Domingo 22 de Diciembre del 2024

Alexis, un estandarte de la Asamblea Popular de Flores

En el medio de los festejos por los 13 años de la Asamblea Popular de […]

Publicado el 19 septiembre, 2015 por Gustavo Viera

En el medio de los festejos por los 13 años de la Asamblea Popular de Flores, Alexis Fasanando, uno de los pilares de esta organización, le contó a La Comuna 7 un poco de la historia de la Asamblea.

Alexis, en el medio de otros compañeros de la Asamblea.

Alexis, en el medio de otros compañeros de la Asamblea.

LC7: ¿Cómo nace la Asamblea?
Alexis Fasanando: La Asamblea nace por noviembre de 2002. Esto era una clínica portuguesa que quiebra en el 98. Se juntaban en la plaza el Ángel Gris haciendo una olla popular. Para continuar desarrollando un comedor, buscamos un espacio donde poder seguir desarrollando. Se hace un estudio por el barrio y se encuentra este lugar que estaba abandonado. 31 de agosto del 2002 se viene a este lugar y se lo recupera. Una vez que llegamos a este lugar, se comienza con un comedor.

LC7: ¿De quién era este lugar?
AF: Este lugar era una clínica de una sociedad portuguesa que quiebra en el 98´. Se van y dejan todo. Nosotros tenemos un inventario de todo el material médico que no sirve. Dejan todo, dejan en banda a los laburantes. Tomamos este espacio y arrancamos con un comedor, que era una necesidad porque todo el mundo estaba sin laburo. Salíamos por las tardes a los comercios del barrio a pedirles lo que quedo del día para que lo donen y al otro día hacer la comida del comedor. Para el 2003 empezamos a pensar que, además del comedor y con la situación que iba mejorando, ya algunos con laburo, qué otra actividad podíamos generar para el barrio y se pensó en un espacio cultural. Generando una cultura alternativa, un espacio que este abierto para los vecinos del barrio o compañeros que quieran dar o tomar talleres gratuitos en su mayoría. Entonces, comenzamos un espacio cultural con talleres con los vecinos del barrio. Paralelo a eso, todas las familias que veníamos a este espacio vivíamos en hotel. Los alquileres salen carísimos e imposibles de pagar. Entonces, al tener nosotros un espacio con 4 pisos, abandonado, y que no sabíamos qué hacer, pensamos en una cooperativa de vivienda. Previo a esto, cuando se recupera este espacio, se intentó armar como una especie de obra social para las cooperativas o empresas recuperadas del barrio pero el proyecto no prospero en la Legislatura. Para el 2004 se empieza a pensar en armar una cooperativa de vivienda teniendo en cuenta que éramos familias sin vivienda. En el 2005 se constituye legalmente la cooperativa.

LC7: ¿Cómo se llama la Cooperativa?
AF: La cooperativa se llama Casa Social de Flores. Constituimos la cooperativa pero no ocupamos como vivienda transitoria el espacio. Tenemos el espacio de 4 pisos en Gavilán 537, ¿qué hacemos? Empezamos a acondicionar la clínica para transformarlo en una vivienda transitoria. Y a mediados del 2005 se decide ocuparla como vivienda transitoria. De hecho, es el uso hasta estos días. Paralelo a eso, seguíamos haciendo los trámites legalmente de la cooperativa. Hoy en día la cooperativa está legalmente constituida y estamos peleando por el lugar. Para el 2005/2006 se suman familias a vivir. Pasaban que muchas familias sin vivienda del barrio venían y te preguntaban por una pieza y lo que le explicábamos era que nos conocieran y le explicábamos que el criterio que nosotros tenemos es pelear por una vivienda. Acá el que está dispuesto a organizarse por una vivienda colectiva, bienvenido. Porque nos pasaba y nos pasa que vienen familias diciendo que no tienen vivienda y están en la calle, pero la lógica que tenemos nosotros es otra. No somos un hotel, acá de hecho no cobramos alquiler y pagamos gastos. Y utilizamos el lugar como vivienda transitoria hasta tanto podamos construir acá.

LC7: ¿Por qué no pueden construir hoy?
AF: El predio de la calle Gavilán lo compro una Federación de Cooperativas que son compañeros nuestros. De hecho, la venta ya se concretó. Lo que estamos esperando es la homologación del juez del acuerdo que la Federación Cooperativa compra el predio y luego que tenga el título de propiedad cede la propiedad de la calle Avellaneda a la cooperativa de vivienda Casa Social de Flores. Cede para poder construir en este edificio un proyecto de vivienda. Estamos en ese proceso, a punto de firmar el acuerdo y a partir de ese momento, nosotros tenemos que empezar a gestionar con el Gobierno de la Ciudad, o una vivienda transitoria para las 20 familias que están viviendo acá, por falta de garantías en capital para poder alquilar o porque los hoteles no están a nuestro alcance. Una vez que tengamos la homologación que, entre comillas es un desalojo, vamos al Gobierno de la Ciudad y gestionamos los subsidios habitacionales o una vivienda transitoria. Este proceso lo venimos padeciendo desde el 2009. En el 2009 nos cae acá el síndico que es la persona que estaba a cargo de la quiebra, que entre comillas representa a los laburantes, a decirnos que nos teníamos que ir y nos plantamos diciendo que queríamos una solución a la vivienda. Estamos a 2015, pasaron 6 años que estamos a punto de concretar el acuerdo y quedarnos con el espacio.

