El viernes 8 de Marzo se conmemoró el «Día Internacional de la Mujer». El más […]
Publicado el 16 marzo, 2019 por Nicolás Rosales
El viernes 8 de Marzo se conmemoró el «Día Internacional de la Mujer». El más conocido 8M implica un paro laboral de las mujeres y una movilización a escala mundial en las principales ciudades.
En Buenos Aires, la concentración en Plaza de Mayo fue impresionante. El feminismo en nuestro país es un movimiento que parece no tener techo. Es también un gran espacio que ha sabido nuclear las más diversas expresiones políticas y sociales.
Tal es así, que en otros lugares de Latinoamérica y del mundo entero ponen al feminismo argentino como ejemplo de lucha y organización.
En ese constante y creciente estado de ebullición, el feminismo se encuentra también en pleno debate. Porque existen «feminismos». Aquel que se pudo ver expresado en las calles porteñas el pasado 8M, y aquel que probablemente no hayas visto en casi ningún otro medio. Este último es el que elegimos mostrarte.
La frase que titula esta nota pertenece a Juli, una piba que cursa el segundo año del secundario del Bajo Flores. Viene a sintetizar lo que hoy se está viviendo en esta parte de la ciudad.
Después de la intervención de la adolescente los aplausos fueron interminables. Significó el final de la movilización, más precisamente en el EMEM N°3 del D.E (Distrito Escolar) N° 19, de la calle Agustín de Vedia.
Un recorrido por el Bajo Flores a través de postas en puntos institucionales del Estado donde se intenta con mucho esfuerzo educar y concientizar sobre derechos de género/disidencias, derechos judiciales, sexuales y reproductivos.
En este sentido, se diagramó una especie de mapa para caminar e ir parando con intervenciones orales en: Escuelas, CESACs (Centro de Salud Comunitarios), ATAJO (Programas Estatal de Acceso a la Justicia) y este año, a diferencia de los dos años anteriores, se incluyeron a las organizaciones político sociales de «base» que vienen trabajando en el barrio.
Este medio estuvo conversando con Guadalupe Fernández Chein, profesora de Historia hace 10 años del único colegio secundario de la Villa 1-11-14, el ENEM 3. Allí se encarga de impulsar junto a otros docentes la implementación de la ESI (Educación Sexual Integral).
Hoy en día se está desarrollando un programa de «promotoras de género» que parte de las mismas estudiantes autoorganizadas. Una escuela con perspectiva de género.
Repasamos brevemente el recorrido de la movilización y Guadalupe comentó: «Comenzamos por el CESAC 19 de Cobo y Curapaligue, seguimos por la Escuela primaria 12, el CESAC 40, y otros puntos estratégicos del barrio. A través de la caravana quisimos mostrar estos espacios estatales. Agregando las redes que se tejen por abajo y desde la autogestión, como las organizaciones sociales».
Esta movilización logró nuclear lo institucional y lo territorial en términos sociales y políticos más militante.
Además la docente reflexionó sobre como darle la visibilidad necesaria a la «otredad» del Bajo Flores, aquella justamente que no te muestran los medios de comunicación masivos.
En este sentido Chein agregó: «Esto me parece fundamental, porque es el debate que tenemos dentro del movimiento feminista. Algunas queremos romper con algunas relaciones de poder que se juegan al interior. Que viene a invisibilizar determinadas variables que son determinantes de las identidades de la mujeres y las disidencias. Con esto me refiero a: clase social, nacionalidad, raza/etnia, edad. Pensar en un feminismo que pueda romper las barreras de la ‘academia’, de la universidad, o de cierta comodidad económica si se quiere, es fundamental. Pensamos un feminismo con una pata territorial, de inserción real en los lugares de trabajo, en los barrios. El Bajo Flores está lleno de mujeres trabajadoras y migrantes, desocupadas, feriantes. Aquel feminismo que tiene acceso a los grandes medios de comunicación en parte las invisibiliza a esas identidades. Nosotras nos posicionamos desde un feminismo pensado desde la interseccionalidad, donde se pueda construir políticamente y teóricamente con herramientas que nos permitan pensar las desuniverlización del sujeto del feminismo para una emancipación real».
Guadalupe destacó y valoró el trabajo territorial con las adolescentes del barrio. Para ella, el debate creció y puso hincapié en la pata educacional. «Hay una transición en los discursivo y una mayor conciencia social en términos de género y de derechos. Por eso es vital dar la batalla en los territorios, sin doctrinas y sí alimentando el pensamiento crítico», dijo.
Sin dudas, una jornada de balance positivo, y de mucha emoción. Así, las promotoras de género tomaron la palabra. Poniendo en claro que, en los barrios más humildes de nuestra comuna el feminismo está que arde.
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