El «Segundo Censo Popular de Personas» reveló que hay 7.251 personas en situación de calle […]
Publicado el 9 julio, 2019 por Nicolás Rosales
El «Segundo Censo Popular de Personas» reveló que hay 7.251 personas en situación de calle en la ciudad, que 5.412 lo hacen a la intemperie, 870 son niñes y 1.600 están por primera vez.
El censo tuvo que descontar a Sergio Zacarías, Carlos Benzenette y Javier de Retiro, las 3 personas que murieron de frío en los últimos días, ante la desidia y abandono del gobierno porteño.
De las personas censadas, más de la mitad vivió siempre en la ciudad, lo que contradice las recientes declaraciones del vicejefe de gobierno, Diego Santilli, que había asegurado que las personas en situación de calle vienen de otras ciudades argentinas.
Del relevamiento se desprende que el 52% es la primera vez que queda en esa situación. Para el gobierno porteño, que realizó un Censo Oficial paralelo al Censo Popular, hoy viven un poco más de mil personas en esta situación. Un dato cinco veces menor, y que se puede explicar desde la práctica y experiencia propia.
Censo Popular en primera persona
Me encontré con los organizadores el viernes a la tarde (se realizó los últimos días del mes de abril) para participar como voluntario del censo. Fue en la Red Puentes, un centro de día para personas con consumos problemáticos, que queda en la calle Faraday al 1500. La garúa porteña se había instalado con esa humedad tan molesta. Sin embargo, esto no fue un impedimento para hacer la recorrida por Parque Chacabuco y Flores. Ya era de noche. Fuimos en una ambulancia que prestó el Movimiento Popular La Dignidad (MPLD) y en un auto particular.
Pasamos por los alrededores del parque, por calles que lo cruzan, debajo de la autopista, por el Bajo Flores, por los alrededores de la 1-11-14 y el Hospital Piñero, entre otras zonas. Lo llamativo fue, en principio, la muy poca cantidad de gente en situación de calle que pudimos observar y censar. Lo primero que pensamos fue: «Bueno, por la lluvia quizás se hayan ido a refugiar a otros lugares». Pero a medida que transcurrieron las horas y el panorama se mantenía, las conjeturas pasaron a ser otras.
Las sospechas de que el propio Gobierno de la Ciudad haya utilizado herramientas legales y no tanto para «limpiar» la ciudad de las personas que uno puede cotidianamente cruzarse en esta situación, fueron teniendo un peso más significativo. Cabe mencionar que el mismo gobierno porteño salió a hacer su propio censo durante todo el día martes, sabiendo que las organizaciones lo harían desde el jueves. Un elemento más que nos hizo pensar fue que las «ranchadas» habituales ya no estaban donde se suelen ver.
Recordemos también que en la primera gestión de este gobierno porteño, se había creado la UCEP (Unidad de Control del Espacio Público), una patota desalojadora con nombre de institución, que supo funcionar con patovicas levantando gente en situación de calle.
Lo que vivimos aquel viernes al no poder encontrar lo que fuimos a buscar para hacer visible esta realidad, nos pareció ser una clara maniobra del gobierno para que el Censo Popular no refleje lo que sucedía: cada vez hay más personas que se quedan en la calle por la crisis social y económica.
Más que números
El gobierno porteño hace muchos años que viene realizando este tipo de censos con una característica: sólo se dedica a contar a las personas, con un método observacional, incluso sin bajarse de los vehículos que realizan las recorridas.
Lo que agregó el Censo Popular, primero en el 2017 y en este segundo censo del 2019, es un cuestionario que tiene como intención principal establecer, en la medida de los posible, una charla más humana con las personas que viven en la calle. Más allá de la aplicación del formulario de encuesta para el relevamiento y su posterior análisis de los resultados, el vínculo entre censista y censado pudo estar mediado incluso con una plato de comida, un gesto amable, un abrazo, un acompañamiento.
Cuando no se puede tapar el sol con la mano
Resulta evidente observar que hay cada vez más gente en situación de calle. Vasta poder hacer una recorrida de tu casa al trabajo en el trayecto que uno camina hasta la estación de subte o la parada de colectivo más cercana.
En una esquina, bajo un techo, en la entrada de una casa, de un edificio, allí están las miles y miles de personas que el gobierno no quiere ver e incluso pretende negar.
Los datos del segundo censo popular arrojaron la siguiente información más cercana a la realidad cotidiana.
Hoy nos encontramos con que 641 personas duermen en los paradores, 1.340 lo hacen en establecimientos con convenios, habiendo censado unas 5.412 personas en la calle arroja un total de 7.521.
A continuación compartimos el gráfico de los datos:
El siguiente gráfico es que también revela el crecimiento de la cantidad de personas, aquellas que afirman en un elevado porcentaje que es la primera vez que se encuentran en esta situación, y las razones por las cuales devinieron a esta indeseable forma de vivir.
Llamó la atención la cantidad de niños y niñas, y de mujeres.
Los datos oficiales del Segundo Censo Popular se dieron a conocer el pasado viernes 5 de julio en conferencia de prensa de la sede de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) de la ciudad.
Detrás de estos números que podemos observar existen personas que no eligen vivir en la calle. Son aquellas personas que a diario son invisibles a las miradas indiferentes de algunos ciudadanos y ciudadanos y que gracias al valorable trabajo de muchas organizaciones sociales se hacen visibles para denunciar el abandono del estado y la ausencia de políticas públicas que se hagan cargo de esta dolorosa situación.
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