142 años de la Basílica de San José de Flores

Testigo de la historia del barrio y del llamado vocacional del papa Francisco, su legado sigue vivo en la comunidad.

El 18 de febrero se cumplieron 142 años de la inauguración del templo parroquial de Flores, acaecida el 18 de febrero de 1883. “Construido bajo la dirección de los arquitectos Panunzi y Lombardo, este emblemático edificio fue testigo de la decisión de Jorge Mario Bergoglio, nuestro Papa Francisco, de iniciar su camino sacerdotal tras confesarse en sus instalaciones”, señala el arquitecto Eduardo Gabor, presidente de la Junta de Estudios Históricos de San José de Flores. Hace más de un siglo, la parroquia fue elevada a la categoría de basílica. La medalla original puede verse actualmente en el Museo Barrio de Flores, ubicado en Ramón Falcón 2207.

La Basílica de San José de Flores, situada en el corazón del barrio de Flores en Buenos Aires, es un símbolo de fe y arquitectura que ha acompañado la historia de la ciudad y de sus habitantes. Su historia se remonta a los primeros años del siglo XIX, cuando la necesidad de un espacio de culto llevó a la comunidad a levantar un templo que reflejara su devoción y crecimiento.

El curato de San José de Flores fue creado en 1806 con terrenos donados por la familia de Ramón Francisco Flores. La primera capilla pronto resultó insuficiente, y en 1831, con el apoyo de la comunidad y figuras como Juan Manuel de Rosas, se inauguró un nuevo templo. A finales del siglo XIX, el crecimiento del barrio demandó una iglesia más grande, impulsada por el padre Feliciano de Vita y diseñada por arquitectos italianos. Inaugurada en 1883 y elevada a basílica menor en 1912 por el papa Pío X, la Basílica de San José de Flores se consolidó como un símbolo religioso y arquitectónico de Buenos Aires.

A lo largo de los años, la Basílica ha sido escenario de innumerables celebraciones religiosas, procesiones, bodas, bautismos y eventos comunitarios, reafirmando su papel central en la vida del barrio. Además de ser un punto de encuentro para los fieles, también atrae a historiadores, arquitectos y turistas interesados en su legado. Su vínculo con el Papa Francisco ha incrementado su relevancia, convirtiéndola en un destino para quienes buscan conocer más sobre su historia y su camino hacia el sacerdocio.

El Museo Barrio de Flores, ubicado en la calle Ramón Falcón 2207, alberga la medalla original de la basílica, junto con otros objetos históricos que permiten conocer en profundidad la evolución del barrio y de su iglesia más emblemática.