Jueves 18 de Abril del 2024

Flores para Ezequiel

Este 21 de septiembre se realizó un nuevo homenaje para Demonty, víctima del gatillo fácil […]

Publicado el 26 septiembre, 2021 por Nicolás Rosales

Este 21 de septiembre se realizó un nuevo homenaje para Demonty, víctima del gatillo fácil a orillas del Riachuelo en el año 2002. Los policías que lo arrojaron al río están condenados a cadena perpetua, pero nada obtura que la memoria y la justicia sigan más activas que nunca.

El caso de Ezequiel Demonty es realmente ejemplar, porque se logró condenar a los policías responsables de su asesinato, en parte por la lucha de su madre Dolly y toda su familia. A 19 años de este hecho, otra muestra de memoria.

Los hechos

El 14 de de septiembre del 2002, Ezequiel se encontraba junto a sus amigos Julio Ismael Paz y Claudio Maciel buscando un auto para volver a sus casas después de haber ido a un boliche. Camino a la remisería ubicada en la esquina del pasaje La Constancia y Avenida Cruz fueron interceptados por agentes de la Policía Federal. Estos obligaron a que se pongan en el piso boca abajo. Los golpearon y patearon brutalmente.

Después, los subieron a cada uno en un patrullero distinto, donde los continuaron hostigando, “verdugueando” y los llevaron hasta la orilla del Riachuelo, a la altura del ex puente Alsina. Los rodearon para seguir golpeándolos y amenazándolos hasta que los empujaron al río.

Julio y Claudio pudieron salir, pero Ezequiel no y su cuerpo fue hallado sin vida una semana más tarde.

Justicia

Gracias a la lucha de sus familiares, amigos, amigas y organizaciones sociales, los ex policías Gastón Somohano, Alfredo Ricardo Fornasari y Gabriel Alejandro Barrionuevo fueron condenados a cadena perpetua por los delitos de tortura seguida de muerte, privación abusiva de la libertad y torturas reiteradas. Por otro lado, fueron sentenciados Luis Emilio Funes y Luis Antonio Gutiérrez con penas menores por omisión.

Homenaje

Un 21 de septiembre del 2002 aparecía sin vida el cuerpo de Ezequiel. En los últimos años, lo que viene haciendo la familia es un acto homenaje a las orillas del riachuelo, donde Demonty fue arrojado, justo debajo del puente que une la capital a la altura de Pompeya con el sur del conurbano.

El lugar elegido cumple una doble simbología: fue donde Ezequiel estuvo con vida por última vez y, por otro lado, el puente hoy lleva su nombre. Allí, un micrófono suele pasar de mano en mano entre los y las presentes que quieran expresar unas palabras. También banderas y carteles con el nombre y la cara de Demonty.

Luego, una pequeña balsa con un cartelito y la cara de Demonty con algunas rosas se arroja al Riachuelo para que flote. Y otras rosas son tiradas al agua.

En diálogo con LC7, Leonardo Demonty, el hermano de Ezequiel, expresó algunos sentimientos sobre la jornada: “Se me retrocede la vida a ese tiempo, y me angustia mucho, porque nosotros queríamos a nuestro hermano vivo. Me genera cansancio también, y a la vez mucha fuerza, porque nos recuerda por qué emprendimos esta lucha. Que se haga justicia por Ezequiel, y que las cosas que le pasaron en ese tiempo, que eran prácticas normales, no sigan pasando. Hoy en día el Riachuelo cambió, antes había caminitos, lo cual demuestra lo que era una costumbre de una parte de las fuerzas de seguridad. Siempre agradezco a Dios, a los vecinos y compañeros que nos acompañan. Hay que tratar de estar lo más atento y lúcido posible, porque estas cosas lamentablemente siguen pasando”.

Por una ley sobre violencia institucional

Leonardo continuó reflexionando en torno a la lucha por una ley que contemple una ayuda a las familias de la víctimas de gatillo fácil: “Los que venimos luchando en contra de la violencia institucional exigimos una ley que la erradique. Que le de herramientas a familiares de las víctimas, como puede ser una atención psicológica más allá de la ayuda económica. Un mayor acompañamiento a los familiares y a lo que quedan vivos porque no es fácil cuando te ocurre algo así. Te cambia la vida totalmente, te la destruye, te roba los sueños, te quita las energías. Uno se pone más vulnerable, a otros los vuelve malas personas, otros y otras se vuelven adictos, conozco caso de familiares que se han vuelto muy sensibles y cualquier cosa les hace daño”.

“Nosotros podemos acompañar a otras familias, pero en realidad debería hacerlo el Estado, porque es el Estado el que mata. Tenemos que seguir trabajando para que este abuso no siga ocurriendo. Porque entiendo y creo que son prácticas que retroceden, aquellas que vivimos en los 70 con los treinta mil compañeros desaparecidos, tenemos que transformar todo esto”, exigió Demonty durante la entrevista con este medio digital de la Comuna N° 7.

Estuvieron acompañando la jornada integrantes de «Madres en Lucha», Horacio Pietragalla, Lorena Pokoik, Marcos Cianni, Verónica Tenaglia, Ulises Bertinetti, Julián Cappa, Nayla Loitegui y Lorena Crespo, entre otros referentes del arco político.


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