Volvieron a cortar Avellaneda y Nazca y realizaron una olla popular para exigir un espacio […]
Publicado el 28 abril, 2017 por Fernando Zuker
Volvieron a cortar Avellaneda y Nazca y realizaron una olla popular para exigir un espacio fijo para vender sus artículos. Denunciaron que hay «mafias organizadas» que operan en el barrio de Flores y no les permiten trabajar.
Durante dos días consecutivos, la esquina de las avenidas Nazca y Avellaneda estuvo cortada por una protesta de puesteros. La policía realizó un fuerte operativo para evitar que los vendedores se reinstalen en las veredas y perjudiquen a los locales comerciales de la Comuna 7.
Las protestas se realizaron cerca del mediodía. Hubo forcejeos entre los policías y decenas de manteros durante la protesta del día martes, cuando los efectivos intentaron secuestrar elementos que, al parecer, serían utilizados para armar una carpa, mientras que los vendedores hicieron lo imposible para retenerlos. Al segundo día de la protesta, realizaron una olla popular.
Omar Guaraz, titular de la agrupación Vendedores Libres, estuvo al frente de la protesta y explicó que junto a sus compañeros pidieron un permiso administrativo para instalar una carpa sobre la avenida Avellaneda. “El Ministerio de Espacio Público porteño lo denegó. De todas formas, el Gobierno no puede desconocer nuestro derecho a expresarnos», sostuvo.
Cabe recordar que en 2016, luego del desalojo de los manteros de Flores, alrededor de 300 puesteros fueron reubicados en un predio en Ecuador y Perón, ubicado en el barrio de Once. Sin embargo, «la mayoría abandonó el lugar por falta de ventas y los que permanecieron fueron desalojados la semana pasada con la promesa de ser relocalizados en la nueva feria de Balvanera, en la que están los de Once», explicó Guaraz.
Pero la reubicación no ocurrió. Sobre éste punto, algunos manteros dicen que cuando fueron al predio se encontraron con que otros puesteros de Once ya habían instalado su mercadería en las mejores ubicaciones del espacio para la venta, que fueron echados a golpes y que apuntados con armas. Otros, ni siquiera se acercaron porque, según argumentan, “Once es una zona comercial muy explotada» y prefieren trabajar en Flores.
«Hasta que el Gobierno no se haga presente, no respete los acuerdos y deje de acordar con la verdadera mafia organizada del Once, vamos a seguir acá«, afirmó Guaraz.
A su lado, decenas de puesteros sostenían carteles de protesta. En algunos de ellos se podían leer mensajes tales como: “Somos ochenta compañeros en la lucha. No queremos que nos separen”; “Estamos quebrados moralmente y económicamente. Hay algunos compañeros con enfermedades a causa de la situación” y “Queremos un lugar digno para trabajar”; “Queremos trabajar. El hambre no espera”, entre otros.
Hace exactamente un año, la Policía realizó un operativo con cerca de 500 efectivos para evitar la reinstalación en la zona de los vendedores. En esta nueva protesta, las fuerzas de seguridad volvieron a desplegarse sobre las mencionadas avenidas para evitar que los manteros ocupen nuevamente las veredas y perjudiquen a los locales comerciales de la zona. Por último, el ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchiavelli, negó cualquier posibilidad de que los manteros, de Once o avenida Avellaneda, volviesen a las calles.
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