Removieron a la jefatura de la 38° y acordaron un plan de seguridad

Foto: Paula Ribas-Télam

Luego de los homicidios sucedidos en Flores durante este mes, el ministro Martín Ocampo acordó un plan de acción con los vecinos de Flores y con los familiares de Brian Aguinaco. También anunció la remoción de la cúpula de la Comisaría 38°, uno de los ejes del masivo reclamo efectuado por la comunidad vecinal.

El ministro de Seguridad porteño, Martín Ocampo, informó sobre esas resoluciones en una conferencia de prensa y dijo: «Definimos un plan de acción, lo vimos con ellos y, sobre todas las cosas, acordamos un mecanismo de trabajo, porque creemos en la participación ciudadana y en que estos canales de comunicación van a servir para darles más herramientas a los vecinos». 

Según mostró Eduardo Dotto, el abuelo de la hermanastra de Brian (14), el acuerdo firmado por los vecinos y las autoridades del Ministerio establece que se montará «un operativo de saturación policial y controles de tránsito y poblacionales» en la zona de Flores. Por lo tanto, consideró que la reunión «fue positiva» porque obtuvieron «compromisos firmados y cosas concretas».

En este sentido, Ocampo mencionó tras el encuentro que se resolvió «trabajar sobre políticas para reforzar los controles de motos, específicamente las que llevan dos pasajeros» y que se va a aumentar «la cantidad de efectivos que actualmente tiene desplegada la Policía en esas zonas».

Además, el funcionario anunció que se dispuso la remoción del comisario Alejandro Carlos Atili y en su lugar fue nombrado Juan José Olivi, quien se desempeñaba como titular de la Comisaría 48° de Villa Lugano.

Al asumir el cargo, el comisario se reunión con un grupo de vecinos en la esquina de de Bonorino y Bonifacio y arguyó que «no hace falta que vengan a la comisaría», ya que «cualquier vecino puede hablar con él cuando lo requiera».

Por último, otro de los vecinos que firmó el documento con Ocampo reveló a la prensa que cada vez que una pareja de «motochorros» sale de las villas de la zona roba celulares por un monto de 25.000 pesos y lo hacen cuatro veces por día, lo que significa un monto de 100.000 pesos diarios.