Conversamos con Martín Bourdieu, párroco de la Basílica de San José de Flores, quien repasó […]
Publicado el 10 junio, 2025 por Juan Bertrán
Conversamos con Martín Bourdieu, párroco de la Basílica de San José de Flores, quien repasó los momentos vividos tras el fallecimiento del Papa Francisco, el legado que nos dejó y recordó su vínculo con el templo.
El fallecimiento del Papa Francisco conmovió al mundo entero, pero en el barrio de Flores el impacto se sintió con una cercanía especial. Jorge Mario Bergoglio no solo fue el primer pontífice argentino, sino también un vecino de toda la vida, profundamente ligado a la Basílica de San José de Flores, donde encontró parte de su vocación y dejó una huella imborrable.
Durante los días posteriores a su partida, miles de personas se acercaron a San José de Flores para rendir homenaje, en un clima de recogimiento, emoción y reconocimiento. Conversamos con el padre Martín Bourdieu, actual párroco del templo, quien compartió su experiencia en medio de la conmoción y repasó el legado espiritual y humano que nos dejó Francisco.
La Comuna 7: Para empezar, ¿cuál es el legado que nos deja Francisco?
Martín Bourdieu: Creo que deja una Iglesia muy abierta al mundo, una Iglesia que se acerca de una manera muy especial a la realidad de las personas, a los dolores, a las luchas de las personas, una Iglesia mucho más sensible a lo que le pasa a la gente de a pie, porque él fue un hombre de a pie. Si hay algo que definió a Francisco, a Bergoglio, es que fue realmente un vecino más, un ciudadano más, con un cargo y un rol importantísimo, pero Francisco fue un vecino más que nunca perdió su esencia. Y creo que la Iglesia está llamada a eso, a volver a su esencia, que es el Evangelio, que es estar con los más pobres, con los que más necesitan, con los rotos de la sociedad. Y creo que eso fue lo que Francisco nos dejó.
LC7: ¿Cuál te parece que va a ser el camino de la Iglesia a partir de ahora?
MB: Creo que no hay vuelta atrás acerca del camino que Francisco marcó. Es un estilo de ser Iglesia muy propio y, por supuesto, cada Papa tiene su impronta y tiene su forma de ser, como cada persona, pero creo que hay algo muy central o neurálgico que ha dejado Francisco que creo que eso se va a profundizar. Es un estilo que se va a conservar y que se va a mantener.
LC7: ¿Cómo fueron los días posteriores a la noticia del fallecimiento del Papa Francisco en la comunidad de San José de Flores?
MB: Fue una semana muy fuerte. Sabíamos que cuando llegara la partida del Papa Francisco iba a pasar algo así, pero debo reconocer que nos excedió por todos lados, porque no esperábamos la cantidad de gente que vino, ni la repercusión, no solo a nivel local, sino a nivel mundial. Vinieron medios de todas partes del mundo. Realmente, fue algo conmovedor, muy impresionante, muy impactante, pero con muchísima emoción de parte de todos. En estos días debo decir que la Basílica se transformó en una especie de santuario donde la gente viene a ver su confesionario, viene a rezar, a prender una vela, a traer una flor, a preguntar. Ha crecido exponencialmente la cantidad de gente en las misas y las intenciones. Creo que el fallecimiento de Francisco va a atraer gente a la Iglesia, porque durante su vida, entiendo que se lo maltrató un poco. Eso generaba discordia, generaba confusión, pero hoy, podemos ver desde otra dimensión la inmensa figura que fue Francisco.
LC7: Francisco fue muy cercano a esta comunidad, ¿cómo fueron estos años con él como Papa?
MB: Fueron de mucha cercanía, porque él siempre mantuvo, obviamente, un afecto muy especial. Pensar que esta era su casa, era su raíz, su calle, su barrio. Y creo que eso lo conservó en sus afectos más íntimos. Y eso lo demostró a través de un montón de cosas. Desde mandándonos un cuadro, cuando estaba muy mal, muy grave, internado en el Policlínico Gemelli, a la Basílica (N del R.: El cuadro es del pintor ruso Nikas Safronov, en donde se retrata a la Basílica de Flores vista desde la Plaza Flores). Es un cuadro pintado que le regalaron a Francisco y que él quiso que venga para acá. También, nos regaló el San José dormido que tenemos en el templo. Siempre fue muy cercano a San José de Flores.
LC7: ¿Cómo era Francisco en la relación personal?
MB: Siempre fue alguien que ponía la vara muy alta. Buscaba sacar lo mejor de uno y, por eso, siempre daba la impresión de que te exigía un poco más. Pero él sabía muy bien hasta dónde te podía pedir. Eso a mí me entusiasmaba mucho, porque era alguien que te potenciaba. Tenía esa fuerza potenciadora, una fuerza muy positiva, un buen líder. También, muy padre, con una bondad muy grande y con un cuidado y delicadeza importante. Siempre con esos detalles de padre.
LC7: ¿Cómo sigue el año de la Basílica? ¿Con qué actividades van a avanzar?
MB: Continuamos con una fuerte opción por el mundo de los jóvenes, sabiendo que están expuestos a una cantidad de riesgos muy grandes: las adicciones, la ludopatía, el bullying. Hay una cantidad de cosas que viven y que acá tratamos de dar una contención muy fuerte y en ese sentido queremos seguir. Después, todo lo que tiene que ver con grupos de espiritualidad, catequesis y formación, eso continúa con mucha fuerza. Y, también, continuamos con toda el área social que tiene San José de Flores, que es muy grande, desde su comedor, donde damos de comer a 500 personas todos los días, farmacia, asistentes sociales, psicólogos, abogados, en fin, todo lo que implica el área social, que es muy grande.
Foto: Juan Bertrán.
Esta obra está bajo una
Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC BY 4.0).Por favor no corte ni pegue nuestros contenidos, tiene la posibilidad de redistribuirlos usando nuestras herramientas.
Para enviar su comentario debe estar registrado y haber confirmado
que ha leido y aceptado el reglamento de terminos y condiciones.