Una joven promesa de la pintura expuso en la Comuna

Con tan solo 19 años, Nicolás Sterbanoff ya posee una profusa carrera de artista. Recientemente, sus obras pasaron por la sede de la Comuna 7. 

La Comuna 7: Nicolás, ¿Cómo es tu formación?
Nicolás Sterbanoff: A los 6 años entre en una escuela de estética pública de Ramos Mejía. Eran talleres de artes visuales para temprana edad. Salí de ahí a los 11 años y me metí en el Rogelio Irurtia, la escuela de Bellas Artes de Mataderos. Egrese del secundario y seguí en la misma institución estudiando para el profesorado de Bellas Artes orientado en pintura. En el medio realice un montón de talleres con colegas que alimentaron mucho mi formación y la práctica de la técnica. Siempre me enfoque mucho en la pintura. De hecho, la casi totalidad de mis trabajos se abocan a lo pictórico. También, doy talleres de pintura en forma particular en el barrio de Flores y La Paternal.

LC7: ¿Cómo fue la muestra que presentaste en la sede comunal?
NS: La muestra se llamó “Rompecabezas del Inconsciente” que trabaja en una especie de surrealismo contemporáneo. Busco manifestar en la pintura un estudio acerca del psicoanálisis y su auge en diferentes acciones humanas. Y yo me centre en algunos relatos personales para representar eso en las obras. A raíz de esto, estoy trabajando con soportes nuevos con diferentes materiales para ir representando esto de la contemporaneidad que tiene que ver con salirse del esquema cuadrado de la obra y lo del surrealismo tiene que ver con representar escenas del sueño y del psicoanálisis. Es una serie de obras que representan un trabajo de hace un año ya. En el 2015 arranqué a hacer una serie que son alrededor de 32 obras. Para la Comuna, seleccioné de esa serie las 10 obras de más impacto. Fue todo un año de estudio de teorías sobre el yo, el superyó, sobre relatos y metarrelatos, y a raíz de eso, lo fui articulando en las obras.

LC7: ¿Cómo te resulta trasladar todo ese marco conceptual complejo a una obra?
NS: Y eso fue muy complejo al principio. Por eso me aboqué a esto de la contemporaneidad. Cuando arranqué a pintar yo venía de hacer otras series que se expuso en la Comuna en el 2015 que se llamaba “mirada cromática” que eran todas caras con mucho color. Y eran todos en marcos cuadrados. Desde lo técnico era fácil porque era trabajar la figura humana, el rostro con la expresividad que te da el color. Cuando me encontré planificando esta nueva serie, me encontré con muchas problemáticas de cómo trasladar todos estos conceptos a una imagen bidireccional. Entonces, decidí salirme del marco convencional que es trabajar sobre lienzo o sobre soportes cuadrados, rectangulares o circulares. Y empecé a trabajar los soportes desde elementos vinculados con lo pictórico y lo técnico. Por ejemplo, los colores están tratando de hablar y cuentan las situaciones de violencia, de pasividad; desde el no color ya que hay muchas obras que están en blanco y negro; desde el soporte en el que están trabajadas. Hay una obra que esta trabajada sobre un espejo roto y tiene que ver el reflejo y aparece la grieta. Como se ve uno en esta imagen partida. Hay otro que esta trabajado sobre una guitarra desde los dos lados. Y del lado de atrás está abierta, esta arrancada la tapa y uno puede ver por dentro los dibujos que están hechos. Son todos soportes que van armando una serie de íconos que uno con el ojo, a medida que van recorriendo la serie de obras, va construyendo un relato que tiene que ver con el surrealismo y con la psicología, de las patologías emocionales.