. La vidriera es el primer “rostro” que ves de un local. Elegí el lunfardo porque reivindica lo propio en vez de los imaginarios impuestos, homogeneizantes de hoy en día. Busco que la vidriera además de ser atractiva, tenga en cuenta la identidad del local, las personas que lo atienden, que contribuya a que ese local sea especial para ese barrio. Evitar la homogenización y apelar a lo que nos identifica. Tengo otro proyecto más, “Pare de exhibir”, haciendo un poco de referencia al otro de slogan “pare de sufrir” y tiene que ver con proponer una sanación de la vidriera: generando encuentros quincenales con los comerciantes para darles herramientas y que se puedan desarrollar. También estoy pensando en lanzar “Ecovidrieras”, utilizando materiales que se puedan reutilizar. Haciendo alusión a esto en la vidriera, que se vea que materiales se usaron, detallándolos. El objetivo es visibilizar la importancia de darle más de un solo uso a las cosas que adquirimos, sean plásticos, cartones, vidrios. Me gustaría hacer una movida entre varios comercios y alguna cooperativa de reciclaje.
LC7: ¿Cómo se lleva a cabo tu trabajo?
VL: En primer lugar me reúno con el comerciante. Para mí esto es básico. En estos tiempos de crisis hay mucha ansiedad, y por lo general el comerciante quiere que su realidad cambie de inmediato. Y con la vidriera pide resultados inmediatos también, y en realidad la mayor parte de la clave la tiene el propio comerciante. El comerciante de barrio tiene mucha información de primera mano, sabe lo que pasa en el día a día, sabe lo que necesita. A veces es clave también rotar los productos y que la vidriera no sea solo mostrar ofertas, intentar hablar desde las esencias de los locales. Hay que aprovechar las fechas importantes donde se vende más. La vidriera es un lugar para comunicar un montón de cosas. Para ser vidrierista se puede estudiar en cursos, una se forma para brindar un servicio.
LC7: A nivel general ¿cómo ves el panorama de las vidrieras?
VL: Hay una tendencia a predecir que la venta online va a fagocitar a las vidrieras, algo parecido a lo que se decía de los libros digitales en relación a los libros en papel. Es verdad que el celular le quitó muchas miradas a la vidriera, pero por eso mismo para mí es fundamental que la vidriera sea reativa, que nos saque del modo automático.
LC7: Tu vidriera favorita…
VL: De las que ya no están, la vidriera de la florería “Las Camelias”, acá en Parque Chacabuco. Proponía un escenario selvático, muy exótico y distinto a los demás. De otro barrio, la vidriera de paragüería Víctor, en Boedo. Entienden muy bien el valor de la tradición y rotan el diseño de vidriera con frecuencia.
Instagram: caripela.mqt
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