Con tono presidencial

En la ciudad, Larreta defendió las políticas de los últimos 16 años y recibió críticas de la oposición por sus resultados y por el caso D´Alessandro.

A principios de mes, Horacio Rodríguez Larreta inauguró su último período de sesiones en la Legislatura como jefe de Gobierno porteño, luego de ocho años de gestión al mando en la sucesión del poder local con Mauricio Macri.

El mandamás de Uspallata dijo tener un mensaje “antigrieta” e incluso cuestionó a los sectores más duros de su partido al advertir que “el cambio no es gritar”, pero dedicó su tiempo a defender los 16 años del PRO en la ciudad y a su postulación a presidente.

“En la Ciudad también al principio nos dijeron que no íbamos a poder, que era imposible, que íbamos a fracasar. Y lo logramos. Nos animamos a transformar la Ciudad y ahora nos vamos a animar a transformar el país”, aquí el tono presidencialista destacado.

Pero no todo fue paz y armonía en este inicio de sesiones. La oposición lo cruzó duramente, en especial la banca del Frente de Todos, colocó en sus bancadas carteles con la leyenda “Larreta es Mafia”, en referencia al caso del ministro licenciado Marcelo D´Alessandro, que es señalado por su participación en supuestos chats y audios en conversaciones con jueces federales, directivos del Grupo Clarín y empresarios que mantenían concesiones de servicios con el gobierno porteño.

“La apertura de sesiones de Rodríguez Larreta no es importante por lo que dijo, un capítulo más de la máquina de humo, sino por lo que calló, que es el escándalo de sus vínculos con la justicia y la corrupción de su ministro de Seguridad”, observó el diputado de la oposición Matías Barroetaveña.

Desde la izquierda en el recinto, Gabriel Solano también señaló que escuchó “las mentiras de Rodríguez Larreta” y remarcó que dijo que “le mejoró la vida a la gente pero lo cierto es que deja una Ciudad con mayor pobreza que cuando asumió hace ocho años atrás”.

Fotografía: Télam.-