Por la memoria y la palabra

En una actividad cargada de emoción y reflexión, la librería Abre Mundos fue escenario de una jornada por el Derecho a la Identidad, con la participación de Guillermo Amarilla Molfino, nieto restituido. 

A fines de octubre, la librería Abre Mundos, ubicada en Salas 686, fue escenario de una jornada cargada de memoria y reflexión colectiva en el marco del Día Nacional por el Derecho a la Identidad, que se conmemora cada 22 de octubre. La fecha fue instituida en 2004 por la Ley N° 26.001 en reconocimiento a la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo.

La actividad formó parte de la campaña #SoyDeAbuelas e incluyó una ronda de cuentos, proyecciones, una charla con Guillermo Amarilla Molfino, nieto restituido en 2009, y un taller coordinado por Melisa Correa. La propuesta reunió a vecinas, vecinos y familias de Parque Chacabuco en torno a un mismo propósito: mantener viva la memoria desde la palabra, el arte y el encuentro.

Durante la jornada, se proyectó un video del canal Paka Paka sobre nietos restituidos y se leyeron fragmentos del libro “Ovillo de trazos”, editado por Abuelas de Plaza de Mayo. “Una librería es un lugar para, justamente, acceder a la palabra. Se dio este intercambio durante el encuentro y eso es importante en estos tiempos donde se está intentando degradar el sentir, el compartir, lo social, donde se apunta a un esquema individualista. Este tipo de espacios son una forma de resistencia a eso”, expresó Amarilla Molfino en charla con este medio.

Guillermo nació el 27 de junio de 1980, durante el cautiverio de su madre, Marcela Esther Molfino, desaparecida junto a su compañero Guillermo Amarilla desde octubre de 1979. Ambos militaban en la Juventud Peronista y en Montoneros, y habían regresado al país desde el exilio en Francia en mayo de 1979. 

Sus tres hijos mayores fueron entregados a sus abuelos en Chaco tras el secuestro, pero la familia ignoraba que Marcela estaba embarazada cuando la secuestraron. Recién en 2009, gracias al trabajo de Abuelas y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), se confirmó que el joven Guillermo, quien dudaba de su origen, era el hijo nacido en cautiverio de Marcela y Guillermo. Así, el 30 de octubre de 2009, Amarilla Molfino recuperó su verdadera identidad.

A más de catorce años de aquel encuentro con su historia, Guillermo sigue compartiendo su testimonio en escuelas, espacios culturales y encuentros barriales. Consultado sobre qué les diría a las personas que aún tienen dudas sobre su identidad, comentó: “Lo primero es saber que cuando nace la duda, ya no se va más. La duda queda. Se puede tratar de olvidarla, de dejarla en segundo plano, pero es algo que va a estar siempre”.

Por otro lado, agregó que “mientras de manera más urgente se tome la decisión de avanzar y de sacarse esa duda suele ser mejor. Cuando la duda aparece, ya no se va. Puede intentarse dejarla de lado, pero sigue ahí. Lo importante es animarse a dar el paso, porque del otro lado hay contención, hay amor. A quienes se acercan los estamos esperando con mucho cariño”.

Por último, Amarilla Molfino subrayó que “después, los procesos son personales, es muy difícil decirle a alguien que está atravesando por un momento así, qué es lo que tiene que hacer. Pero que sepan esas personas que las estamos esperando. Acá se las espera, que avanzar sobre esa duda se siente como un salto al vacío, pero en ese vacío hay contención, acá estamos esperando con mucho cariño”.