Una sana costumbre

Esta vez quisimos reflejar los festejos del «Día del Niño» a través de diversas organizaciones de la Comuna 7 que vienen  haciendo un gran trabajo social. Este medio conversó con “Cachi”, de la murga “Los Impresentables de Flores”.

Al comienzo de la charla, Cachi se encargó en aclararnos que tuvieron que correr la fecha prevista para el festejo por las malas condiciones climáticas que atravesó la ciudad durante el fin de semana largo.

Esta organización ha sabido construir un fuerte lazo social con el barrio de Flores y alrededores, más allá de la murga. La sensibilidad y las ganas de festejar con aquellas niñas y niños que por ahí no pueden acceder a un juguete quedaron a la vista en las sonrisas de los padres, que junto a sus pequeños se acercaron para disfrutar de una jornada llena de alegría.

Fue en el espacio público del «Patio Porteño» de la calle Donato Álvarez y la vía del ferrocarril Sarmiento con la realización de juegos tales como un pelotero inflable, metegol, música, comida y reparto de juguetes gratuitos. 

Cachi, mientras los chicos y chicas se divertían alrededor nuestro, dio más detalles de esta movida: “Solemos hacer este festejo el día anterior al Día del Niño, porque el mismo día, muchas veces las familias tienen planes. La diferencia que hacemos en nuestro festival es que es totalmente gratis. Y todos se fueron con un regalo, un juguete, una bolsita de caramelos con calcomanías de la murga. Todo esto sale de los bolsillos nuestros, de los integrantes de la murga”.

El trabajo previo para el festival fue arduo, ya que según Cachi “el trabajo de decorar empezó desde las ocho de la mañana, y trabajamos unas 30 personas”.

Las actividades finalizaron alrededor de las seis de la tarde y los organizadores se quedaron hasta la noche para limpiar el espacio. 

Ésta fue la tercera edición del festival del Día del Niño, que surgió porque vieron que muchos chicos no recibían regalos. “Queremos que esto se transforme en una costumbre del barrio”, remarcó.

La importancia de ponerse en el lugar del otro, ése es el sentimiento del líder de la murga, quien manifiesta que “de chico siempre tuve un regalo, un festejo, un almuerzo, o un paseo. Y sinceramente me gustaría que ningún padre sienta el dolor de no poder regalarles algo a sus hijos”, finalizó.