LC7: ¿Cómo se fue constituyendo lo que hoy es el Bachi?
AF: Paralelo a esto, en el 2009 creamos un bachillerato popular que es un Cens para adultos. 2010 empieza a funcionar acá. Primero, no podíamos dar títulos y entonces, vía el IMPA, que son otros compañeros que tienen un bachillerato, ellos nos daban los títulos. Y después de mucha lucha, se logra que nos reconozcan oficialmente. Hoy en día, hay salario para los docentes, se otorgan títulos oficiales, este año es la tercera o cuarta camada que sale de egresados. Entonces, en el 2009 lo que construimos fue un bachillerato y hoy en día tenemos un bachillerato, un espacio cultural, un comedor, una cooperativa de vivienda, un espacio cultural.

LC7: ¿Cómo funciona ese comedor?
AF: El comedor funciona para 100 familias. En su principio, luego de ir a una marcha en el Ministerio de Desarrollo social logramos que el Gobierno de la Ciudad nos baje comida acá. Pero nos bajaba secos: arroz, lentejas, fideos. Después de seguir movilizándonos logramos que el Gobierno de la Ciudad nos reconozca como un comedor oficial y nos baje carnes, verduras. Entonces, todos los días nos bajan 100 raciones para 100 personas. Nos bajan carnes, pescados, leche, todo lo que sería un menú diario para una familia de hoy. Incluso, el Gobierno nos envía familias del barrio para que se lleven la comida. Ya no es una necesidad primaria pero lo seguimos sosteniendo. Es almuerzo todos los días. Lo más importante para nosotros es que estamos a ese pasito de poder conseguir un terreno para poder construir una cooperativa de vivienda en Flores. Al principio, nosotros nos costó mucho poder relacionarnos con el barrio porque los vecinos ven un lugar ocupado, nosotros lo llamamos recuperado, pero es ocupado y piensan que son todos vagos, que no laburan. Lo particular de este espacio es que todos somos laburantes. Trabajamos, los chicos van a la escuela. Entonces, después de muchos años hemos podido cambiar la opinión que los vecinos tenían de este lugar. De hecho, muchos vecinos toman talleres acá. En el festival hay vecinos. Tenemos esa buena relación con el barrio también.

LC7: Contame un poco del espacio cultural
AF: El espacio cultural está abierto a vecinos del barrio y compañeros que quieran dar talleres. Pueden mostrar y dar el taller. Son talleres de todo. Hoy día tenemos talleres de tela, tenemos talleres de danzas folkloricas bolivianas, danzas folkloricas argentinas, un taller de taekwondo para chicos, y estamos convocando para volver a armar un espacio de apoyo escolar en el barrio. Algunos talleres son pagos y otros a la gorra. Pero no cobramos. Aquel que viene aporta con un bono para la luz y para la limpieza pero no cobramos el alquiler del espacio para el que da el taller.

LC7: ¿Cómo se mantiene el espacio?
AF: El espacio se mantiene porque nos autogestionamos con aportes de cada compañero que, primero vivimos en este espacio aportamos una cuota solidaria por mes. Después, con peñas o actividades culturales sostenemos el espacio. La luz, el gas y el agua la pagamos todos. Nos sostenemos con aportes y con actividades que hacemos. Como espacio, tenemos relación con otras organizaciones de la Comuna y logramos armar la agenda cultural y comunitaria de Flores, una revista donde plasmamos las actividades mes a mes del barrio porque nos pasa con los vecinos mismos que no conocen a las organizaciones sociales y culturales del barrio. Entonces, la idea es difundirlas de esa manera. Y a lo que aspiramos a largo plazo es armar un festival con todas las organizaciones en alguna plaza.

LC7: ¿Qué es lo que están festejando?
AF: Hoy, 19 de septiembre hacemos el festejo oficial de los 13 años de este espacio, construyendo, resistiendo, peleando por la vivienda, por la educación y por la cultura. Siempre, del 2009 para acá tratamos de hacer un festival en la calle. Muchos de los compañeros que hoy participan tocando y cantando o haciendo obras de teatro, son compañeros que forman parte de estas asociaciones culturales. Por eso, la importancia que adquiere estar relacionados con otras organizaciones. Hoy, se cumplen 13 años de lucha, de pelea por la vivienda, de pelear por una cultura alternativa, independiente, del barrio, por una educación popular diferente a la tradicional, por un espacio para los pibes.


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