Sábado 20 de Abril del 2024

Por una arquitectura social y de impacto en el medio

Pablo Deltin es socio de Tava, una cooperativa que reúne a 15 arquitectos. En esta […]

Publicado el 4 abril, 2018 por Gustavo Viera

Pablo Deltin es socio de Tava, una cooperativa que reúne a 15 arquitectos. En esta charla cuentan la particularidad de la organización, sus trabajos y objetivos.

La Comuna 7: ¿Cómo surgió este proyecto cooperativo?
Pablo Deltin: La cooperativa nació hace 7 años. La armamos con unos compañeros conocidos de la Facultad de Arquitectura que veníamos de trabajar en algunas organizaciones de vivienda. La armamos viendo la necesidad de agrupar un equipo de técnicos y profesionales que funcionen de una manera diferente a la tradicional. Primero, por la forma de asociarse bajo la forma cooperativa, y segundo cambiando la forma de cómo encarar el laburo de arquitectura. Nosotros trabajamos con una metodología de diseño participativo que tiene que ver con incluir a las personas que van a habitar el espacio que hacemos, con una participación activa de los clientes y organizaciones con las que trabajamos en los proyectos. Y después, la decisión de trabajar tanto con clientes privados como con organizaciones sociales y entidades del Estado. Esa es la otra pata que nos interesaba trabajar porque es una pata que falta en el rubro.

LC7: ¿A qué te referís con esto último?
PD: En realidad, lo que se entiende por arquitectura social es una actividad más asociada a trabajo social con organizaciones, con entidades del Estado, etc. Queda relegado en los profesionales al tiempo que sobra luego de hacer el trabajo profesional; es decir, se hace el trabajo tradicional de arquitectura de 9 a 18 hs., y en el tiempo que sobra se hace este tipo de proyectos que en general se entiende que no deja mucha plata. Nosotros lo que queremos es poder dedicarnos a eso, trabajando y viviendo de esto. Poder aportar a organizaciones, poder aportar a programas del Estado relacionados con lo que hacemos nosotros, y poder vivir de esto. Así es como fuimos armando la cooperativa hasta hoy. En Capital, el trabajo tiene que ver con clientes privados, y con las organizaciones en Provincia de Buenos Aires. Ahora, por ejemplo estoy en Miramar haciendo un proyecto participativo para una Fundación.

LC7: ¿Con que tipo de organizaciones trabajan?
PD: Nosotros tenemos un criterio que dice “Por las dudas… si”. Trabajamos con cualquier organización que nos contacte o que este trabajando en un sentido social, sin ser parte de la organización misma. Al ser nosotros una organización cooperativa, podemos trabajar con organizaciones de diferentes partidos y programas sin presentarse un problema. Es bastante variado el arco: desde fundaciones y ONG’s hasta Partidos Políticos, organizaciones territoriales y barriales.

LC7: ¿Por qué afirmas que la rama tradicional de la arquitectura no toman trabajos con organizaciones y con el Estado?
PD: En general, porque no es el trabajo rentable para un arquitecto. Es más complicado, tenes otras realidades que no tenes en el privado. Cuando trabajas con organizaciones gran parte del trabajo, más allá del proyecto concreto que se encare, es meternos en la realidad de la organización y ver cómo podemos hacer para que esa organización pueda conseguir los fondos tanto para nuestro trabajo como para la ejecución de las obras. Tiene una complejidad que en el día a día es difícil de abordar si no se lo toma con la dedicación que se necesita. Tiene que ver con la rentabilidad y en cómo se prepara al profesional desde la educación. De las universidades que venimos preparan a un profesional bastante alejado del ser humano, bastante subido a un pedestal que te aleja de las realidades de las organizaciones, de los barrios, de hacer política. Así que el perfil profesional está destinado al trabajo privado, a formar tu empresa, de ver cuanta guita saco de esto, y nosotros entendemos la arquitectura como un servicio, como una herramienta más de transformación.

