“A mi gustan las cosas populares de acá, las cosas nuestras”

La Comuna 7 entrevistó a Norberto Tomé, autor del poema «La Taba», quien nos contó un poco de su historia de vida. Hoy tiene 77 años, es un personaje alegre, nacido en el Abasto, vivió en Pompeya, Soldati y ahora vive en Lugano, todos barrios bien tangueros, “bien orilleros” -dice él-. Estudió en el Colegio Mariano Moreno. Además dio clases de matemáticas y se dedicó al rubro metalúrgico. Tuvo una relación especial con el barrio Parque Chacabuco. También nos contó el por qué se inspiró para escribir el poema que decidimos publicar aquí.

La Comuna 7: ¿Desde cuándo escribe?

Norberto Tomé: La relación con la escritura apareció después que me jubilé, parece que ese velo de plástico que tiene uno encima desapareciera y aparecieran los poros y uno es más permeable para un montón de otras cosas. Me jubilé hace 10 años y ahí surgieron las ganas de escribir. Ahí arranqué yendo a la Universidad del Tango en la calle Agrelo, ahí funciona también un colegio primario. Ahí me contacté con gente que como yo nos gustaba escribir, y empezamos a aprender los primeros trazos de lo que eran las herramientas para hacer una escritura mas o menos armónica.

LC7: ¿Qué lo inspiró a realizar un poema como La Taba?

NT: A mi gustan las cosas populares de acá, las cosas nuestras, yo soy hincha del tango. Lo recorro mucho porque ese taller adónde yo fui, era de letristas. Se recorre a Homero Manzi, a todos los poetas nacionales incluso también de otros lugares del mundo pero fundamentalmente del folklore. Como se fue intercalando una cosa con la otra para llegar al tango. La Taba surge porque en una de las clases había un hombre que aparentemente era del interior. Surge de qué parte del hueso es la taba, se entró en una discusión. Entonces en aquel entonces al ser unas de las cosas de mis primeras escrituras hasta me daba la sensación de ser una cosa medio vulgar, media chabacana. La discusión se dilucidó hasta 2 clases más adelante. También le escribí algo al truco, que también me gusta. Cuando mi profe vio el poema de la taba me dijo, te animaste y pusiste lo que pusiste, lo que sentías. Yo nunca publiqué nada aún, son mis nietos los que me empujan a hacerlo. Escribí tangos, que ya están musicalizados y que están cantados. También me gusta el folklore, conozco el campo, estuve viviendo un tiempo, tuve muchos episodios allí. Pasó que cuando era más chico estuve en un tambo, en 2 o 3 vacaciones de verano del colegio. Fui cazador también, me gustaba lo que cazaba porque lo comía. Cazaba media docena de perdices y me gustaba comerlas, o una liebre en escabeche o a la cacerola, lo mismo con la pesca. Y bueno todas esas experiencias son lo que a uno lo inspiran. Conozco muchos lugares del campo de la Provincia de Buenos Aires, de Córdoba. Iba a pescar como pescador deportivo, al Paraná, a la parte norte, Paso de la Patria, Corsacué, Goya, Zárate. Conozco muchas lagunas del interior de la Provincia de Buenos Aires, que es muy rica y muy linda. Y todos esos recuerdos son imborrables, porque eran paisajes hermosísimos, estar en contacto con la naturaleza. Escuché mucho folklore, primero porque me gustaba y segundo porque me tentaba el estudio de la guitarra. Y tengo algunas letras escritas, de zambas, chacareras.

Norberto también contó su experiencia con una revista y dijo: “en algún momento tuvimos una revista de Tango con mi yerno que duró 6 meses. Se repartió en 150 lugares con 2000 ejemplares. Recibimos un montón de premios y reconocimientos. Era la revista de la “cultura tanguera”. Nos apartábamos un poco más de la danza y nos acercábamos más a la poesía, a los centros culturales. Tirábamos más que nada en la búsqueda de los orígenes de las letras. Fue un trabajo arduo porque se hizo al pulmón”.

LC7: ¿Qué relación has tenido con el barrio Parque Chacabuco?

NT: Fue en al año 90 más o menos. Yo venía del negocio de las autopartes, metalúrgico. De pronto un amigo me habló sobre las abejas. Me dijo, mirá, podemos tener un campito, colmenas, tendríamos un recurso extra. Y de repente compramos colmenas, vimos que podía ser una actividad interesante. Hicimos una cosecha. Y mi hijo, que estaba estudiando veterinaria me dijo, no vendas todo, vamos a seguir un poco más. El producir miel, nos trajo llevar a venderlas en un pequeño local. Y primero apareció un local al cuál le vendíamos la producción, en el primer Jumbo, de Escalada y Cruz. Finalmente terminamos comprando ese local, y no sólo vendíamos miel sino también todos productos naturales. Me gustó el rubro y la gente que estaba metida en el mismo. Esto fue en el año 85, 86. Esto nos llevó a una alimentación distinta, que hoy se practica, está de moda. Nos interesó a toda la familia, así que hicimos un negocio familiar. A partir de allí, nos involucramos cada vez más. Hasta que Jumbo decide realizar una gran modificación del edificio y nos invitaron para ir uno nuevo en la Panamericana, lo que hoy es el Unicenter, pero no nos dieron los números como para acceder a ese lugar. Así que empezamos a buscar por otros lugares hasta que apareció uno en la calle Emilio Mitre al 900, esquina Zuviría. Ahí estuvimos 10 años, fue un local grande con muchos empleados.

Poema «Taba»

Yo soy el gaucho Contreras

y he nacido pa´timbrar,

taba, sortijas, cuadreras

iluminao pa´ojetear.

Y de estos juegos nombrados,

solo uno es mi pasión,

soy pa´la taba un dotado,

y aquí va su descripción.

Hueso corto de dos caras,

correspondiente al garrón,

que me enciende la ilusión,

si decide mi destino,

la puntería yo afino,

para tirar siempre a suerte,

y la sigo hasta la muerte,

aunque no me quede un peso,

cuantas veces quedé preso,

en la timba de la vida,

y no por ser tan florida,

tuve algún momento oscuro,

jamás dejé de jugar,

por tirar mil veces culo.

Por eso es que yo le ruego,

sea cauto pa´jugar,

tiene contra todo juego,

y toda contra se dá.

Por experiencia le digo,

sinsabores siempre hay,

si yo me llamo Contreras,

no es por casualidad.