Miercoles 09 de Abril del 2025

Cultura en la vereda

La calle San José de Calasanz al 921, sede de los espacios 921 Casa Cultural […]

Publicado el 5 abril, 2025 por Juan Bertrán

La calle San José de Calasanz al 921, sede de los espacios 921 Casa Cultural y Momo Café Cultural, fue el escenario del primer “Festi en la Calle”, un evento barrial lleno de arte, música y solidaridad.

La primera edición del «Festi en la Calle» llenó de cultura a Parque Chacabuco. El pasado sábado 15 de marzo, el evento transformó la vereda de San José de Calasanz 921 en un espacio de integración, celebración y resistencia cultural. Organizado por la Red Cultural Argentina en conjunto con 921 Casa Cultural y Momo Café Cultural, la propuesta ofreció diferentes actividades para los vecinos y vecinas del barrio a lo largo de toda la jornada. 

Con el objetivo de realizar la presentación de la oferta cultural de los espacios organizadores para este año, durante todo el día hubo feria de emprendedores, islas recreativas, talleres, conversatorios y un micrófono abierto. La entrada solidaria consistió en la donación de alimentos no perecederos o útiles escolares.

El festival permitió fortalecer el vínculo entre el barrio y la cultura independiente. La música en vivo acompañó cada momento. Desde el jazz callejero de Oído Obsoleto, pasando por el candombe de Que se repique, hasta el cierre festivo con la cumbia de La Banda del Derroche y la presentación de DJ Rosba, que hizo bailar a los presentes hasta el final.

Conversamos con Fernando Gómez, referente de ambos espacios, para conocer las repercusiones de esta jornada cultural autogestiva, independiente y solidaria.

La Comuna 7 Noticias: ¿Cómo fue la experiencia del primer “Festi en la Calle”?

Fernando Gómez: Fue una experiencia profundamente enriquecedora. Salir a la calle siempre tiene un valor simbólico muy fuerte para nosotros, porque no sólo se trata de mostrar lo que hacemos, sino de integrarnos con el barrio, de encontrarnos con los vecinos y construir comunidad desde lo cultural. En un contexto tan difícil para la cultura independiente, con un panorama económico y político adverso, este tipo de eventos también son un acto de resistencia y de celebración. Fue un festival autogestivo, colaborativo y con una participación que superó nuestras expectativas. 

LC7: ¿Cuántas personas participaron del festival y qué actividades hubo?

FG: Entre artistas, feriantes, colaboradores, voluntarios y proyectos culturales, fuimos más de cien personas trabajando en la realización, y la convocatoria de público fue constante durante toda la jornada, desde la feria hasta el cierre con música y baile. La programación fue diversa y pensada para todos los gustos: hubo feria de emprendimientos, islas recreativas, talleres, un conversatorio titulado “Pensar la cultura”, música en vivo, micrófono abierto, candombe, jazz, cumbia, y una ambientación hermosa que le dio vida a la vereda de Calasanz 921. Además, la propuesta gastronómica fue una fiesta aparte, gracias a Maza Panadería y la barra de bebidas. Fue una articulación muy grande entre muchos proyectos y personas, algo que no habíamos hecho hasta ahora en esta escala, y nos deja muy felices y con ganas de seguir organizando encuentros así.

LC7: ¿Qué proyectos tienen para este año?

FG: Este año queremos seguir fortaleciendo los lazos con la comunidad y abrir más la casa durante el día. Vamos a seguir desarrollando el espacio de coworking y estudio libre, abierto a quienes necesiten un lugar cómodo para trabajar o estudiar. También, vamos a sostener y ampliar nuestra oferta de talleres, que ya cuenta con más de 20 propuestas que abarcan tanto el bienestar, con yoga, meditación, movimiento, entrenamiento, como la exploración artística, con canto, escritura, cerámica, fotografía, teatro, artes visuales. Por la noche, vamos a seguir con nuestras actividades culturales: los miércoles continúa el ciclo de candombe con Juanito Alimaña y Que se repique, que ya lleva tres años, y los jueves, viernes y sábados tendremos distintas propuestas en vivo, con música, teatro y encuentros artísticos. Nuestro objetivo es seguir abriendo la casa a nuevas voces, sostener la diversidad de propuestas y profundizar el vínculo con el territorio.

LC7: ¿Cómo ven la escena cultural en la ciudad actualmente?

FG: La vemos en estado de alerta, pero también llena de potencia. Hay una crisis real: los espacios culturales independientes sentimos mucho el impacto económico y la falta de políticas públicas que nos acompañen. Sin embargo, también hay una fuerza colectiva que no se detiene, que se reinventa, que genera redes, que sale a la calle. La cultura independiente está sostenida por el trabajo autogestivo de muchísimas personas que le ponen el cuerpo todos los días. En este contexto, más que nunca, creemos que es necesario fortalecer el trabajo en red, apostar a la solidaridad, a la colaboración y a seguir generando espacios donde el arte, la expresión y el encuentro sigan siendo posibles.

LC7: Durante el festival presentaron un proyecto del espacio, ¿de qué se trata?

FG: Sí, presentamos por primera vez el proyecto “¿Dónde quedaron los vecinos?”, una investigación sobre el impacto territorial y social que tuvo la construcción de la Autopista 25 de Mayo durante la última dictadura militar. A través de esta iniciativa, sembramos una pregunta fundamental para la memoria colectiva del barrio: “¿Dónde quedaron los vecinos?”. El proyecto busca visibilizar las consecuencias de este modelo de “progreso” que implicó la expropiación forzada de viviendas, el desarraigo de miles de familias, la destrucción del entramado social, y una fuerte carga de deuda externa. La autopista atravesó barrios enteros, arrasando con clubes, fábricas, pensiones, pequeños comercios y casas familiares. Muchas historias personales quedaron marcadas por el dolor y el silencio. En este contexto, espacios como 921 Casa Cultural han surgido como puntos de resistencia, memoria activa y reparación social. A través del arte, la cultura y el encuentro, buscamos resignificar este territorio herido, devolviéndole vida, sentido y comunidad. Sin cultura no hay libertad, y sin memoria no hay futuro.

 

Más información sobre las actividades:

Instagram: @921.casacultural y @momo.cafecultural.

Foto: 921 Casa Cultural.


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