Luciano Curcio asiste a las clases de ajedrez en el club Pedro Echagüe y ya […]
Publicado el 5 julio, 2021 por Gustavo Viera
Luciano Curcio asiste a las clases de ajedrez en el club Pedro Echagüe y ya ganó en dos oportunidades el torneo organizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con las escuelas porteñas.
“Mi sueño es convertirme en un gran maestro. Tengo que seguir adelante, seguir estudiando, tengo un montón de pasos”. La expresión de deseo es de Luciano Curcio, un chico de 9 años que comenzó a jugar hace 2 años al ajedrez y que, en base a estudio, aprendizaje y mucha práctica, ya ganó dos veces el torneo de ajedrez que organiza el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con las escuelas capitalinas de todos los barrios.
La pasión por las tablas nació de casualidad, por una conversación casual con su madre, que le contó que en el colegio donde ella ejerce la docencia había un profesor de ajedrez dando clases allí. Ante la curiosidad de Luciano, el profesor le indicó a Mariela, su mamá, que lo invite a revisar algunos videos introductorios sobre las piezas y las reglas del juego. Un 9 de julio de 2019 arrancó a jugar con su padre y a practicar con asiduidad en la plataforma virtual.
Ahí es donde aparece el Club Pedro Echagüe de Flores en esta historia, y en particular Oscar, el profesor de ajedrez de la institución. Como Luciano asistía al club en calidad de arquero de fútbol de la categoría 2011, no demoró mucho en sumarse a las clases de su nueva pasión. Y Oscar fue el que promovió que participe en los torneos del Gobierno de la Ciudad. Con sus 7 años a cuestas, lucho_echagüe, su usuario, hacia su debut compitiendo en su categoría.
Como se le superponían con los horarios de fútbol, ese año asistió a 3 torneos. Mariela recuerda que en el primer torneo, Oscar se acercó a ella y su marido para que aconsejar a Luciano que viva la experiencia con tranquilidad. “Son 50 nenes compitiendo de segundo grado de toda la Capital, que probablemente va a salir en las últimas ubicaciones», contó Mariela. En esa experiencia Luciano alcanzó el puesto N° 12. Ya en la segunda experiencia, salió 5° y en la última de ese año ya escaló a una 4° posición.
El 2020 la competencia arrancó en julio, de manera virtual. Y fue de esa forma que, en el tercer torneo, alcanzó la consagración, cumpliendo el primero de sus sueños.
Luciano contó a LC7 cómo vivió los torneos y en particular, esa partida final: “Nervioso, me pongo ansioso. Es como que tengo ganas de jugar, pero no tengo ganas de jugar. Te voy a contar una situación: la partida la estaba perdiendo. La dama la estaba perdiendo, interpuse una pieza, me la comió. Era un jugador bueno que no le había ganado nunca. Había jugado 7 veces y perdido las 7. Ya tenía piezas de menos y me quería recontra matar. Puse otra y después que analicé me di cuenta de que había un error. Pero zafe. A veces te dejo piezas sueltas a propósito porque soy re pitufo bromista. Ummm que rica. Pierdo una pieza, pero él pierde el rey. La partida continua. Seguí con pieza de menos, pieza de menos, pieza de menos. Y un rato después, me comió un caballo. Eran dos caballos para él y un alfil para mí. Y el alfil que no me comió fue el héroe de la partida. Después, le comí un caballo. ¿Y después qué paso? le comí el otro caballo. Grito que abandonaba y estallo todo. Boom, empecé a saltar como un loco. Estábamos re contra festejando”. Celebró junto a sus padres y sus cábalas, sus perros: Magnus, en honor a Magnus Carlsen, el gran maestro y campeón mundial de ajedrez, y Anastasia, como el famoso mate que se da en la apertura española.
Mucho de este crecimiento en tan poco tiempo se debe al interés y el estudio. “Por mí, estaría todo el día leyendo libros”, cuenta Luciano. La madre apunta que, de muy chico, en sala de 4, ya practicaba la lectura y la escritura. A los 5 años era frecuente lector de los libros de la biblioteca de su hermana y ya dominaba conceptos básicos del sistema de numeración. De hecho, Oscar le prestó 3 libros de ajedrez que Luciano les gusta estudiarlos. Las clases en el Echagüe las complementa con seminarios con el profe Diego. “Clases de 2/3 horas donde analizamos muy profundamente las partidas. Veo variantes, que significa diferentes caminos de una posición. También me invitó a charlas con maestros internacionales”, expresa Lucho.
Mariela nos cuenta las similitudes de su historia con la historia de Mikhail Tal, el brujo de Riga, que fue campeón mundial de ajedrez. “En una charla organizada por Ajedrez Federal Argentino conocieron la historia de Mikhail Tal y nos sorprendía con Lu lo parecido que era a la historia de él porque aprendió a escribir y a leer muy de chiquito. Y también tenía una inclinación por la matemática. También fue arquero, cosa que Lu también es arquero. Y también arrancó a jugar ajedrez a los 8 años. Había muchos puntos en común con este ajedrecista”.
Cuando a lucho_echagüe le preguntamos qué era lo que más le gustaba del ajedrez, es la posibilidad de poder elegir entre varios caminos, las aperturas, que a veces resultan y a veces no. El ajedrez, como en la vida. Elijas el camino que elijas Luciano, que sea siempre con esta actitud: con pasión y mucho estudio.
Esta obra está bajo una
Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC BY 4.0).Por favor no corte ni pegue nuestros contenidos, tiene la posibilidad de redistribuirlos usando nuestras herramientas.
Para enviar su comentario debe estar registrado y haber confirmado
que ha leido y aceptado el reglamento de terminos y condiciones.