Los aumentos de los alquileres, servicios y de los productos son tan altos que para […]
Publicado el 16 agosto, 2024 por Lautaro Bracaccini
Los aumentos de los alquileres, servicios y de los productos son tan altos que para mantener los espacios hay que realizar eventos.
En el barrio pasan otras cosas, es el lema que se viene manifestando referido al Bajo Flores, aquellos que no conocen y opinan sin saber cuando escuchan la palabra “villa” piensan en inseguridad, peligro, entre otros sinónimos, pero la realidad es completamente otra. Es un sector que se esfuerza día a día para educar a los jóvenes y ayudar al vecino.
El 10 de agosto, sábado, se realizó una Jornada Cultural en el Bachillerato Popular Marcelina Meneses y el Comedor Guerreras, situado en Picheuta al 2078. La idea del evento fue para poder recaudar plata para sustentar el alquiler, en todos lados se sufrió el aumento y este espacio no fue la excepción, de 400.500 pesos que pagaba el preció alcanzó los 700 mil. Un número complicado de alcanzar porque, además, no es solo alquiler sino luz, agua, gas y otros gastos para la preparación de la comida.
Se le consultó a Ana Gamarra, referente y coordinadora del Comedor Guerreras, el comienzo de este espacio: “Comenzó como un comedor, primero en la villa 1-11-14, después nos subió mucho el alquiler. La gente piensa que adentro es más barato y no es verdad, incluso a veces cobran en dólares. Teníamos dos locales, uno que era el comedor y otro que era el bachillerato popular, pero salía demasiado dinero. Entonces decidimos, como somos de la misma organización (FOL) con espacios diferentes, decidimos unirnos pero alquilar en un solo lugar”.
Gamarra señaló que se alejaron un poco del barrio, desde el lado positivo lo ve como una forma de que el vecino se pueda acercar al espacio ya que muchas veces tienen miedo de entrar, al estar fuera del “corazón” de la villa no tienen excusas a la hora de acercarse. En el Bachillerato Marcelina Meneses se ofrece la oportunidad de que las personas que no pudieron terminar sus estudios por diversas razones, esta vez lo hagan. Hay un acompañamiento para que sean más los egresados que los que dejaron.
Por el lado del Comedor Guerreras, Gamarra deslizó que son compañeras que hace mucho tiempo vienen militando en la organización y que le dan de comer a abuelos, gente discapacitada. Además, manifestó que hay muchos niños que llegan con un informe social de la salita donde les dicen que están desnutridos. En total alimentan a unas 70 familias aproximadamente. El número es realmente enorme, se calcula que son 3 miembros por conjunto familiar, estaríamos hablando de 210 personas, es mucha la gente a la que el comedor da una mano.
A la hora de tomar las decisiones el espacio se maneja de forma horizontal, se realiza una asamblea entre las personas que forman parte, la decisión se lleva a la Mesa de Delegados y de ahí a la Mesa General. Nadie pasa por arriba al otro, las resoluciones se toman en conjunto. Esto habla de que son todos iguales, que las decisiones se conversan entre todos.
“A los vecinos queremos decirles que esto no solamente es un comedor sino es un lugar de contención para toda clase de problemas. Hay compañeras promotoras de género, promotoras de salud que ayudan en muchos aspectos, sacando turnos a los abuelos, acompañando. Los jóvenes que vienen acá y quieren trabajar o estudiar, nosotros les damos una mano para que puedan lograr sus metas. No solo es un comedor que da comida, sino un espacio que ayuda a los vecinos”, finalizó Ana Gamarra.
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