LC7: ¿De qué se trata la metodología que utilizan: proyecto participativo?
PD: Es una metodología que tiene que ver con lo anterior, de bajar al arquitecto del pedestal y escuchando más las necesidades de las personas que van a habitar los espacios. ¿Qué es esto? Cuando nosotros arrancamos un proyecto sea con privados u organizaciones intentamos ahondar en la forma de vida de las personas, en las necesidades, en los problemas, en los miedos; es decir, tenemos una serie de entrevistas, escuchas les decimos nosotros, que ahondamos en la forma de vida particular de cada persona. No sacamos productos estandarizados sino que tienen que ver con las necesidades y recursos de cada persona. Estas escuchas suelen sorprender bastante porque pueden comenzar con una pregunta del tipo: ¿A qué te dedicas? ¿Qué te gusta hacer? ¿Cómo pasas tu tiempo libre? Cuestiones que tienen que ver más con la persona en sí que con la casa que después se va llegando por otros lados. Y por otro lado, no presentamos una opción sola de proyecto sino que presentamos al cliente una serie de alternativas para poder presentar un abanico completo y el cliente pueda elegir las cosas que le parecen mejor, peor y de ahí llegar a la propuesta final. Es una metodología que tiene una duración de dos o tres meses, bastante ordenadita, pero que implica poder llegar a un resultado final que responda a la necesidad real de la persona o de la organización. Se trata de amoldarse, de no decidir nosotros como deben vivir las personas sino escuchar cómo vive cada persona y amoldar los proyectos a eso.

LC7: ¿Sería como un coaching arquitectónico donde a través de preguntas vas generando que el propio cliente encuentre su proyecto habitacional?
PD: Exactamente, y lo que hacemos con esas entrevistas es una serie de juegos. La primera entrevista dura alrededor de dos horas y cambiamos los roles: el arquitecto es el cliente y nosotros somos los dibujantes. Entonces ahí ya tenes una primera idea de lo que quiere el cliente. En un segundo juego, tiene que criticar todo: en su casa actual, en su forma de vivir, en su trabajo. Otro juego sería imaginarse como sería una casa ideal si no hubiese límite de presupuesto, de terreno y no se que. Una serie de juegos que van guiando la información y que nos ayuda a llegar a un proyecto final que satisfaga a la gente.

LC7: ¿Cómo es su dinámica interna de funcionamiento en cooperativa?
PD: En la cooperativa la membresía es abierta. Esta siempre abierta a que se sumen nuevos socios. Trabajamos por producción, es decir se cobra en tanto se trabaje, con lo cual si no hay trabajo no cobramos, y si hay mucho laburo cobran mucho. Es decir, tenemos esas fluctuaciones con lo cual cada compañero que se sume requiere que tenga capacidad de generar trabajo, de entender lo que hacemos y de poder venderlo, de poder salir a conocer nuevas organizaciones y clientes privados. Es decir, requiere que cada compañero que se sume se haga carne de la cooperativa. Un problema con el que nos solemos encontrar es la costumbre de tener jefe y esperar a que haya laburo, cuando lo que necesitamos es que cada uno que entra se ponga a conducir eso y a ser su propio jefe. Y tenemos algunos criterios técnicos-políticos que nos rigen donde esta aclarado cual es el orden de asignación de trabajo, cómo es la forma de retiro, etc. Y por suerte vivimos todo de esto, estamos con capacidad de generar trabajo y buscando un poco mas para crecer mas. No tenemos retiros fijos. Cada Cooperativa tiene su formas: fijos, por cargos, por experiencia. Nosotros tenemos el esquema por producción. Los compañeros con más experiencia tienen mayor capacidad de producir en menos tiempo, y ahí radica la diferencia entre un compañero más nuevo y otro más viejo. Hemos probado de todo, y este es el que más nos cierra y nos obliga a que cada uno que entra tenga que hacerse la cooperativa como propia y tenga que generarse trabajo, a vender lo que hacemos.
El crecimiento grande asociados fue durante los últimos dos años que nos duplicamos, sin que se vayan los compañeros viejos. Eso está bueno porque se mantiene la base y se incorpora crecimiento. Eso hizo que este año podamos mudarnos a una oficina más grande. Con otra cooperativa tenemos el proyecto de Polo Cooperativo en Barracas. Pudimos sumar infraestructura, imagínate que cada compañero que entra necesita una computadora y no son precisamente baratas, esto implicó un crecimiento. Pero siempre es un objetivo de la cooperativa crecer. Es algo que buscamos constantemente. Siempre genera crisis el crecimiento porque cada compañero nuevo que ingresa, cada uno con su historia, y a su vez son nuevos los trabajos que llegan y las escalas más grandes. Ahora, por ejemplo el trabajo en el que estoy ahora, es un proyecto participativo para un balneario en la playa para gente de un barrio de Miramar con accesibilidad para discapacitados, con un comedor, con un centro de primera infancia, proyectos que son cada vez mas grosos y eso es lo que buscamos con el crecimiento: tener mas impacto y poder reproducir lo que hacemos.

https://www.tava.com.ar/
Tava.arquitectura@gmail.com


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