Conocer y hacer valer derechos

La escuela de oficios del Bajo Flores cuenta con un taller sobre derechos humanos. La idea central pasa por reflexionar y alentar al espíritu crítico de las y los jóvenes de la institución. Así lo cuenta la trabajadora social y docente, Sandra Sánchez.

Al comienzo de la charla con este medio digital, la integrante y docente de la Cooperativa de Producción y Aprendizaje (Coopa), Sandra Sánchez, dio cuenta desde cuándo y de quién partió la iniciativa de este taller de derechos humanos: “Desde los comienzos de Coopa siempre se le dio un espacio a la reflexión: se llamaba intercambio. Allí, se trabajaban distintas temáticas referidas a las realidades de las y los adolescentes. Con el tiempo, aquel espacio le empezamos a dar más contenido, a formalizarlo, a armar un programa, hasta que se transformó en un taller. Abarca a alumnos de 14 a 21 años”.

La Comuna 7: ¿Y por qué lo llamaron así y cómo se desarrolla?

Sandra Sánchez: Lo llamamos de derechos humanos, aunque hoy lo fuimos ampliando más y hablamos de derechos en su generalidad. Es un espacio semanal y de grupos reducidos, con 10 a 12 chicos y chicas. A principio de año, en marzo, trabajamos sobre derechos humanos, memoria verdad y justicia, y después seguimos con igualdades, distintos tipos de violencia, ESI, derechos a la salud, diversidades sexuales.

LC7: ¿Qué otras cuestiones van surgiendo en el taller?

SS: Siempre partimos de alguna situación problemática de la realidad misma del barrio que los propios alumnos traen al taller. En lo posible, después de las reflexiones, cerramos el tema con alguna producción como puede ser un escrito, algún proyecto, o alguna salida. Cabe aclarar que todo tiene una perspectiva latinoamericana ya que en su mayoría provienen de poblaciones migrantes.

LC7: Por último, ¿Qué objetivo persiguen?

SS: La idea central es dejarles una semilla a los pibes y pibas para que reflexionen y se cuestionen sobre los diversos temas que vamos tratando. La riqueza del taller pasa por el intercambio y que ellos y ellas sean las protagonistas. El balance es positivo, que conozcan sus derechos y hacerlos valer es muy importante. Desde Coopa soñamos con que los pibes y las pibas puedan tener una adolescencia más libre, y más justa.