Fuerte reclamo ante la segunda desaparición de Layla

Familiares y amigos de Layla Nayeli Sainz Fernández (14) realizan una movilización y corte de calle para exigir la aparición de la joven. Ya había sido secuestrada el año pasado con fines de trata y el mes pasado, reconoció y denunció a uno de sus captores. Foto: Florencia Downes, Télam.

«Layla» desapareció el martes luego de salir de su casa en la Villa 1-11-14. A un año de su secuestro, familiares, docentes y amigos se manifestaron frente al Normal 4 de Caballito para exigir su aparición y el “desmantelamiento de las redes de trata”.

«Estamos pidiendo a todos que difundan la foto con el rostro de mi hija, la única forma de detener esto es entender que no es un hecho aislado y luchar juntos. Cada semana hay una niña que desaparece y todo queda en la nada, ¿dónde fue?, no hay respuesta», dijo a los medios Sergio Sainz, padre de Layla Sainz Fernández, de 14 años. La comunidad educativa del Normal 4 cortó el tránsito frente al colegio, donde sus compañeros de segundo año cantaban: «Queremos que aparezca sana y salva, que Layla no sea otra desaparecida».

Por el primer secuestro que tuvo el 22 de octubre de 2015, Layla había declarado por Cámara Gesell hace un mes y tenía que volver a hacerlo en breve, pero no contaba con custodia ni protección, dijo a Télam su madre, Neyva Fernández.

La marcha fue convocada por los centros de estudiantes del Terciario y el Liceo del Normal 4, y organizada por Ademys, gremio que forma parte de la Red de Docentes y Familiares del Bajo Flores conformada a principios de año, a partir de la sucesión de casos de adolescentes desaparecidas en el barrio, presuntamente víctimas de una red de trata que capta y extorsiona a sus víctimas a través de las redes sociales.

La secretaria de prensa de Ademys, María Isabel Grau, afirmó que hay gran preocupación en toda la comunidad educativa ya que no hay «ninguna certeza, hay indicios de que no se trata de una desaparición más”, y alertó a la Justicia que “debería actuar rápidamente” porque este nuevo hecho parece buscar el «amedrentamiento” de la adolescente.

«En el Bajo Flores y en los alrededores han ido desapareciendo niñas. Estamos cansados de vivir en una villa que no aparece en el mapa, queremos que se urbanice, cómo podemos exigir a las autoridades que estén ahí si ni siquiera estamos en el mapa. Somos 14,000 familias, gente de bien, trabajadores, no queremos que se nos estigmatice”, planteó el padre de Layla.