Los inicios del gobierno barrial

Ya pasaron 25 años de la inauguración del Centro de Gestión y Participación N° 7. Conversamos con Ana Ziegler, primera Directora General del espacio, para rememorar los comienzos de la democracia barrial.

En marzo, se cumplieron los 25 años de la inauguración del Centro de Gestión y Participación (CGP) N° 7. Pero la historia no comienza en 1997, sino antes. La reforma de la Constitución Nacional en 1994 fue un hito para la historia política de la Ciudad de Buenos Aires. A partir de entonces, el distrito porteño comenzaría un camino en el cual se sancionó la Constitución de la Ciudad y se implementó el proceso de descentralización política y administrativa en CGP, los cuales, a partir del 2005 con la sanción de la Ley N° 1.777, serían reemplazados por las Comunas, tal como se conoce actualmente.

“La sanción de la primera Constitución de la Ciudad fue la norma que nos habilitó a hablar de descentralización y de participación”, comenta Ana Ziegler, primera Directora General del CGP N° 7, ante nuestra consulta. “Enrique Olivera (Vicejefe de Gobierno porteño en ese entonces) era un defensor a ultranza de la nueva Constitución y de que la gente participara”.

Los 16 CGP que se establecieron entonces tenían como función definir las prioridades en los servicios locales para los barrios y, a su vez, generaron la posibilidad de que haya una mayor participación vecinal. Sin embargo, los primeros momentos no fueron fáciles: “Aparecían problemas que nunca habíamos tenido como vecinos. Nos llamábamos entre los directores para ver cómo resolverlos. Había problemas que antes los solucionaba el gobierno central y ahora teníamos que hacerlo nosotros. Al principio, no teníamos equipamiento, empleados, nos faltaban un montón de cosas. Algunas cosas se fueron logrando, no todas, pero fue un avance”, cuenta Ziegler.

Una de las ventajas de los nuevos centros fueron las Ventanillas de Atención al Público, las cuales permitieron realizar trámites y reclamos sin necesidad de recorrer de manera presencial las oficinas de las áreas centrales del gobierno porteño. “Antes por cualquier trámite tenías que ir hasta la repartición que centralizaba todo. Los CGP fueron tomando todos los reclamos que necesitaba un vecino, más allá de que después se incorporó el 147 y que se han ido incorporando otras opciones en términos generales”.

Hasta el 2005, los CGP contaban con un Director o Directora General elegido por el Gobierno de la Ciudad. Pero con la sanción de la Ley N° 1.777 se dio el salto definitivo y aparecieron las comunas, las cuales se convirtieron en unidades de gestión política y administrativa con competencia territorial. Sus autoridades (Junta de siete miembros) comenzaron a ser elegidas cada cuatro años por sus vecinos y vecinas.

“Los cambios en estos años fueron increíbles. Pero hay que tener en cuenta que la participación es responsabilidad, compromiso, trabajo no remunerado. Lamentablemente, para una Comuna de aproximadamente 200 mil habitantes, la gente que participa en el Consejo Consultivo Comunal (órgano integrado por los vecinos de los barrios que componen la Comuna), es muy poca”, opina Ziegler. 

Actualmente, las comunas luchan para conseguir un presupuesto propio, tal como establece la ley. “A las Comunas legalmente les corresponde tener presupuesto, de acuerdo a la Constitución y a la Ley de Presupuesto. Hoy en día, el dinero para el cumplimiento de las competencias exclusivas y concurrentes estipuladas en la Ley 1.777 lo provee el gobierno central y eso no está bien”.

A pesar de las dificultades, la primera Directora del CGP N° 7 tiene una mirada optimista: “Creo que (el de la participación) es un camino que tenemos que hacer los vecinos en conjunto con el Gobierno de la Ciudad, el cual tiene que cumplir con las normas vigentes, como la del presupuesto. Hay espacio para las dos partes, pero hay que saber llevarse. Si en algo no hay acuerdo, busquémoslo, porque si lo buscamos y encontramos, va a servir de ejemplo y la gente va a participar más. Siempre hay espacio para mejorar. Se han logrado cosas, pero hay muchísimas más por lograr”.

Fotografía: Nicolás Rosales.-