La joven poeta de Flores, Carolina Antico Cava, más conocida como Caruxy en el mundo […]
Publicado el 6 enero, 2020 por Redacción LC7
La joven poeta de Flores, Carolina Antico Cava, más conocida como Caruxy en el mundo de las redes sociales. Cuenta en la entrevista su historia con la escritura, la militancia y las cuestiones de género.
¿Cómo empezaste a escribir?
-Escribo desde siempre, no tengo un momento en donde arranque con mi carrera de escritura. Escribo desde que tengo uso de razón.
-¿Leías algo e intentabas seguir ese estilo o como hacías?
-Inconscientemente. Siempre fui muy lectora, entonces es como un ida y vuelta. Si escribís también lees y es algo que se da como de la mano. Pero no tengo, de cuando arranque a escribir, una cuestión de “voy a copiar esto”, quizás me salía muy inconsciente. Desde chica tengo cuadernos en los que escribía poemas, que me dan vergüenza ajena (risas), pero no recuerdo decir “me voy a copiar”. Obviamente uno cuando lee mucho a una escritora o a un escritor, quizás inconscientemente incorpora formas que le gusta incorporar y terminas siendo como un híbrido o una fusión entre escritoras y escritores que te gustan. No hay nada independiente de lo otro, estamos todos un poco fusionados.
-¿Cuáles fueron los escritores o escritoras que a vos te fueron moldeando?
-Cuando era más peque leía mucho los conocidos, los canon, como Borges o Cortázar, igual sigo pensando que escriben muy bien, que son escritores geniales. Me gustan mucho los cuentos de Cortázar y de Borges también. Sábato también me gustaba bastante, no es que no me guste ahora, pero no lo elijo, después fui ampliando mi abanico. También de chica era muy fanática de Osvaldo Soriano, que es un escritor argentino, que escribió un cuentito infantil que yo me lo alquilaba siempre en la biblioteca de la primaria, que se llama “El gato de París”, que lo amaba tanto que incluso me lo robe de la primaria, pero eso no lo hagan (risas). Es un libro que me encantaba, lo leía una y otra vez y después me di cuenta que es genial porque relata la historia de un pibe que se va a vivir a París con la familia y al gato no lo puede llevar, lo tiene que dejar acá. Entonces mientras vive allá en París, sueña con el gato, hace viajes, recorre lugares, porque era su gato y lo extrañaba, entonces fantaseaba que se reencontraba con el gato. Años después me di cuenta que la historia en realidad cuenta que se da en un contexto de dictadura, entonces la familia tiene que exiliarse porque no se podían quedar acá. Es una historia hermosa y desgarradora a la vez.
-En el Encuentro Nacional de Mujeres publicaste en tu Instagram un escrito que hablaba de los cuerpos y de la deconstrucción, nos gustaría que nos cuentes un poco sobre tu escritura y la militancia.
-Para mí el arte y mi intención con el arte, es un laburo de hormiga pero a la vez tender una mano y que el lector o la lectora, de esa manera, se sienta un poco menos solo o sola en esa identificación con lo que está leyendo y a la vez lo que escribo, es como mi identidad, que tiene que ver con el barrio, con la lucha feminista, con las corporalidades, los femicidios, la denuncia, entonces eso está muy marcado en mis poemas. Lo que digo siempre, es que nada es personal en un punto, nuestra socialización tiene que ver con procesos históricos y con cosas que vienen de hace años, entonces es imposible aislarse y salirse de eso. Por eso me parece súper mágico que se identifiquen un montón de personas en mi escritura. Porque es un poco eso, lo que me pasa a mí, también le está pasando a otro o a otra y de esa manera como tender puentes, porque somos sujetos sociales.
-Una función importante que tienen, vos como escritora y poeta, es poder representar lo que quizás otro no puede, en palabras y que se sienta representado.
-Es importante. Igual creo que todo el mundo puede escribir, todo el mundo puede ser escritor o escritora. Lo que hay que tener son posibilidades y herramientas, yo más allá del barrio y de que soy mujer, que tengo un montón de opresiones y de que sobre mí se ejercen un montón de violencias, también creo que soy una persona privilegiada lamentablemente. Las herramientas y las posibilidades que tengo para poder estar acá hablando, no la tiene todo el mundo. Entonces para mí, la definición de arte, es poner las propias herramientas al servicio del bien común, entonces de esa manera hacer una función social de la poesía.
-Se podría decir que cuando vos escribís no lo haces por vos sola, sino que lo haces por otros entonces también, ahí están hablando otros.
-Sí. Obviamente que parte de mí, pero siendo consciente que no soy una individualidad, estamos todos y todas conectados y siempre lo que escribo, es para el otro y para la otra. Parte de mí y obviamente que me gusta a mí, pero es también para el resto. Si no hubiera un resto yo no escribiría. Más allá de que la escritura tiene que ver con una cuestión de catarsis, que obviamente se labura porque la escritura es un trabajo. No es solamente escribir lo que te pasa, es mi diario íntimo y eso es un poema, detrás de la escritura hay un laburo, porque también se tiende a menospreciar diciendo “escribís dos boludeces y sus poeta”. Hay todo un laburo atrás, hay gente que hace talleres, gente que toma clases. Entonces, no es solamente por mí, sino por otro, que es básicamente lo que me interesa. Unirme y tejer redes a través de la escritura, hay gente que lo hace a través de la radio, de la docencia, a mí me gusta a través de la escritura.
-Presentaste tu último libro “En el sótano hay un jardín” en la Feria del Libro Feminista ¿Qué otras presentaciones tener para lo que queda del año?
-Estuve en Feria del Libro Feminista, que es Santos Dumont 4040, fue con entrada libre y gratuita, de 14 a 23, hubo librerías, editoriales, lecturas de poetas, charlas de género muy interesantes. Hubo una librería que estuvo vendiendo uno de mis libros, “Medio pan y un libro”. Estuve recitando algunos poemas míos. Después, el 21 de diciembre estuve en la feria en Casa Duncan, que es en Almagro, con mis libros, vendiendo algunos stickers con fragmentos de mis poemas. La entrada fue un alimento no perecedero o un juguete para repartir en los merenderos del barrio.
Gentileza del programa radial “Voces del Sur”, los Sábados a las 14hs. por FM Bajo Flores 88.1 MHz.
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